La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce la suficiente cantidad de insulina —hormona que regula el azúcar en la sangre— o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.

El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.

La diabetes se divide en: diabetes mellitus tipo 1, que generalmente se presenta en los niños y jóvenes; se caracteriza por una falta casi absoluta de insulina. Y diabetes mellitus tipo 2, la más frecuente, que aparece por lo general en adultos, en muchos casos con sobrepeso, obesidad, que no hacen ejercicio, y a veces con cantidad normal o mayor de insulina.

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También existe la diabetes gestacional, que afecta a algunas mujeres durante el embarazo y que la mayoría de las veces desaparece tras el alumbramiento. Es menos común la diabetes monogénica, una forma hereditaria de diabetes; y la diabetes relacionada con la fibrosis quística.

La diabetes es una enfermedad muy grave. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 422 millones de adultos alrededor del mundo tienen diabetes, y este padecimiento fue la causa directa de 1,6 millones de muertes en 2016. En Ecuador para el año 2019 la diabetes se ubicó como la segunda causa de muerte en hombres y mujeres, con 4.833 defunciones.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) indica que en 2018, según la encuesta STEP (para la medición de los factores de riesgo de las enfermedades crónicas) en Ecuador el 7,8 % de la población tiene hiperglicemia, lo cual aumenta el riesgo de desarrollar diabetes mellitus, y el 7,1 % de la población tiene la glucosa alterada, con altos rangos de diabetes mellitus.

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Tras el proceso de aprendizaje que puede brindar el médico o dietista para sobrellevar esta condición, será la persona con diabetes quien deberá poner todo de sí para llevar un control de la enfermedad y así tener una buena calidad de vida.

Una alimentación saludable y la actividad física son básicas para el diabético, así como también mantener un peso saludable, controlar el nivel de glucosa y tomar los medicamentos recetados por el especialista. Además, se deberá tener mucho cuidado en otros aspectos.

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Pies

El pie diabético es una de las complicaciones más comunes, costosas y graves de la diabetes. Los niveles altos de azúcar en sangre pueden disminuir el flujo sanguíneo y dañar los nervios de los pies. Si no se tratan, las heridas y las ampollas pueden provocar infecciones graves.

La Federación Internacional de Diabetes detalla que esta condición afecta a entre 40 y 60 millones de personas con diabetes en todo el mundo. Las úlceras crónicas y las amputaciones dan como resultado una reducción significativa de la calidad de vida y aumentan el riesgo de muerte prematura.

Lo recomendable es lavarse los pies diariamente con agua tibia, aunque evitar sumergirlos, ya que eso puede secar la piel. Revisarlos a diario para ver si se tiene callosidades, ampollas, llagas, enrojecimiento o hinchazón. En caso de tener una úlcera en el pie o una llaga abierta, consultar al médico de forma inmediata. Así también, usar calzado especial.

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Salud oral

Los diabéticos tienen una mayor probabilidad de tener enfermedad de las encías (periodontal), que es una infección de las encías y el hueso que mantienen los dientes en su lugar. Esta condición, entre otros síntomas, puede causar dolor, mal aliento, dificultades para masticar e incluso pérdida de piezas dentales.

Además del control de la glucosa en la sangre, lo recomendable en este caso es cepillarse los dientes dos veces al día y usar hilo dental de manera regular. Al acudir al odontólogo, cerciórese de indicarle que padece de diabetes. También evite fumar, ya que —además de tener otra serie de efectos negativos para el organismo— este hábito empeora la condición de las encías.

Presión arterial y colesterol

Así como ocurre con la diabetes, los vasos sanguíneos se pueden ver afectados por la presión arterial alta o hipertensión. Además, el colesterol alto también es más complicado, ya que el daño puede ser peor y más rápido cuando se padece diabetes. La combinación de estas afecciones puede provocar ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, entre otras afecciones letales.

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Controles

Las personas diabéticas también deberán llevar un control con exámenes físicos y oculares. Si es posible, evitar el alcohol, ya que puede subir o bajar la glucosa en sangre. Además, evitar el estrés, ya que podría afectar la rutina habitual de cuidado de la diabetes. (I)

Fuentes: MSP | Mayo Clinic | Federación Internacional de Diabetes | NIH