Una migraña no es un simple dolor de cabeza, es un trastorno neurológico que puede ser incapacitante (impide trabajar, por ejemplo) y que interfiere con la digestión y con la respiración. Sus efectos repercuten en todo el organismo. Mientras dure, la persona suele tener que aislarse.

Según el New York Times, existen cuatro medicamentos orales de dos tipos que han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para prevenir las migrañas: dos medicamentos antiepilépticos y dos betabloqueadores. Además, los pacientes con migraña crónica que presentan síntomas a diario o cada dos días pueden aplicarse inyecciones de bótox. El 40 % de las personas con migraña debería seguir un tratamiento preventivo, pero solo el 13 % lo hace.

La migraña es una dolencia que puede ser discapacitante, y una de las principales causantes de ausentismo laboral. Foto: Shutterstock

El doctor Rafael Serrano, especialista en Medicina Funcional, indica que la migraña es una condición multifactorial, con muchas causas o factores detonantes: estrés, tóxicos ambientales, alimentos a los cuales se tenga intolerancia, deshidratación, contracturas musculares o malformaciones en la mandíbula, “inclusive una mala masticación puede llevar a una migraña”.

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Descartando los alimentos como detonantes de la migraña: nunca hay una sola causa

Un alto porcentaje de procesos migrañosos se pueden atribuir a alimentos detonantes, especialmente los ultraprocesados. En este grupo están el café y el chocolate, “pero también los alimentos que usualmente no se toman en cuenta, como el gluten y los lácteos. Todo dependerá de las sensibilidades propias de cada individuo”, dice el doctor Serrano.

¿Por qué ciertos alimentos disparan el dolor? Suele ser porque tienen un alto contenido de omega 6, una grasa proinflamatoria que genera un aumento de radicales libres en los vasos sanguíneos de las meninges, lo cual detona la migraña. Serrano señala que si la persona tiene un estilo de vida inflamatorio (se alimenta mal, no realiza actividad física, sufre de mucho estrés y consume alimentos altos en componentes inflamatorios) su problema continuará.

Así que para averiguar si algo de lo que come está contribuyendo a sus migrañas, el médico propone un diagnóstico de descarte. “Elimine por completo durante un mes harinas que contengan gluten y lácteos procesados. Si después de un mes presenta aún síntomas o estos no han mejorado por lo menos en el 50 %, se procede a realizar una prueba de intolerancia alimentaria”.

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Hay diversos tipos de pruebas. Pueden realizarse con muestras de cabello o sangre, y depende de las necesidades de cada paciente. “Lo recomendable siempre es realizar el proceso de descarte previo, para ahorrar gastos innecesarios”, recomienda Serrano.

El dolor de cabeza se diferencia dependiendo de la zona donde se origina el malestar. Foto: Shutterstock

Usted no va a encontrar un disparador único. “Los pacientes que sufren de migrañas deben realizar un cambio en su estilo de vida general si desean ver cambios permanentes”. Pero si se habla solo de alimentación, lo aconsejado por el médico es eliminar los detonantes durante tres meses y luego pensar en reintroducirlos. “Si la molestia vuelve, lo recomendable es alejarlos de la alimentación diaria en la mayor medida de lo posible”.

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La cirugía plástica, el bótox y las migrañas, ¿qué tienen en común?

La definición de migraña según la Organización Mundial de Salud, es aquel dolor de cabeza que dura entre cuatro horas y tres días, y que se produce de tres a cuatro veces en un periodo de 30 días, y que ha sido así por lo menos en seis meses. Hay que diferenciar dos grandes grupos. La migraña de origen central, causada por malformaciones vasculares o tumoraciones en el cerebro. Y las periféricas, no relacionadas con el cerebro.

En los últimos 25 años se ha trabajado en la búsqueda de medicamentos preventivos de la migraña, y también se ha encontrado un aliado inesperado, un elemento conocido por sus usos en la medicina antienvejecimiento, el bótox. ¿Qué relación tiene? El doctor Andrés Rivadeneira, cirujano plástico, estético y neuroplástico, explica que se trata de un hallazgo casual de la rama de la medicina llamada neuroplástica.

“El padre de la cirugía de migrañas, Bahman Guyuron, es un especialista en cirugía plástica facial y rinoplastia que comenzó a desarrollar una nueva técnica para el estiramiento facial. Uno de los pacientes que se sometió al procedimiento le comentó al doctor que luego de haber hecho el estiramiento facial, cesaron sus migrañas”.

Guyuron, con un grupo de colegas de las Clínicas Cleveland, en Ohio, hicieron seguimiento a todos los que se sometían al estiramiento facial y encontraron que un buen número había disminuido o eliminado sus migrañas. “Luego los estudios de laboratorio determinaron que hay nervios que causan las sensaciones alrededor de la cabeza o en la cara, y que pueden desencadenar los dolores migrañosos, dolores de cabeza que no tienen una explicación a nivel cerebral”, comparte Rivadeneira.

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Así nace la cirugía de migrañas, que Guyuron aún enseña y practica en Estados Unidos. En ese país Rivadeneira encontró esta técnica luego de haber terminado su formación como cirujano plástico en Ecuador. “El profesor A. Lee Dellon, quien desarrolla técnicas para eliminar molestias dolorosas y de movimiento en las extremidades, arrancó con el programa de neuroplástica en el Hospital Johns Hopkins, donde fui el primer latinoamericano en adquirir una beca y desarrollar esta técnica”.

La cirugía de la migraña tiene la reputación de eliminar los dolores o al menos reducir los episodios al 80-90 %. Su objetivo es identificar los puntos gatillo en la cabeza o en la cara. Entre los más importantes:

  • La región occipital o parte posterior de la cabeza, donde se origina la cefalea cervicogénica o migrañosa.
  • La zona temporal, donde se inicia la neuralgia germinal, “porque depende de un nervio que nace justo en el rostro y que puede causar dolor en el pómulo y en la mandíbula”.
  • La zona frontal o de corrugadores, en la que el dolor se debe al atrapamiento del nervio en la musculatura del entrecejo.
  • El dolor en el área de los ojos (zona rinogénica), suele ir acompañado de una desviación de la nariz o crecimiento de los cornetes.

La cirugía de la migraña puede ser endoscópica, con cortes de apenas medio centímetro, o entrar por zonas anatómicas, como el reborde del ojo, hasta llegar guiados por la cámara hasta los nervios comprimidos o los vasos que están irritando esos nervios.

“Al identificarlos, se hace una descompresión nerviosa, dejando espacio suficiente para que el nervio no se sienta atrapado”. El cirujano también puede crear un puente con un colgajo, y recubrir el nervio de manera que el músculo contraído no lo atrape.

“Los dolores de cabeza periféricos también afectan a la zona central, sobre todo en el área del conocimiento y la concentración”, dice Rivadeneira, “y afectan también las emociones; los pacientes migrañosos pueden llegar a tener depresión”.

¿A quiénes se recomienda la cirugía de la migraña?

Si está pensando en la cirugía de migraña debería tener un diagnóstico, dado por un neurólogo o internista, de migraña refractaria, que no responde a la medicación oral (los antiepilépticos y los betabloqueadores).

También deberá realizar una serie de pruebas sobre los puntos gatillo, donde se le aplicarán anestésicos locales o también toxina botulínica (bótox), que tienen tres funciones: 1. relajar el músculo, 2. bloquear el nervio para que no transmita dolor y 3. desinflamar. Si pasa esta prueba, entonces la cirugía es para usted.

“El bótox es un paso intermedio para ver si el paciente responde; si reacciona bien a la toxina botulínica o al anestésico en el momento de la evaluación, tiene más del 85 % de probabilidades de que la cirugía lo ayude, o la ayude”, dice el doctor Rivadeneira, pues anota que el 90 % de las aplicantes son mujeres. “Mis pacientes presenten un alto ausentismo laboral, por lo que (la migraña) debería ser tomada como una enfermedad incapacitante”, opina el cirujano.

Un reporte de Harvard Business Review explica que un trabajador con migraña pierde un promedio de 4,4 días laborables al año debido a episodios de dolor, y otros 11,4 días con productividad reducida, que puede costar más que la ausencia.

Es algo común entre gente que está en la edad de mayor productividad. El sistema de salud del Reino Unido estima que el 23,3 % de los adultos de 15 a 69 años tienen migraña, la tercera enfermedad más común en el mundo, y cita como disparadores la falta de sueño, horarios irregulares de alimentación, deshidratación, la luz artificial, el ruido, la cafeína, el alcohol, el estrés y la falta de ejercicio. Y sin embargo, menciona Reuters, casi la mitad de los estadounidenses que tienen que ausentarse del trabajo por dolores de cabeza lo ocultan de sus supervisores, y dan cualquier otra excusa, porque piensan que no lo verán como una razón válida. (I)