Los gatos no tienen precisamente la fama de ser animales leales y un nuevo estudio parece confirmar que no son los más fieles. La investigación evidencia que los gatos, al contrario de los perros, no necesariamente evitarán a las personas que hayan hecho daño a sus dueños.

Un grupo de investigadores de Japón publicó, en el 2015, un estudio que analizaba la respuesta de los perros hacia las personas que recientemente trataron mal a sus dueños, se indica en una publicación del sitio web Gizmodo.

Los resultados de esta nueva investigación fueron publicados en la edición de febrero de Animal Behavior and Cognition.

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El experimento consistió en que los canes vieran a alguien en una situación en la que un tercero ayudaría al propietario a mover basura después de que se lo pidieran, o les daría la espalda. Como control, algunos darían la espalda al propietario sin ninguna solicitud previa de ayuda (un segundo no propietario se incluyó como observador neutral en todos los escenarios). Después hicieron que los terceros ofrecieran un premio a los perros.

Posteriormente hicieron que estas personas le dieran comida al animal, notando ahí la primera conducta de cambio. La tendencia de los perros fue rechazar la comida de quien había tenido algún comportamiento hostil previo con sus amos. Un experimento similar llevaron a cabo los mismos investigadores ahora con gatos.

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En el reciente estudio participaron 36 felinos, tanto jóvenes como mayores, que eran mascotas de hogares y otros que vivían en un café pet friendly para así notar cómo se comportaban.

En las conclusiones de la investigación se indicó que los gatos no mostraron un gran cambio ante las personas que se mostraron “hostiles” con sus dueños.

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No obstante, los expertos destacaron que es probable que los gatos simplemente “no reconozcan” el hecho de que alguien no ayude a su dueño a abrir un contenedor como un comportamiento negativo.

“Consideramos que los gatos podrían no poseer las mismas habilidades de evaluación social que los perros, al menos en esta situación, porque a diferencia de estos últimos, los gatos no han sido seleccionados para cooperar con los humanos”, señala el estudio.

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Los perros han estado alrededor de la humanidad más tiempo que los gatos. E incluso antes de que empezáramos a unirnos para desarrollar objetivos comunes, se pensaba que los ancestros de los perros cooperaban con frecuencia entre sí para cazar y sobrevivir. Eso mientras que los gatos, como lo manifestaron amablemente los investigadores, “se originaron a partir de un antepasado menos gregario que los perros”, y no los hemos criado ni entrenado para realizar tareas específicas con nosotros tanto como lo hemos hecho con los perros. (I)