La búsqueda de alternativas bajas en calorías para satisfacer nuestros antojos dulces sin sentirnos culpables es algo bastante común a medida que avanzamos en edad. El dilema radica en equilibrar el deseo innato por lo dulce con los riesgos asociados a los azúcares libres.
Aunque en los últimos años se han inventado una infinidad de edulcorantes más o menos naturales, se siguen presentando casos de sobrepeso, obesidad y diabetes, entre otros. Por más que los productos light podían ser una alternativa para reducir calorías, lo cierto es que no han cumplido lo que muchos prometían.
Para que los edulcorantes sean verdaderamente efectivos en la reducción de la ingesta calórica, no deben inducirnos a consumir más calorías para compensar su ausencia.
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¿Pueden los edulcorantes contribuir al aumento de peso?
Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en 2009, citado por El País, explora los posibles mecanismos a través de los cuales estos químicos endulzantes podrían influir en el apetito y la ingesta.
Estos mecanismos incluyen alteraciones en la fase inicial de la ingesta, la velocidad de vaciamiento gástrico, la liberación de señales de saciedad, el aumento del apetito y el impacto en nuestras preferencias alimentarias. Si los alimentos endulzados no cumplen nuestras expectativas energéticas, es posible que consumamos más, subestimando su valor calórico.
En conclusión, estos hallazgos sugieren que aún no existe evidencia concluyente sobre el impacto de los edulcorantes en nuestra salud y peso corporal.
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