En la ciudadela Briones, de la parroquia San Pablo, en Portoviejo, la comunidad está desesperada. Desde hace más de tres meses el suelo comenzó a ceder paulatinamente y las paredes de las casas han colapsado.

Solo seis familias han logrado evacuar, mientras que las restantes están a la espera de que instituciones estatales como la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo (SNGR) los “vaya a auxiliar”, como dice Rita Macías, una de las afectadas.

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José Cevallos, presidente de la Junta Cívica de la parroquia, cree que a las familias muy poco se les ha ayudado y teme que en otros sectores, como Los Ceibos, El Mirador y El Rocío, se presenten problemas similares. Por ello solicitó al Municipio de Portoviejo que se realice un estudio geológico del suelo. Un informe, que elevó una comisión urgente convocada por el COE de Portoviejo, detalla que son 67 los predios con este problema y sobre los cuales se asientan unas 89 familias, cuyos integrantes deben evacuar de forma urgente.

Otros habitantes, como Wilfrido Macías, califican la gestión de la SNGR como escasa porque solo les han prometido ser reubicados, pero hasta el sábado pasado la situación de ello no era atendida.

Sin embargo, Orfa Cabezas, titular de la SNGR de Manabí, asegura que no han abandonado a los afectados de la ciudadela Briones. Alega que ya once familias han evacuado y se espera reubicar a unas cinco más, en igual número de dormitorios, al antiguo hotel El Concorde, habilitado para ese fin.

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Cabezas dijo que en dos semanas los afectados de la parroquia Andrés de Vera, que evacuaron el año anterior a El Concorde, dejarían el sitio luego de que se inaugure un plan habitacional en la parroquia Picoazá, donde serán reubicados.