La inclusión ha sido parte de la filosofía de la Universidad Casa Grande (UCG) desde siempre, motivándolos, en más de una ocasión, a abrir la puerta del centro de estudios superiores también a personas con algún tipo de discapacidad.

La noche del martes 15 de febrero, ese esfuerzo pedagógico celebró otro triunfo cuando su alumna Martha María Ampuero (24 años) recibió su certificado de estudios posbachillerato en una feliz ceremonia de graduación junto con sus compañeros.

Martha, quien fue honrada además con un premio a la resiliencia, tiene síndrome de Down y, al terminar su bachillerato, su familia acudió a la Casa Grande en busca de asesoría para que ella pudiera continuar con su formación académica.

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Marcia Gilbert, presidenta del Consejo de Regentes de la Universidad Casa Grande (centro), le otorga su certificado. Foto: Cortesía U. Casa Grande.

Marcia Gilbert, presidenta del Consejo de Regentes de la Universidad Casa Grande y fundadora de Fasinarm, los recibió personalmente. “Le hicimos las pruebas necesarias, comprobamos su facilidad de palabra, su capacidad de estar en contacto con los demás, etcétera, porque dentro del síndrome de Down hay varios niveles intelectuales, algunos con una limitación más severa, pero Martha está en un nivel alto”, explica Gilbert. “Un sinónimo de la educación especial es personalizar la educación, es decir, darle a cada persona lo que esa persona puede aprender”. Y en esa línea se diseñó un plan de estudios acorde con las necesidades e intereses de la estudiante, los cuales se inclinaron fuertemente por la Comunicación y Artes Escénicas.

Durante cinco años (incluyendo el inicio de la pandemia) Martha cursó 18 materias de interfacultad y aprobó un total de 51 créditos. De acuerdo con la ley vigente, la universidad pudo otorgarle un certificado de estudios posbachillerato.

Así, la Universidad Casa Grande inicia un programa piloto para personas con limitaciones cognitivas, con el objetivo de permitirles desarrollar habilidades blandas y profesionales para desenvolverse en el campo laboral. Esta certificación responde a un desafío de la universidad de avanzar en políticas inclusivas que permitan desarrollar el máximo potencial de cada alumno.

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Su familia y amigos la acompañaron en la celebración. Foto: Cortesía U. Casa Grande.

“Marthi siempre fue una estudiante interesada por aprender, se desenvuelve naturalmente con sus compañeras y compañeros, forjando lazos muy fuertes no solo académicos, sino también de afecto y compañerismo, lo que hizo que la apoyaran en los trabajos colectivos”, comenta Virgilio Valero, quien fue su docente en Talleres de Interpretación y Talleres de Cuerpo. “Considero que ese tiempo fue un mutuo aprendizaje de crecimiento, para adaptar las consignas académicas sin detrimento de las exigencias o contenidos”.

Lotty Palacios, quien compartió junto con Martha en la materia de Dirección de Arte y en Escenografía, Vestuario y Maquillaje, destaca además su ingenio y sentido de responsabilidad. “También admiro su tenacidad para alcanzar lo que se propone, esto la va a llevar muy lejos”.

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Dentro de su formación, Martha tuvo también la oportunidad de ser parte de importantes obras de la mano de destacados directores teatrales, entre ellos, Jaime Tamariz. “Ahora está asistiendo por horas a Fasinarm en calidad de ayudante, se le está dando un entrenamiento en secretaría, pero nosotros vamos a estrenar también una actividad de teatro en Fasinarm”, adelanta Gilbert. Un escenario donde seguramente la graduada volverá a brillar.