No siempre el bebé soñado llega de forma natural. Los problemas de infertilidad en mujeres y hombres se remiten a diferentes causas. Pero ¿cómo pueden tratarse? ¿Y cuánto cuesta un tratamiento?

“Para usted será difícil tener hijos”. Esa frase, por ejemplo, Carolin Volk la escuchó de su ginecólogo cuando tenía apenas 18 años.

El diagnóstico fue síndrome de ovario poliquístico (SOP). Se trata de la alteración hormonal más frecuente en mujeres. Volk tiene óvulos, pero no ovulación. A los 18 años, el deseo de tener hijos parecía muy lejano. Pero, de golpe, un día se hizo presente y se instaló.

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Entonces para Volk y su marido comienza una época tortuosa. Desean tener un bebé, pero no queda embarazada de forma natural. La mujer, de 29 años, de golpe ve coches de bebé por todos lados, panzas de embarazada y padres felices. ¿Por qué tiene que resultarles tan difícil?

Sin embargo, ella no es la única en esta situación. Según cifras del Ministerio de Familia alemán, casi una de cada diez parejas entre 25 y 59 años en el país no tiene hijos de forma involuntaria.

Según puntualiza el profesor Jan-Steffen Krüssel, el 40 por ciento se debe a problemas de las mujeres y el 40 por ciento a dificultades de los hombres. En el 20 por ciento de todas las parejas, en tanto, existen problemas en los dos integrantes, indica el director del Centro Universitario Interdisciplinario de Fertilidad de Düsseldorf (UniKiD).

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Las razones para la infertilidad son muchísimas. En las mujeres, comenta el experto, se trata de problemas de funcionamiento de las trompas de Falopio, sinequias en el útero o una infección por clamidia.

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Los óvulos son preparados por un biólogo en una práctica de fertilidad. Foto: Rainer Jensen

En los hombres, agrega, puede haber por ejemplo una concentración o calidad de esperma insuficiente, así como una mala movilidad de los espermatozoides.

“El motivo principal para un niño que no llega es la edad de la mujer”, afirma Krüssel. Las mujeres que visitan su centro de fertilidad tienen en promedio 37,8 años.

Y esta cifra registrada en Düsseldorf se condice con las estadísticas a nivel nacional en Alemania: son cada vez más las mujeres que tienen su primer hijo mientras transitan su cuarta década, o sea entre los 30 y los 39 años, según los datos de la Oficina Federal de Estadística.

Rudolf Seufert, del Centro de Fertilidad TFP de Wiesbaden, asegura que no es algo lógico que las mujeres a partir de los 30 años logren un embarazo sin problemas.

“Los óvulos de la mujer ya están al nacer y envejecen con ella”, explica. Cuanto más viejo es el óvulo, más probable es que el óvulo maduro tenga demasiados o muy pocos cromosomas, una de las principales causas de infertilidad.

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Pero, para tener un hijo pese a diferentes enfermedades, las disfunciones o la edad avanzada, existen numerosas opciones de tratamiento: van desde la estimulación hormonal hasta la inseminación -en la que el esperma del hombre se transfiere directamente al útero-, pasando por los tratamientos in vitro.

“Qué tratamiento es el adecuado para una pareja es una decisión muy individual”, comenta el especialista en fertilidad Seufert. “A veces simplemente falta conocimiento sobre en qué momento deben tenerse relaciones”, indica, y cuenta que en el centro de fertilidad se asesora a las parejas al respecto.

Pero antes deben visitar al ginecólogo y al urólogo. Seufert aclara: “Los dos integrantes de la pareja deben realizarse estudios de manera paralela”.

En caso que no haya problemas detectados y la mujer cuente con menos de 35 años, una pareja por lo general puede intentar tener hijos durante un año de manera natural, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“A partir de los 35 años, las parejas no deberían esperar tanto”, indica el ginecólogo y director de UniKiD Krüssel. “La fertilidad de las mujeres comienza a disminuir rápidamente, de manera que no se debería perder tiempo valioso”.

¿Realmente la fertilidad disminuye después de cumplir 30?

Para Volk y su marido, solamente existe un camino hacia el bebé soñado, a causa del SOP: la fertilización in vitro (FIV). Mediante este procedimiento, se recolectan óvulos maduros de los ovarios y se los fecunda con espermatozoides en un laboratorio. Por lo general, suele ser necesario un tratamiento de estimulación hormonal en la mujer.

“La inseminación artificial es un método efectivo para lograr el embarazo”, asegura Seufert. Independientemente de la edad de la mujer y de los problemas de la pareja, estima que la posibilidad de que funcione en el marco de hasta tres intentos es del 75 al 80 por ciento.

Además del método de la FIV, también existe la Inyección Intracitoplasmática (ICSI), durante la cual se insemina un óvulo mediante la microinyección de un espermatozoide. Se utiliza cuando la calidad de los espermatozoides es muy mala.

Volk y su marido tuvieron suerte: ambos cuentan con seguro por ley y el primer intento que realizaron de FIV fue exitoso. Cuando la joven mujer se entera por teléfono de que está embarazada, la alegría es gigantesca. “Me saqué de encima una enorme tensión. Me pesaron mucho los largos días de espera de la llamada”.

Y la mujer realmente sabe apreciar que todo transcurrió tan bien. “La inseminación artificial es un procedimiento laborioso, que conlleva muchos nervios y también es caro”. Pero, si no lo hubiera transitado, no estaría esperando su bebé. (I)