Un estudio preliminar realizado en Israel busca probar cómo comprender mejor la eficacia de las vacunas COVID-19 contra los síntomas a largo plazo de esta enfermedad.

El COVID prolongado es un síndrome de infección por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) respiratorio agudo posgrave, caracterizado por no recuperarse durante varias semanas o meses después del episodio agudo.

Los síntomas más comunes del COVID prolongado son: fatiga, debilidad, dolor de cabeza y dolor muscular.

El equipo de investigadores de la Universidad Bar-Ilan y de representantes de varios centros médicos israelíes invitaron a personas que se hicieron el examen PCR entre marzo de 2020 y junio de 2021, para llenar un cuestionario que incluía datos básicos, detalles del episodio agudo e información de síntomas que experimentaran hasta la fecha. Así compararon a los vacunados con los no vacunados.

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La vacunación puede tener un efecto protector ante más del 50 % de cualquiera de los síntomas prolongados. Foto: Shutterstock

De 951 individuos previamente infectados, 637 (67 %) eran vacunados. Los síntomas más comunes reportados fueron la fatiga (22 %), dolor de cabeza (20 %), debilidad (13 %) y dolor muscular persistente (10 %).

Las personas con dos o más dosis tenían menos probabilidades de reportar estos síntomas, en un 64 %, 54 %, 57 % y 68%, respectivamente.

'Long COVID', 'long haulers', síndrome post-COVID y secuelas del COVID son algunos de los términos más utilizados para esta dolencia.

La vacunación con al menos dos dosis se asoció con una disminución sustancial en el reporte de los más comunes síntomas posteriores a la infección aguda de COVID-19. Los autores sugieren así que la vacunación puede tener un efecto protector contra el COVID prolongado. (I)