El cannabis es la tercera sustancia psicoactiva más consumida a nivel mundial. Ni controles ni prohibiciones han podido evitarlo. Vista en su día como una peligrosa droga que abre paso a otras adicciones, actualmente se percibe una creciente aceptación social del cannabis y cada vez más países legalizan su consumo. Quizás eso ocurra pronto también en Alemania.

Mejor sexo y menos COVID

En los pasados meses han sido publicados innumerables estudios, dirigidos a probar los riesgos o los beneficios que reporta esta sustancia.

Hace poco, un estudio realizado por investigadores de la universidad de Almería, llegó a la conclusión de que los consumidores de marihuana tienen una mejor función sexual y mejores orgasmos. Esta mejora está vinculada en general con una disminución del temor y la vergüenza, lo que facilita las relaciones sexuales, según los autores.

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Hace poco, investigadores de la Universidad de Oregon indicaron por su parte que componentes del cannabis pueden bloquear la entrada del virus Sars-CoV-2 en las células, protegiendo así del contagio con COVID-19. El correspondiente estudio fue publicado en la revista Journal of Natural Products.

Riesgos considerables

Parecen argumentos convincentes a favor de esta planta. Pero no todo es tan sencillo. Porque el consumo de cannabis puede conducir a perturbaciones cognitivas de larga duración, sobre todo en personas jóvenes, cuyo cerebro está aún en una importante fase de desarrollo. Así lo demostró una vez más un nuevo análisis de 10 metaestudios, realizado bajo dirección canadiense y publicado en la revista Addiction.

La evaluación de datos de 43.000 participantes demostró que una intoxicación por cannabis puede producir perturbaciones cognitivas leves y medianas cuando se trata de tomar decisiones, reprimir reacciones inapropiadas y retener lo leído o escuchado. También puede incrementar el tiempo requerido para realizar una actividad intelectual. Tales problemas pueden persistir más allá de lo que dura el efecto directo de la droga en sí.

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Por otra parte, un consumo intenso de cannabis puede provocar psicosis, sobre todo en jóvenes. Quien fuma marihuana a diario tiene tres veces más riesgo de sufrir episodios psicóticos, según reveló un estudio realizado en 2020 a nivel europeo.

Sin embargo, pese a los riesgos y efectos secundarios, el cannabis es la droga ilegal más popular entre los jóvenes. Y el debate que se lleva a cabo sobre su legalización en muchas partes del mundo demuestra que la aceptación va creciendo en la opinión pública.

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Argumentos en pro de la legalización

También el gobierno alemán quiere legalizar pronto el cannabis más allá de su uso médico. En el acuerdo de coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales, se plantea el proyecto de permitir la entrega controlada de cannabis a adultos en establecimientos con licencia para ello. “De ese modo se controla la calidad”, dice el documento.

Ese sería el principal objetivo de una legalización. Porque, en los últimos años, se ofrece en las calles cada vez más cannabis mezclado con otras cosas, como arena o azúcar. Y también con sustancias sintéticas de alta peligrosidad, que refuerzan los efectos de la droga y los vuelven incontrolables. Los consumidores pueden sufrir alucinaciones o colapsos circulatorios. Un control estatal podría reducir considerablemente tales riesgos, se argumenta.

Además, los partidarios de la legalización sostienen que los jóvenes consumidores ya no tendrían que ocultarse y se beneficiarían de ofertas de terapia y prevención.

También hay argumentos económicos muy concretos: una legalización podría reportar al fisco alemán más de 4.700 millones de euros adicionales, según calculó el instituto económico DICE, de Düsseldorf. (I)

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