La gastritis es un padecimiento común, ocurre cuando el revestimiento del estómago resulta hinchado o inflamado. Esta enfermedad puede durar un corto periodo (gastritis aguda) o perdurar meses o años (gastritis crónica).

Entre sus principales causas se encuentra el consumo excesivo de ciertos medicamentos, como el ácido acetilsalicílico (aspirina), ibuprofeno o naproxeno y otros fármacos similares; el consumo excesivo de alcohol o la infección del estómago con una bacteria llamada Helicobacter pylori, según el portal de salud Medlineplus.

Por otro lado, la planta aloe vera o también conocida como sábila es una planta nativa de Sudáfrica y Sudamérica. Esta planta es ampliamente conocida por su gran cantidad de usos medicinales. Contiene un gel llamado savia que se usa recurrentemente por su efecto cicatrizante en heridas, cortadas y quemaduras. Además, esta planta tiene un sinfín de vitaminas, minerales y antioxidantes que ayudan a los mecanismos de defensa de nuestro cuerpo.

Publicidad

Generalmente el uso de esta planta se enfoca en tratamientos de piel o cabello, y pocas veces se hace mención a su uso enfocado en tratamientos gástricos.

Al consumir aloe vera, cuenta Gastrolab, tu cuerpo obtiene una amplia cantidad de vitaminas como A, C, E , B6, ácido fólico y otros minerales como el hierro, potasio, magnesio y cobre. Si bien al consumirla obtienes todos estos beneficios, también podrás beneficiar a tu sistema digestivo y estas son algunas de sus bondades:

  • Es antiinflamatorio e hidratante.
  • Cumple funciones analgésicas en el estómago.
  • Fortalece el sistema inmune.
  • Funciona como laxante natural y previene el estreñimiento.
  • Brinda al organismo una gran cantidad de aminoácidos.

La razón detrás de que el aloe vera dé una mano para curar la gastritis se encuentra en sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas, que ayudan a mejorar el sistema digestivo y disminuyen los males provocados por la gastritis. Además, desaparece el dolor y acidez que ocasiona el padecimiento. Una forma sencilla es añadiéndolo a jugos o preparando una infusión de té.

Publicidad

Sin embargo, recordamos lo importante que es consultar a tu médico de cabecera antes de intentar cualquier tratamiento, ya que cada historial clínico es diferente. (F)