El bullying o acoso escolar, como se le conoce en español, es un tema delicado que afecta a muchos niños y adolescentes en sus centros educativos. Este tipo de agresión amerita activar mecanismos de prevención tanto en el colegio como en el hogar.

Los padres pueden ayudar a sus hijos a entender que el acoso escolar no es algo que deban aceptar. Una de las formas más efectivas de lograrlo es conversando con ellos de manera regular. Conociendo cómo les fue en su día, qué sucedió de extraño, escuchando sus anécdotas. Todo esto suma y es beneficioso para cultivar la confianza.

También deben alentarlos a hacer lo que aman, interesarse en sus gustos, actividades y pasatiempos.

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¿Cómo enfrentar el bullying?

Los niños aprenden del ejemplo de los adultos. Al tratar a otros con amabilidad y respeto, los padres demuestran que no hay lugar para el acoso. Aun cuando pareciera que no prestan atención, los infantes escuchan cómo los mayores manejan el estrés y los conflictos y cómo tratan a sus amigos, colegas y familiares.

Las investigaciones revelan que los niños acuden a sus padres y cuidadores para obtener consejos y ayuda antes de tomar decisiones difíciles. En ocasiones, 15 minutos de conversación al día pueden demostrarle a los hijos que cuentan con sus padres si tienen algún problema.

Las conversaciones sobre los sentimientos y la vida cotidiana pueden ser temas que ayuden a entablar una confianza directa y real con los niños.

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La organización humanitaria internacional Save The Children considera que el accionar ante estos casos de violencia debe ir más allá. Cree que los gobiernos del mundo deben dar una respuesta contundente e integral frente al acoso y no solo actuar cuando aparece un caso mediático. (I)

Las consecuencias irreversibles del bullying