El 21 de febrero de 1921 nació la empresa guayaquileña Artes Gráficas Senefelder. Y siete meses después, precisamente el 16 de septiembre, Diario EL UNIVERSO circulaba por primera vez entre sus lectores de esta ciudad y del país. Aquella coincidencia es la añeja raíz de la relación de dos empresas históricamente amigas que este año celebran un siglo de existencia en la industria gráfica del Ecuador.

El actor y escritor checo Alois Senefelder, quien inventó la litografía en 1796, inspiró el nombre de esta compañía que está dedicando este año de su centenario a servir particularmente a los emprendedores, indica Luis Jiménez, su director general desde 1997, para complacer a las personas que comercializan dulces hechos en casa, con tarrinas, bandejas, cajas... “La pandemia ha acelerado una serie de pequeños negocios. Y para ellos hemos generado la línea Soy Verde, con envases hechos con una cartulina ecológica biodegradable. Esta semana llegarán a las perchas de los supermercados”.

Ese producto se suma a sus tradicionales líneas de negocio, como publicitaria (con gigantografías), industrial (cajas de cartón), etiquetas (para bebidas, alimentos y cervecería), valores (cheques y demás documentos financieros y comerciales), entre otras.

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Agrega que su operación está comprometida con el medioambiente al ofrecer productos ecológicos, biodegradables y compostables, y cuenta con certificaciones ecuatorianas e internacionales, como la FSC (Forest Stewardship Council), dedicada a promover el manejo forestal responsable en todo el mundo.

Senefelder cumplió 100 años el 21 de febrero pasado. Foto: Cortesía

Guayaquil hace un siglo

Artes Gráficas Senefelder C. A. fue fundada hace 100 años por Wilfrido Moreno Vintimilla y su hermano Luis Benjamín, ambos cuencanos que formaron un capital de cien mil sucres para instalar un pequeño taller de tipografía que empezó a funcionar sobre la calle Aguirre entre Escobedo y Chimborazo, con poco: tres máquinas de litografía, una plana de escribir y dos prensas auxiliares dedicadas a trabajos comerciales.

La ciudad acababa de celebrar los primeros 100 años de independencia y los guayaquileños ya gozaban de la obra máxima de ese festejo: el parque del Centenario y la Columna de los Próceres. 1921 también fue un año de especial brillo para la mujer. En julio, la prensa informaba que Pastoriza Flores se había graduado de doctora en Filosofía y Letras en Estados Unidos, llegando a ser la primera ecuatoriana que se profesionalizaba en el extranjero. Y en noviembre, Matilde Hidalgo de Procel se convirtió en la primera mujer que obtenía el título de médica ecuatoriana en el país.

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En las calles de Guayaquil, los tranvías eléctricos, toda una novedad, movilizaban a las personas de un extremo a otro, aunque aún existían carros urbanos tirados por mulas. Además, los guayaquileños se ponían sus mejores prendas para asistir al teatro Olmedo, en la calle Luque, donde disfrutaban de las presentaciones de compañías de teatro, ópera y ballet.

Luis Jiménez Alvarado (d), presidente ejecutivo de Artes Gráficas Senefelder, muestra las instalaciones de su planta al ministro de Industrias, Eduardo Egas. Imagen tomada el 4 de febrero anterior.

Cien años de la ‘colmena’

A partir de esos años, Senefelder evidenció un desarrollo constante a través de las décadas. Para 1952, el Dr. Teodoro Alvarado Olea asumió la dirección de la compañía, y su hijo Xavier Alvarado Roca, especializado en artes gráficas, comenzaría una nueva etapa de renovación de maquinarias y procesos.

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En 1954 adquirió una máquina Roland, considerada tecnología de punta, para trabajos comerciales y así se inició la producción de cuadernos, revistas, folletos, archivos y folders, convirtiendo a Senefelder en el taller gráfico más moderno del país, menciona Jiménez.

El 4 de junio de 1957, la empresa vio nacer desde su imprenta a la revista Vistazo, inspirada por el Dr. Teodoro Alvarado Olea y fundada por Xavier Alvarado Roca, quien fue nombrado director de esa publicación. Tiempo después, tras el deceso de Alvarado Olea, su hijo Xavier asumió la gerencia general de Senefelder, y su hermano Francisco Alvarado Roca, la gerencia comercial, manteniendo el lema que su padre les había dejado a referirse a Senefelder como “una colmena de trabajo”.

En 1978, la administración tomó la decisión de cambiar su planta industrial a una más grande y moderna ubicada en la calle Domingo Comín, en el sur de la ciudad de Guayaquil.

DURÁN, Guayas. Planta de producción de la firma Senefelder, una de las asentadas en la zona industrial del cantón.

En 1998, Senefelder marcaba un hito en la historia de la industria gráfica del Ecuador, al hacer la primera exportación de cajas de camarón hacia el Perú, y el año siguiente realizó la importación de 700.000 calendarios para el Vaticano con la imagen del fotógrafo personal del papa Juan Pablo II, convirtiéndose así en la exportación más importante en la historia de la empresa.

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En el 2005, la planta industrial del sur se trasladó a Durán, zona considerada como estratégica y que facilita la logística para la entrega de productos a diversas ciudades del país. Actualmente disponen de un terreno de 21.000 metros cuadrados de extensión y 14.000 de construcción.

En el 2012, incorporaron el área de flexografía con el fin de elaborar loterías con altos estándares de seguridad, etiquetas con mayor valor agregado, data variable, raspaditas, acabados holográficos y altos relieves en materiales flexibles y rígidos.

Planta industrial de Senefelder, empresa que cumple 100 años. Foto: Carlos Barros. Foto: El Universo

En este 2021, para conmemorar el centenario, la moderna Manroland 707 Híbrida se integró con tecnología de punta para revolucionar todos los procesos de impresión hasta ahora conocidos, y con una elevada mejora en las prácticas de sostenibilidad y eficiencia de recursos, señala Jiménez, quien destaca que el camino de progreso transitado en las últimas décadas ha sido posible gracias a lo sembrado años atrás por el liderazgo de Xavier Alvarado Roca, mientras era presidente de la compañía.

También relieve el compromiso permanente del personal que ha trabajado allí durante un siglo. Y seguirán con esa mística, señala, así prevé que seguirán más décadas de gloria para la empresa. (I)