La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año dentro de la Iglesia católica.

A la Semana Santa se le llamaba en un principio La Gran Semana. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos.

Para los cristianos católicos, la Semana Santa es la celebración más importante del calendario litúrgico porque se recuerda la resurrección de Jesús de Nazaret. De hecho, durante los tres primeros siglos de la fe era la única fiesta que se celebraba.

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El portal católico ACI Prensa indica que vivir la Semana Santa es “acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua”.

La Semana Santa no coincide cronológicamente con los acontecimientos narrados en los Evangelios. Más bien se trata de un período simbólico para conmemorar los últimos días de Jesús de Nazaret previo a su crucifixión y muerte en la cruz, para después resucitar de entre los muertos. “Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios”, dice ACI Prensa.

El portal agrega que lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Jesús padeció, sino entender por qué murió y resucitó. “Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su resurrección, que es primicia de la nuestra”, se puntualiza.

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Para este año 2022 la Semana Santa inicia el domingo 10 de abril, con el Domingo de Ramos, y se extiende hasta el domingo 17 de abril, con la Pascua de Resurrección.

Representación artística de la Última Cena. Foto: Pexels

Las fechas de la Semana Santa varían cada año debido a que la muerte de Jesucristo ocurrió cerca de la Pascua Judía. Los Evangelios se refieren a esta celebración en el pasaje bíblico de la Última Cena, cuando el hijo de Dios se reúne con sus discípulos para celebrar la fiesta en la que los judíos recordaban su salida de Egipto.

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Los judíos, de acuerdo a sus normas, deben renovar cada año esta celebración el día 15 del mes de Nisán, que empieza con la primera luna nueva de primavera: es decir, el primer plenilunio de primavera, independientemente del día de la semana que toque.

Con el paso del tiempo, y aunque algunas regiones en el mundo se resistían, la Iglesia comenzó a unificar la fecha de la Pascua. Desde el I Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325, la Semana Santa se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio primaveral (alrededor del 21 de marzo).

Al principio se tenía en cuenta que no coincidiera con la celebración de la Pascua judía, pero con el paso del tiempo se fue perdiendo esta costumbre, al menos en Occidente.

Así, el Domingo de Pascua acontece en un paréntesis de 35 días, entre el 22 de marzo y el 25 de abril. La mayoría de las veces la Semana Santa cae durante la primera o segunda semana de abril. (I)

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