Catalina, princesa de Gales, tuvo que hacer frente a una nacionalista norirlandesa durante una visita a Belfast, capital de Irlanda del Norte. La situación no pasó a mayores, pero tomó por sorpresa a la esposa del príncipe Guillermo, heredero al trono británico.

El suceso se dio cuando el príncipe y la princesa estaban realizando la tarde de este jueves un encuentro improvisado con personas en la localidad de Carrickfergus, un área predominantemente nacionalista ubicada al norte de la ciudad.

Mientras estrechaba la mano de Catalina, la nacionalista le dijo a la princesa: “Encantado de conocerte, pero sería mejor si fuera cuando estuvieras en tu propio país”, detalla Mirror.

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La mujer, que vestía un cárdigan verde esmeralda y parecía estar filmando el intercambio en un teléfono móvil, agregó: “Irlanda pertenece a los irlandeses”.

Aunque sorprendida por el comentario, la princesa se mantuvo serena durante el breve incidente y sonrió antes de reunirse con otros simpatizantes.

El portal británico asegura que los príncipes recibieron una recepción cálida cuando fueron recibidos por otros miembros del público que se reunieron frente a la organización benéfica Iniciativa Pública para la Prevención del Suicidio y las Autolesiones (PIPS, por sus siglas en inglés) en Antrim Road de la ciudad.

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La pareja real compartió una imagen del encuentro y saludo con la multitud en su cuenta de Instagram, pero pareció recortar a la mujer nacionalista que hizo el comentario a Kate.

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Irlanda y Gran Bretaña eran un mismo país hasta principios de la década de 1920. Luego de una larga y sangrienta lucha para independizarse de Londres, la isla se dividió en Irlanda del Norte, parte de Reino Unido, y la República de Irlanda, en el sur.

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La partición fue concretada en 1921, pero las tensiones en el norte perduraron por muchas décadas y se recrudecieron con el inicio del conflicto norirlandés en 1968, que desató una ola de violencia y se prolongó por 30 años, detalla BBC.

La complicada relación entre Londres y Dublín comenzó con la primera intervención cambro-normanda en Irlanda que se produjo en 1167 y se consolidó cuando el rey Enrique II de Inglaterra desembarcó con un gran ejército en 1171.

Consecuentemente, gran parte de la isla pasó a ser un señorío gobernado por la monarquía británica y después un Reino que era básicamente un Estado cliente de Londres. En 1800 se fundó el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, tras la aprobación del Acta de Unión por parte del Parlamento irlandés, en Dublín.

Pero desde sus inicios y a lo largo del siglo XIX, hubo una fuerte oposición en Irlanda que poco a poco se transformó en una violenta insurrección. Hubo incluso intentos de restablecer el Reino de Irlanda.

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En la actualidad, en Irlanda del Norte convergen nacionalismo y religión. Por un lado están los republicanos, en su mayoría católicos, que quieren que la isla de Irlanda vuelva a ser una sola; y por el otro se encuentran los unionistas, en su mayoría protestantes, que quieren ser británicos. (I)