Los cálculos o piedras renales son depósitos duros de minerales y sales que se forman dentro de los riñones. Surgen cuando la orina tiene un alto contenido de ciertas sustancias que forman cristales.

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 5 y un 12 % de la población tendrá algún episodio renal antes de los 50 años. Enfermedades metabólicas como la diabetes, síndrome metabólico o hígado graso pueden complicar esta condición.

Generalmente son pequeños como un grano de arena y se eliminan con la orina sin causar dolor. Pero también los hay más grandes, entonces su expulsión puede resultar complicada y dolorosa. No obstante, en la mayoría de las veces el tratamiento más efectivo es farmacológico y, solo en algunos casos, se indica una cirugía.

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Los síntomas de la presencia de cálculos renales pueden incluir dolor agudo en la espalda, el lado, la parte baja del abdomen o la ingle. Además, el paciente puede llegar a presentar sangre en la orina.

Existen cuatro tipos principales de cálculos renales. La mayoría son de calcio, formados por oxalato de calcio, pero también los de ácido úrico y los de estruvita. Así también existen los de cistina, los cálculos menos comunes, que se forman en personas con un trastorno hereditario que causa que los riñones excreten mucha cantidad de ciertos aminoácidos (cistinuria).

La mejor manera de prevenir la aparición de este problema es la ingesta de líquidos, pero la alimentación es muy importante según el tipo de cálculo que se tenga o se haya tenido.

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Por ejemplo, para los cálculos de oxalato de calcio se recomienda disminuir la cantidad de alimentos ricos en oxalato, como las nueces y productos de nueces o frutos secos, espinacas y el salvado de trigo.

Así también, en el caso de los cálculos de oxalato de calcio es aconsejable la reducción del sodio, un elemento de la sal. Pero aquí no solo es cuestión de disminuir la sal que le agrega a los alimentos en casa, sino evitar también alimentos enlatados y empaquetados así como las comidas rápidas que tienen sodio.

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Cómo evitar los cálculos renales con estas 6 estrategias

Por el lado de los cálculos de ácido úrico se recomienda disminuir el consumo de carne, marisco, embutidos, quesos curados, grasas y alcohol. En general, se deben consumir más carbohidratos y reducir las proteínas. Mientras que para las piedras renales por cistina, se recomienda limitar el consumo de pescado.

En todo caso, si sospecha de que tiene piedras renales, lo ideal será acudir al médico para que defina el tratamiento según el tipo de cálculo y de la gravedad de los síntomas. (I)

Fuentes: NIH | Agencias