Para mantener una buena salud es indispensable alimentarse adecuadamente, y hay que tener en cuenta que no solo importa qué comemos, sino también cómo lo preparamos.

Existen diversas técnicas para cocinar, así como distintas costumbres culinarias que pueden conservar o afectar los beneficios de los alimentos, señala una publicación de El Español.

Cocinar los alimentos inadecuadamente puede ocasionar, por ejemplo, dañar y desnaturalizar las proteínas y privarnos de sus propiedades.

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También es posible que la cocción favorezca la oxidación de las grasas, ya que las grasas poliinsaturadas son altamente reactivas al calor y otros estresores químicos. Esto genera la aparición de unos compuestos llamados dicarbonilos, que causan mutaciones celulares y pueden contribuir al cáncer.

A continuación, algunas de las formas más perjudiciales de preparar la comida:

Fritura

Por lo fácil de esta opción es una de las más populares, pero probablemente también se constituya en una de las más perjudiciales. Además, no supone ningún tipo de beneficio para la salud.

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El consumo de alimentos fritos es considerado uno de los principales motivos de aumento de peso y colesterol. Freír consiste únicamente en cocinar los alimentos en aceite caliente, lo que genera un aumento muy importante del contenido de grasas saturadas de los alimentos.

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Este proceso también causa la desnaturalización de las proteínas y la aparición de azúcares glicosilados, así como una serie de compuestos tóxicos que incrementan el riesgo de cáncer. A esto se suma el que puede causar infecciones estomacales.

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Si pese a esto se opta por consumir alimentos fritos, al menos se recomienda reducir un poco la grasa absorbiéndola con una servilleta de papel.

A fuego lento

Esta técnica es considerada una de las mejores para lograr una preparación de gran sabor. Es inevitable tener en cuenta las ventajas de este tipo de cocción, pero no deben dejarse de lado ciertas pautas.

Una de estas es que la cocción no debe alargarse más de lo necesario. Al cocinar a fuego lento se evita que las grasas se oxiden, sin embargo, esto tiende a desnaturalizar completamente las proteínas.

Usar esta técnica por un corto periodo está bien, pero se debe evitar que la cocción sea por demasiada horas.

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A la parrilla

Cocinar a la parrilla no solo genera un sabor único en los alimentos, también mantiene la formación de toxinas al mínimo, pero deben considerarse algunas medidas para que lo que cocinamos no deje de ser saludable.

Hay investigaciones que señalan que los métodos de cocción a alta temperatura, por un periodo prolongado, forman aminas heterocíclicas (HCA). Las HCA pueden afectar nuestros genes de tal forma que aumente el riesgo de desarrollar cáncer. Por lo que lo mejor es evitar que los alimentos pasen por mucho tiempo por este tipo de cocción.

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Además, cuando se trata de una parrilla de carbón, se debe tener en cuenta que el humo puede generar algunos problemas. Además de que se lo considera cancerígeno, puede también causar enfermedades respiratorias.

En ese caso, la recomendación es asar la carne evitando una exposición excesiva al fuego y al calor, lo que disminuye la formación de toxinas causadas por la carne carbonizada mientras le da a la carne un excelente sabor y textura.

En microondas

Estos hornos en muchas ocasiones han sido acusados de emitir una radiación peligrosa para nuestra salud, pero también hay otros posibles riesgos.

Uno de los principales surge cuando usamos recipientes que no son adecuados para este electrodoméstico. Si no se toman las medidas necesarias, los alimentos pueden contaminarse por productos químicos que se desprendan debido al fuerte calor y estos se concentren en la comida.

Lo ideal es siempre usar los recipientes adecuados, sin excepciones.

‘Sous-vide’ / ‘suesvide’ (al vacío)

Una técnica que consiste en introducir el alimento en una bolsa de plástico y meterlo en un baño de agua. El resultado es una carne muy tierna y suave. Aunque es un método que se utiliza en famosos restaurantes, puede tener algunas desventajas.

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El principal riesgo es que el BPA, un producto químico utilizado para fabricar todo tipo de plásticos policarbonatos, y otros compuestos pueden pasar de la bolsa de plástico a los alimentos. Una opción para evitar este problema es usar un frasco de vidrio lleno en su lugar. (I)