Cuando comenzó la pandemia del COVID-19 en Ecuador, la familia de Ángela Delgado se volcó a consumir jugos de tomate riñón con cáscaras y semillas, zumos de zanahoria, de naranja, aguas aromáticas de jengibre con limón, entre otros. “Queríamos aumentar las defensas, tenerlas elevadas por si nos contagiábamos del virus que estaba dejando muchas muertes en ese tiempo”, recuerda esta guayaquileña.

Para ella, aquellos preparados, así como el aumento de frutas y vegetales en la dieta de todos fueron claves para mantener sus defensas altas. “También tomaba unos productos naturales. Todo eso nos sirvió y, gracias a Dios, no nos contagiamos pese a que nos tocaba salir a trabajar, hacer compras, ir al banco”, relata la mujer.

Llegada la reactivación y tras el proceso inicial de vacunación en Ecuador, Ángela dejó de lado la rutina ‘sube defensas’, como la llama. Pero la retomó a medias en la tercera semana de mayo de 2022 cuando en su hogar se enfermaron, con tos y gripe, los niños y adultos por la vuelta a clases y actividades completamente presenciales. Asegura que “cayeron todos en cama” porque sus sistemas inmunológicos estaban debilitados.

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¿Qué es y para qué sirve?

También conocido como inmunidad o sistema defensivo, el sistema inmunológico es el que nos defiende ante todas las sustancias o partículas extrañas que ingresan o invaden nuestro cuerpo (antígenos) y que se manifiestan muchas veces en infecciones, es decir, gérmenes que entraron al organismo como los virus, las bacterias, los parásitos u hongos.

Pero no es lo único. El sistema inmunológico neutraliza toxinas, nos defiende también de las inflamaciones, de las neoplasias o células anormales que crecen descontroladamente, de los cánceres, entre otros, explica el doctor Clay Arizala Cañote, intensivista.

“Son como nuestro ejército que están para defendernos en todo momento y apenas entra un germen por cualquier vía: respiratoria, digestiva..., nuestro ejército o policías se activan para eliminarlo”, enfatiza este médico.

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Por ello, nuestro sistema defensivo debe estar en óptimas condiciones, fortalecido o reforzado, para actuar y defendernos de las enfermedades como las infecciosas, tal como ha ocurrido con el COVID-19, donde los que tenían y tienen sus defensas elevadas no han tenido mayor complicación.

¿Cómo lo estimulamos? Con una buena nutrición, evitando el estrés con terapia recreativa, con actividad física..., controlando nuestra presión, nuestro peso, nuestra glucosa... todo esto desde el útero, desde que somos recién nacidos, dando las mamitas la lactancia materna a demanda...

Doctor Clay Arizala

¿Cómo se adquiere inmunidad?

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Hay tres tipos de inmunidad. La natural o la innata, que nace con nosotros. La segunda es la adquirida o activa, que resulta después de una enfermedad o de la exposición a antígenos. Y la tercera es la pasiva, que se transfiere, como los anticuerpos que pasa la mamá al niño a través de la placenta. En este último tipo de inmunidad entran también las vacunas, que estimulan el sistema defensivo, cuenta el galeno.

“Nuestro sistema defensivo puede fallar o tener reducida la capacidad de combatir enfermedades, infecciones y similares. Ahí se habla de inmunodepresión”, que es cuando hay una alteración de nuestro sistema inmunológico. Esta alteración puede ser de tipo genético (congénita o primaria), es decir, se nace con bajas defensas por alguna mutación genética, y se manifiesta generalmente en los primeros años de vida con cuadros de neumonías a repetición, otitis media a repetición, con infecciones a repetición, entre otros, detalla Arizala.

La otra alteración en el sistema inmunológico es conocida como secundaria o adquirida, ya que se da por un factor extrínseco (externo) como la quimioterapia, el VIH, por el cáncer o enfermedades como la hipertensión, diabetes, obesidad u otras que hacen bajar las defensas, dice el médico. Los mayores de 60 años, por la edad como tal, son propensos también a que se les bajen las defensas.

¿Cómo reforzar o tenerlo en óptimas condiciones?

La clave para unas defensas elevadas es mantener estilos de vida saludable. Esto último se aplica también para prevenir o tratar las alteraciones secundarias o adquiridas en el sistema inmunológico.

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“En la práctica, lo fundamental es tener una buena nutrición, una buena actividad física, terapia recreativa, dormir bien, disminuir el estrés. También, las vacunas que estimulan mi sistema defensivo para tener anticuerpos y que cuando entre el germen lo reconozca y lo elimine”, agrega Arizala.

¿Qué alimentos se deben consumir para subir nuestras defensas?

Para fortalecer el sistema inmunológico de todos (incluyendo niños, adultos, adultos mayores, deportistas) hay alimentos que se deben consumir para este fin. Se trata de los nutrientes que al entrar al cuerpo se convierten en vitaminas como los betacarotenos, vitaminas A, C, D y E, además de minerales como el zinc, selenio y otros, indica la nutricionista Andreína Navarrete Avilés.

Ella cuenta que los betacarotenos y la vitamina A están en alimentos como la zanahoria, el zapallo, el brócoli, el calabacín, también en el mango que es un fruto de temporada, entre otros.

Adicionalmente, hay que aprovechar unos minutos en la mañana (lo ideal es antes de las 10:00, según los expertos) para tomar el sol y que el cuerpo absorba la vitamina D, necesaria y que se encuentra también en alimentos como el huevo, el salmón o diversidad de pescados.

La vitamina C se halla en los arándanos y en la mayoría de los cítricos, como la naranja. Hay que consumir también probióticos o las llamadas bacterias buenas que están en los quesos fermentados, en el yogur, en la kombucha (bebida ancestral china cuya base es el té negro o verde, pero fermentado) y demás, explica Navarrete.

El betacaroteno y las vitaminas A y C de alimentos como la zanahoria, naranjas y otros es importante para el sistema inmunológico. Foto: Unsplash

“Siempre tenemos un bajo consumo de zinc. Hay nuevos estudios que indican que la población presenta un déficit de zinc porque no consumimos ciertas leguminosas, ciertos fermentados o tal vez el tofu (alimento a base de la leche cuajada de soya, conocido también como queso de soya), aunque el zinc también se puede encontrar en algunos mariscos o en la carne”, detalla esta licenciada en Nutrición.

La ingesta de estos alimentos en conjunto y de otros similares llevan a fortalecer el sistema inmunológico. Lo importante, destaca la experta, es elegir alimentos nutritivos naturales, orgánicos, que no tengan ingredientes adicionales o sean procesados.

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“Los alimentos naturales no tienen ningún tipo de edulcorante, químico, son naturales, de la tierra. Lo más óptimo sería consumirlos en todas nuestras alimentaciones, empezando desde el desayuno, almuerzo y (hasta) la cena. No hay un límite de consumo, lo mejor sería incluirlos en todas nuestras comidas. Las porciones dependerán de cada persona y de su requerimiento individual”, expone Navarrete.

Ejemplo de desayuno ideal para quienes están ‘débiles’

Si se siente decaído o cabizbajo esta opción es ideal para empezar el día consumiendo alimentos nutritivos.

Puede preparar unos huevos revueltos o cocinados y los acompaña con aguacate, con una rodaja o porción pequeña de pan integral. Si no es de su agrado el pan integral, puede cambiarlo por un pedazo pequeño de verde, yuca o maduro cocinado. Como bebida puede optar por un té, agua aromática o café en caso de que le encante este último, recomienda la nutricionista Andreína Navarrete.

Los betacarotenos, el zinc, y otros alimentos nutritivos pueden usarse desde el desayuno y en diferentes combinaciones, sostiene la especialista.

Puede consumir sin problema la cantidad de antioxidantes o alimentos nutritivos que requiera, porque al no ser tan calóricos no habrá un exceso de colesterol, triglicéridos o de peso como tal, agrega la experta.

Otros expertos destacan también la importancia de incluir el hierro en la dieta diaria, sobre todo en los niños, pues una deficiencia de este afecta la función normal del sistema inmune. A la falta de hierro en el cuerpo se la relaciona con una mayor incidencia de dolencias gastrointestinales y respiratorias.

Al hierro se lo encuentra en alimentos como pescados y mariscos, en carnes, en vegetales de hoja verde (alfalfa, espinacas, acelgas y demás), en frutos secos como los pistachos y las almendras, en granos como las lentejas, frejoles, garbanzos y otros.

Todos estos alimentos en conjunto a una buena mezcla, a una buena nutrición, a una buena ingesta nos va a llevar a fortalecer el sistema inmunológico... Como los alimentos naturales (que provienen de la Tierra) no tienen ningún tipo de edulcorante, químico... deberíamos consumirlos en todas nuestras comidas.

Nutricionista Andreína Navarrete (I)