Varios estudios han demostrado que el COVID-19 provoca afecciones en el sistema circulatorio, donde el virus daña el endotelio, la membrana que recubre el interior del corazón y los vasos sanguíneos.

La correcta circulación de la sangre en los vasos más pequeños de nuestro cuerpo tiene una importancia crucial, ya que la ramificación de estos microvasos es el punto final del sistema circulatorio, donde tiene lugar la transferencia de oxígeno y el transporte e intercambio de calor, nutrientes o productos de desecho.

Para investigar más a fondo hasta qué punto afecta esta enfermedad a la microcirculación, un equipo internacional de investigadores llevó a cabo un estudio clínico para monitorear el endotelio de pacientes de COVID-19 críticos, ingresados en diferentes unidades de cuidados intensivos (UCI) de todo el mundo.

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Monitoreo de un paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Parc Taulí. Foto: ICFO

Tras meses de recopilación de datos, los investigadores han publicado sus resultados preliminares en la revista Critical Care, realizado en seis hospitales diferentes en España, México y Brasil, donde aportan datos de pacientes con el síndrome de dificultad respiratoria aguda causado por el COVID-19, y de adultos sanos,

Tecnología NIRS para monitorear la microcirculación

Los investigadores usaron la espectroscopía del infrarrojo-cercano (con un dispositivo no invasivo, portátil e inalámbrico) para estudiar la saturación de oxígeno localizada en los tejidos y la concentración de hemoglobina en sangre. También realizaron una valoración del grado de severidad de la enfermedad. Midieron la saturación de oxígeno, la tasa metabólica de los tejidos, y la reactividad microvascular, que es cómo responde el tejido a la oclusión.

Tras recopilar datos de más de 100 personas, el equipo encontró que en los pacientes con COVID-19 grave había alteraciones en el proceso de circulación dentro de los microvasos tisulares. Observaron que, en cuanto a la afectación respiratoria, el nivel de estas alteraciones se asociaba directamente con la gravedad de la enfermedad. Los resultados enfatizan el papel de la función endotelial y destacan la relación entre su disfunción y la severidad del COVID-19. Con estas observaciones, los investigadores sugieren que monitorear la función endotelial podría ser útil para predecir el curso del COVID-19 y de otras afecciones médicas.

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“Estos resultados preliminares son muy relevantes en varios aspectos”, comenta el Dr. Jaume Mesquida, médico en el Hospital Parc Taulí. “En primer lugar, hemos reforzado la idea de que las formas graves de COVID-19 son una enfermedad sistémica que afecta a los microvasos del cuerpo. En segundo lugar, hemos establecido que la gravedad de la enfermedad, determinada principalmente por la afectación pulmonar, se correlaciona con el deterioro de la respuesta microvascular en el musculo esquelético periférico. Y finalmente, hemos podido monitorear de forma no invasiva este deterioro microvascular. Una herramienta no invasiva podría ser útil en la detección temprana de pacientes potencialmente críticos. Además, nos ayudará a seleccionar y monitorear la respuesta a nuevas terapias dirigidas a los microvasos en el curso de COVID-19.”

El equipo reúne investigadores y médicos de instituciones en cuatro países. Investigadores del ICFO (Instituto de Ciencias Fotónicas), coordinador del proyecto, el Instituto de Física de la Universidad de Campinas en Brasil y la Universidad del Suroeste de Texas unieron fuerzas con médicos del Hospital Universitario Parc Taulí, el Hospital Parc Salut Mar, el Hospital General de México, el Hospital Clínic de Barcelona y el Hospital Universitari Vall d’Hebron. (I)