El estilo de vida actual, con menor actividad física por el teletrabajo y la teleeducación a causa del confinamiento por el coronavirus, ha favorecido al sobrepeso en la población. Las restricciones por la pandemia han provocado que la ingesta de calorías diarias sea superior a la quema de las mismas. Más allá de lo estético, la obesidad es una enfermedad que puede ocasionar condiciones de morbilidad y más daños en su organismo.

A pesar de ser una enfermedad prevenible, la obesidad causa aproximadamente 3,4 millones de muertes prematuras por año en el mundo.

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Existen órganos en específico que son víctimas de esta enfermedad y llevan consigo una gran carga en nuestro funcionamiento corporal y emocional. Entre ellos, se destacan:

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  • Cerebro: La obesidad hace que el cerebro reciba sustancias de degradación de las grasas que el cuerpo procesa, y esto puede afectarlo seriamente”, señala el Dr. Gregory Celis, Director Médico de Bagó. Además, las personas que padecen obesidad son más propensas a sufrir problemas neurológicos como ansiedad, trastornos alimenticios y/o trastornos relacionados al uso de sustancias. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estudios han determinado que las personas obesas sufren afecciones cerebrales en regiones importantes, responsables del control del apetito, las emociones y las funciones cognitivas.
Los infectados también obtuvieron una puntuación más baja en una prueba de habilidades mentales que los individuos no infectados.
  • Corazón: “El exceso de grasas en el cuerpo llega a envolver el corazón, provocando el taponamiento de las arterias y teniendo como consecuencia un infarto”, señala el Dr. Celis. Los factores de riesgo conductuales más importantes de las enfermedades cardíacas son la dieta poco saludable y la inactividad física, factores asociados con la obesidad. Para la OMS, quienes padecen obesidad por su condición física son mucho más propensos a sufrir enfermedades cardiacas. Los primeros síntomas pueden presentarse mediante el aumento de la presión arterial, de la glucosa y/o de los lípidos en la sangre.

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Imagen de un modelo 3D de un corazón humano. Foto: Unsplash
  • Páncreas: Este órgano es el encargado de producir insulina, que es la responsable de regular la glucosa en la sangre. “La obesidad daña sus células productoras de insulina, y esto puede ocasionar una resistencia total del organismo a esta sustancia”, añade el Doctor. La pancreatitis, cáncer de páncreas y otras enfermedades relacionadas a la inflamación o mal funcionamiento de este órgano, son más frecuentes en pacientes obesos por el exceso de grasa en todo el cuerpo, que dificulta las funciones de este órgano.

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  • Hígado: “El hígado graso es uno de los principales problemas de las personas obesas, pues la gran cantidad de grasas para procesar hacen que este órgano vital, encargado de más de 500 funciones, tenga dificultades para cumplirlas de forma adecuada”, señala el Director Médico de Bagó. El excesivo depósito de grasa de la obesidad contribuye a la inflamación de este órgano y al difícil procesamiento de las grasas en el cuerpo, teniendo como principal consecuencia un hígado graso no alcohólico.
Bebidas naturales que te ayudarán en el cuidado de tu hígado por la noche. Foto: Shutterstock
  • Riñón: “El exceso de grasa demanda un esfuerzo extra en los riñones, y esta exagerada exigencia puede provocar una falla renal severa”, añade el especialista. Un índice elevado de grasa y masa corporal supone uno de los factores de riesgo más graves para desarrollar enfermedades renales crónicas, por la sobrecarga de los riñones para filtrar y cumplir la demanda metabólica que requiere el cuerpo de este tipo de pacientes. (I)
Los cálculos renales, también conocidos como piedras en los riñones, pueden causar un gran dolor. Foto: Urology Austin