¿Qué tienen en común, más allá de la celebridad, Sharon Stone (64 años), Joaquín Sabina (73 años), Emilia Clarke (35 años, Juego de tronos) y Hailey Bieber (25 años)? Todos ellos han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ictus o derrame cerebral, y han sobrevivido.

La más joven de ellos, esposa del cantante Justin Bieber, contó que estuvo en emergencias debido a lo que describió como un pequeño coágulo que su cuerpo terminó de resolver solo. La modelo pronto estuvo de vuelta en la vida pública, y el pasado fin de semana asistió a la fiesta Vanity Fair en homenaje a los Premios Óscar.

Para otros, la historia es diferente. El actor Bruce Willis (67), por ejemplo, ha anunciado su retiro de la actuación debido a una dificultad del habla a causa del daño al lado izquierdo del cerebro, lo cual ocurre después de un derrame. Los ACV a menudo inhabilitan a la persona para actividades cognitivas como leer, escuchar, hablar con fluidez y escribir a mano o en un teclado.

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No todos los que pasan por un ACV tienen la misma suerte, y precisamente para disminuir la mortalidad y la discapacidad entre los que pasan por esta experiencia la iniciativa internacional Global Angels ha emprendido la campaña ‘Actúa con velocidad’ en varios países.

Este mes la campaña llegó a Ecuador con el aval de la Vicepresidencia de la República y la participación del ECU911 y la empresa privada, según informó el vicepresidente Alfredo Borrero Vega.

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El convenio implica que hospitales y unidades de salud se certificarán como centros de referencia y tratamiento del ACV, y que capacitarán a sus profesionales. También se gestionarán convenios de cooperación entre el sector público y el privado.

Uno de los centros que ya han sido calificados como Stroke Ready Center es el Hospital del IESS de Ambato. Manuel Jaramillo, médico coordinador del servicio de emergencias, indicó que es vital la atención de los pacientes siguiendo el código Ictus. “En 2021 logramos tener un tiempo estimado de atención, desde que el paciente ingresa a la sala hasta que recibe la atención, de 42 minutos, ideal para salvarle la vida y que no tenga complicaciones posteriores”, sostuvo.

En el Hospital del IESS Quito sur se capacitó a 83 enfermeros y a más de 60 médicos de las áreas de Emergencia, Imagen, Farmacia, Unidad de Cuidados Intensivos y Neurología.

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A continuación, el entrenamiento se replicó en los hospitales del IESS de Manta y Portoviejo.

Los ministerios de Salud, Educación, Deportes, Trabajo y el Servicio Integrado de Seguridad ECU911 difundirán información apropiada para niños, jóvenes, médicos ocupacionales y personal del servicio de emergencias, para alcanzar una respuesta oportuna en caso de presenciar un accidente cerebrovascular.

¿De qué depende el riesgo de muerte en el accidente cerebrovascular?

La Organización Mundial de la Salud explica que un ACV conlleva un alto riesgo de muerte. Y que los sobrevivientes pueden ser aquejados de pérdida de visión y del habla, parálisis y confusión. Y una vez que se padece el primero, aumenta significativamente la probabilidad de otros más.

El riesgo de muerte en el ACV depende del tipo de derrame. Los ataques isquémicos transitorios o TIA se resuelven en menos de 24 horas y tienen los mejores resultados (el caso de Hailey Bieber), seguidos de los derrames causados por estenosis de la carótida (estrechamiento de la arteria del cuello que lleva sangre al cerebro). El bloqueo de una arteria es más peligroso, superado solo por la ruptura de un vaso sanguíneo cerebral.

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Al año, 15 millones de personas en el mundo sufren de un derrame. De esos, 5 millones mueren y otros 5 millones quedan con una discapacidad permanente. El ACV no es común, pero puede ocurrir en menores de 40 años, y cuando sucede la causa principal es la alta presión sanguínea.

La presión y el consumo de tabaco son dos de los riesgos modificables. De cada 10 personas que mueren por un ACV, cuatro habrían podido salvarse si su presión sanguínea hubiese podido ser regulada. En países en los que hay mejor control de este indicador de salud y menos fumadores, la incidencia de derrames está declinando. Sin embargo, el número absoluto de casos sigue alto debido al envejecimiento de la población.

Síntomas de alerta del accidente cerebrovascular:

  • Amortiguamiento de la mitad del cuerpo.
  • Dificultad para hablar.
  • Sonrisa torcida.

En estos casos, se debe llamar inmediatamente al 911, porque el tiempo médico para actuar de modo que se salve la vida y se evite una discapacidad permanente es limitado. (I)