Desde las 19:00 del martes, el salón Pichincha del hotel Quito acogió a los asambleístas que, en traje de gala o semiformal, empezaron a ocupar las mesas adornadas con globos y búhos de color celeste y naranja, y en donde se destacaba el vaso descartable de color negro con el tradicional "canelazo" para el frío, elaborado con el aguardiente cuencano de marca Zhumir. Todo para despedir a Fernando Cordero de la Asamblea Nacional.

A quien llegaba y deseaba tomar esa bebida caliente para abrigarse del frío capitalino se le proporcionaba el licor para apaciguar la baja temperatura y la corta espera al homenajeado.

Los primeros en llegar a la reunión fueron los asambleístas Mauro Andino, Pedro de la Cruz, Juan Carlos Cassinelli, Linda Machuca, Pamela Falconí y Gabriel Rivera. Minutos más tarde llegó el vicepresidente de la República, Lenin Moreno, quien a su arribo expresó sus mejores deseos de éxito en las nuevas funciones a desempeñar por Cordero.

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Él "ha sido consecuente con el proceso de la Revolución Ciudadana", dijo Moreno, al tiempo de manifestar que "el 'Corcho' es bien querido en el área política, en Alianza PAIS y en ámbito personal".

El saliente legislador fue reelecto para asambleísta el 17 de febrero pasado y dejará la curul para asumir la presidencia del directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Conforme marcaron las horas de la noche arribaron al salón Virgilio Hernández, Galo Mora, María Alejandra Vicuña, María Augusta Calle y Scheznarda Fernández, ésta última no tuvo reparo en expresar un "hasta la vista baby", minutos antes de que llegara el presidente de la Asamblea.

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Cerca de las 20:20 llegó de la mano de su esposa Nelly el homenajeado de la noche: Fernando Cordero. ¿Qué cómo me siento? Un pesar y una alegría al mismo tiempo, dijo el legislador al responder las consultas hechas por el gremio de periodistas.

El asambleísta no ocultó su nostalgia por lo que dejará, por los compañeros de la asamblea, por haber estado "jugando de centro delantero y ahora de puntero izquierdo", ni  frenó sus ánimos frente al nuevo reto. "Convoco a una minga en el IESS para mejorar todo. Se seguirá con lo que esté bien y mejorará lo que se deba", fueron sus palabras.

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Mientras su compañera asambleísta María Alejandra Vicuña enfatizó que "el Corcho" solo se va a otra trinchera.

El salón Pichincha fue adecuado para recibir a 110 personas y, hasta las 21:00 que cerraron las puertas a la mirada de los medios de comunicación, casi todas las mesas estaban ocupadas.