El cambio de estación puede generar gripes y resfriados que siempre buscan ser evitados, ante la posibilidad de que no te permitan disfrutar de las tradicionales fiestas decembrinas.
Tengas un cuerpo susceptible o no, estas enfermedades se pueden combatir si comes alimentos que mantengan fuerte a tu sistema inmunológico.
Tal como publicó Mayo Clinic Health System, no debes saltarte ninguna comida, también puedes consumir entre cinco o nueve raciones de frutas y vegetales, los cuales proporcionan vitaminas, minerales y antioxidantes.
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Además, los expertos indican que tomar sopas de pollo o gallina ayudan a mitigar los síntomas de la gripe o el resfriado, pues reduce la inflamación y promueve la hidratación de tu cuerpo.
Alimentos que estimulan el sistema inmunológico
- Alimentos como el camote (también llamado batata, papa dulce o boniato), mango, brócoli, tomate, la espinaca y zanahoria contienen beta carotene, un pigmento compuesto por vitamina A y antioxidantes.
- La vitamina C la encuentras en frutos cítricos, frutos del bosque, melones, tomates, pimientos y brócoli.
Frutas y verduras: ¿es mejor pelarlas?
- Los huevos, el pescado y la leche proporcionan vitamina D.
- Los probióticos son bacterias buenas que promueven la salud y los puedes encontrar en productos lácteos y en comida fermentada como el kimchi.
- Lácteos, carne, huevos, pollo, nueces, granos y lentejas son todas fuentes de proteínas.
Otras recomendaciones para cuidar el sistema inmune
Recuerda cuidar tu higiene personal para evitar la propagación de gérmenes, así como lavar los alimentos que vayas a comer y limpiar los platos y la cubertería que usarás.
Debes tomar agua con constancia u otros tipos de bebidas naturales que mantendrán hidratado tu cuerpo.
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Por último, procura mantener buenos hábitos para dormir y evitar el estrés porque estos son dos factores que pueden afectar a tu sistema inmunológico y, por ende, es más probable que te dé gripe o un resfriado.
¿Qué alimentos ayudan a mejorar la calidad del sueño?
Para prevenir esto, mantén en mente que los adultos necesitan dormir unas siete o nueve horas diarias, mientras que los niños pueden dormir entre ocho y 14 horas, según su edad.
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