El metaverso es un universo virtual inmersivo que replica y va más allá del mundo físico, y en el que se interactúa con otras personas -cada uno con su avatar- y con objetos. Es una internet en 3D donde los usuarios podrán reunirse, asistir a conciertos virtuales, salir de compras o probar, en el caso de las empresas, sus desarrollos industriales.

Es una realidad digital que combina aspectos y funcionalidades de las redes sociales, los videojuegos en línea, el entorno laboral, las interacciones sociales, usando la realidad aumentada (AR), la realidad virtual (VR) y las criptomonedas para permitir a los usuarios desenvolverse en un entorno digital o virtual.

Así, surgen empresas como Cryptoavatars, a cargo del español Daniel García Aranda, oriundo de Zaragoza, que se dedica a crear avatares y entornos de realidad virtual para el metaverso. Su idea inicial no era esta, sino desarrollar una empresa de videojuegos en Londres en 2016, que al final no resultó.

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García (31 años) tiene conocimientos en programación, diseño en 3D así como en anatomía humana. Pese a que su empresa de videojuegos no funcionó, al menos quería echar una mano en los videojuegos de otros. De esta manera fue haciendo contactos y consiguió sus primeros clientes.

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“Durante unos cuantos años hice de todo: escenarios para videojuegos, personajes, animaciones, logos...”, comenta García al portal Business Insider. “Participamos en el desarrollo de Morphite, un videojuego de PS4, y Totally Reliable Delivery Service, otro para móviles”.

El joven detalla que el negoció creció y de Londres se movieron a otras ciudades europeas. Entonces también recibieron sus primeros encargos para el metaverso, un concepto que en 2017 él lo tomaba con cierto escepticismo.

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A finales de 2018, su grupo se mueve a Zaragoza. Fue cuando se abrió al mundo cripto y el metaverso gracias a Mike Barrow, quien le explicó aquel negocio.

Por Barrow también conoció Decentraland, una plataforma de realidad virtual descentralizada 3D. Allí, un grupo de coleccionistas de NFT llamado Momo Collection le planteó crear una una galería de arte para mostrar sus NFT.

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Para entonces el equipo de García también diseñaba avatares de carácter más o menos exclusivo para ciertos clientes, una tarea que se le simplificó al joven gracias a sus conocimientos en anatomía humana.

“La gente está dispuesta a pagar por tener un aspecto que nadie más tiene en el mundo virtual”, comenta el joven español. “Es por este tipo de cosas que creo que el metaverso es una revolución que, con el tiempo, llegará para quedarse”, agrega.

García en la actualidad combina tres proyectos: Polygonal Mind, agencia boutique dedicada a hacer construcciones y experiencias en 3D en los metaversos; NFTesp, la primera comunidad de NFTs de habla hispana, y CryptoAvatars, proyecto que aspira a ser el estándar de identidad digital del futuro.

Calcula que factura al año más de medio millón de euros. Comenta que el año pasado su equipo de trabajo estaba integrado por seis personas y a inicios de este ya eran 42. El precio del encargo estándar que llega a su empresa ronda los 50.000 euros.

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“Lo que más busco para la empresa son artistas, personas con formación en Bellas Artes dispuestas a aprender sobre un mundo virtual que les ofrece posibilidades casi infinitas”, resalta.

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Sobre el propio metaverso, estima que las gafas de realidad virtual serán cada vez más frecuentes porque las habrá cada vez más baratas. “A lo mejor no estamos en el punto en el cual pasamos todo el día en el metaverso. Sin embargo, pronto este será una alternativa más de pasar el tiempo libre y comunicarnos”, sentencia. (I)