Millones de personas en el mundo sufren de enfermedades cerebrales. El cerebro es el centro de control del cuerpo. Controla los pensamientos, la memoria, el habla y los movimientos. Por esto, se requiere de prevención y cuidado para evitar problemas. Cleveland Clinic ha desarrollado un estudio histórico que busca comprender estas enfermedades con el objetivo de identificar biomarcadores (indicadores o pronóstico) de la afección de manera temprana, mucho antes de que se presenten síntomas clínicos.

La investigación recopilará datos de hasta 200.000 personas neurológicamente sanas durante un período de 20 años, cuyo propósito es identificar biomarcadores de posible desarrollo de enfermedades cerebrales; y prevenir o curar trastornos neurológicos. El estudio es dirigido por el PhD, Andre Machado y el Dr. Imad Najm , del Instituto Neurológico de la Clínica Cleveland.

Una de cada seis personas en todo el mundo tiene una enfermedad neurológica como el alzhéimer, párkinson, esclerosis múltiple, un accidente cerebrovascular o la epilepsia.

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“Interrumpir las enfermedades neurológicas es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Por ende, al iniciar un estudio de esta magnitud, tenemos el potencial de descubrir las causas de los trastornos neurológicos y lo que sucede antes de que los síntomas se vuelvan evidentes: la fase silenciosa”, indicó el Dr. Machado, presidente del Instituto Neurológico y de la Cátedra de Neurocirugía Funcional de la Familia Charles y Christine Carroll.

El estudio buscará cambiar el curso de la neurodegeneración, con el objetivo a largo plazo de curar enfermedades en sus etapas más tempranas.

La primera etapa del estudio inscribirá a 10.000 voluntarios durante los primeros cinco años, los cuales serán examinados e investigados a fondo. Los voluntarios estarán divididos en dos grupos: adultos de 50 años o más sin ningún trastorno neurológico conocido; y adultos neurológicamente sanos de 20 años o más que tengan un familiar de primer grado diagnosticado con esclerosis múltiple.

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Todos los participantes se someterán a evaluaciones anuales que incluyen exámenes neurológicos, análisis de sangre, escáneres de retina ocular, resonancias magnéticas cerebrales, EEG y estudios del sueño y otras pruebas de función cognitiva; y no tienen que ser pacientes de la clínica.

Los investigadores buscarán formar una línea de tendencia que capture los factores de riesgo genéticos y los cambios moleculares, estructurales, neurofisiológicos y cognitivos de memoria invisibles en el cerebro a lo largo del tiempo. Esperando detectar “huellas dactilares de la enfermedad”, para ayudar a guiar los medicamentos preventivos y de diagnóstico. (I)

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