Muchas personas al llegar a una edad entre 65 y 70 años, se quejan de que su memoria ya no es la misma de cuando eran jóvenes. Por esta razón, empiezan a hacerse una serie de preguntas relacionadas con su capacidad mnésica como por ejemplo: ¿Será normal esto que me sucede? ¿Por qué olvido tanto las cosas? o ¿Estaré empezando a tener Alzheimer?

Lo que sucede es que el proceso de envejecimiento del ser humano trae consigo una pérdida de neuronas en el cerebro. Esa pérdida neuronal es la que se encarga de hacer que nuestra memoria ya no funcione tan bien como antes.

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Esta situación puede causar cierta inquietud en quienes la viven, por lo que es conveniente dejar claro cuáles fallos están dentro de lo normal y cuáles deben alertarnos.

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De acuerdo con lo que señala Psicólogos 18, el objetivo de esta clasificación es normalizar para así disminuir la preocupación que los olvidos producen en algunos adultos mayores. Entonces ¿Cuáles olvidos se pueden considerar normales y cuáles no?

No recordar qué día es, dónde hemos dejado las llaves, no encontrar la palabra adecuada cuando se necesita. Foto: Shutterstock

Cuáles olvidos de memoria normales y cuáles no

Fallas en la memoria normales

Los olvidos normales son ocasionales, de poca importancia y de evolución lenta. Están asociados con la recuperación de información que se tiene almacenada previamente y no nos impiden realizar actividades cotidianas como cocinar, ducharnos, vestirnos o ir al supermercado.

No recordar qué día es, dónde hemos dejado las llaves, no encontrar la palabra adecuada cuando se necesita, olvidar algunas cosas que teníamos que comprar u olvidar comunicar un recado a determinada persona. Ante este tipo de olvidos no debemos preocuparnos, ya que son propios de la edad.

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Ellos no vienen acompañados de otros déficits cognitivos como problemas de atención o problemas en las funciones ejecutivas: actividades mentales complejas fundamentales para planificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y alcanzar metas.

Los olvidos malignos evolucionan de manera negativa rápidamente, tanto así que se es incapaz de recordar acontecimientos trascendentales. Foto: Pexel

Olvidos que no son normales

Estos olvidos son propios de procesos cerebrales neurodegenerativos existiendo pruebas neurológicas que lo demuestran.

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Se dan con mayor frecuencia y son más evidentes. Por ejemplo, la persona no se acuerda de ir a recoger al colegio a su nieto cuando siempre lo ha hecho, tampoco recuerda el nombre de un familiar muy cercano como es su hijo o su hija o incluso no se acuerda de su nombre.

Del mismo modo, pueden ocurrir desorientaciones, como perderse en lugares conocidos.

Los olvidos malignos evolucionan de manera negativa rápidamente, tanto así que se es incapaz de recordar acontecimientos trascendentales que la persona ha vivido, tales como el día de su boda.

GETTY IMAGES Las personas tienen una capacidad de memoria limitada: no pueden recordar todo con detalle.

Estos olvidos impiden el normal desarrollo de las actividades cotidianas pues no se sabe seguir los pasos para vestirse, ducharse, o hacer la comida (cuando eso jamás había representado ningún tipo de problema).

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Tampoco se es capaz de registrar ni aprender algo, ya que no se puede almacenar casi ningún tipo de información nueva.

Estos fallos suelen acompañarse de déficits en otros procesos cognitivos como pueden ser dificultades de atención o fallos en alguna función ejecutiva. En estos casos, sería conveniente acudir al médico para que realice una exploración neurológica o neuropsicológica apropiada.

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