El papa Francisco lamentó hoy que Europa esté cansada y haya perdido la fe, y afirmó que la Iglesia católica puede ayudarla a recuperarla y a dejar a un lado su obsesión por lo inmediato, que no conduce a nada.

"Ayudemos a la Europa de hoy, enferma de cansancio, a volver a encontrar el rostro siempre joven de Jesús y de su esposa. Para que esta belleza imperecedera se vea, no podemos más que darlo todo y darnos totalmente", afirmó durante la misa con los participantes de la Asamblea Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

El papa señaló que "la construcción de la casa común europea necesita dejar las conveniencias de lo inmediato para volver a la amplitud de miras de los padres fundadores, a una visión profética y de conjunto, porque ellos no buscaban los acuerdos del momento, sino que soñaban el futuro de todos".

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De esta manera, prosiguió, "fueron construidos los muros de la casa europea y sólo así se podrán consolidar".

Lamentó que los cristianos en Europa tengan "la tentación de permanecer cómodamente" en sus casas y en sus iglesias, "mientras los templos alrededor se vacían" y criticó la "dictadura del consumismo, blanda pero sofocante" que se extiende en las sociedades actuales.

“Muchos en Europa piensan que la fe es algo ya visto, que pertenece al pasado. ¿Por qué? Porque no han visto a Jesús obrar en sus vidas. Y a menudo no lo han visto porque nosotros, con nuestras vidas, no se los hemos mostrado lo suficiente”, concluyó. (I)