Saborear un agua fresca de coco en la playa es un pequeño placer aún abordable en Brasil. Pero alojarse, comer en un restaurante o desplazarse en este vasto país se ha convertido en un lujo: los precios figuran entre los más caros del mundo.
Publicidad
Alojarse, comer en un restaurante o desplazarse en Brasil se ha convertido en un lujo: los precios figuran entre los más caros del mundo.
Saborear un agua fresca de coco en la playa es un pequeño placer aún abordable en Brasil. Pero alojarse, comer en un restaurante o desplazarse en este vasto país se ha convertido en un lujo: los precios figuran entre los más caros del mundo.
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
Si vas a la playa y tienes heridas en pies o piernas, por ejemplo, piénsalo dos veces. La bacteria come carne gusta de las aguas marinas calientes.
Publicidad