Usted debe tener clara la diferencia entre querer y poder. Esa será la base para una adopción exitosa y que resulte a favor del animalito. Ser honesto sobre sus posibilidades reales de ofrecerle un hogar con los cuidados necesarios y a largo plazo, por encima de su anhelo o el de su familia de disfrutar de una mascota, es vital para garantizar su bienestar.

“Hay personas que quieren adoptar una mascota pero que por factores económicos no pueden hacerlo, ya que no cuentan con los recursos para comprarle su comida o para llevarlo a un veterinario en el caso de que se enferme, y luego no saben qué hacer”, comenta la abogada Bonne Moreno Chong, voluntaria de la Fundación Almanimal. “La mascota llega incluso a fallecer por falta de atención veterinaria o falta de medicinas”.

Para evitar esos trágicos desenlaces, aquí algunos factores que puede meditar en familia si está considerando llevar una mascota a casa:

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Al adoptar un cachorro debe saber que, al igual que los niños pequeños, el cachorro es inquieto y curioso (precisamente por su edad), y usted debe estar preparado para encontrar por allí algunas de sus pertenencias rotas o mordidas. Debe saber que no tienen control de su vejiga y hacen sus necesidades en cualquier parte de la casa, y tienen mucha necesidad de compañía. “Un error común es tener expectativas de que apenas llegue el cachorro a casa ya sepa dónde hacer sus necesidades, y no es así. Debe haber mucha paciencia y cariño en el momento de la educación, y requieren muchísima más atención que un perro adulto”, explica Moreno, quien también es rescatista independiente.

También debe estar plenamente consciente de que la vida de un animalito estará en sus manos. Como parte de la familia, será su obligación proveerle de una correcta alimentación, visitas periódicas al veterinario, sus vacunas anuales, sus baños habituales, etcétera. Con la misma atención y preocupación que le daría a un hijo.

Otros aspectos por considerar serán el espacio físico que estará a disposición de la mascota y planificar qué ocurrirá cuando la familia deba salir de viaje: ¿tienen la posibilidad de llevarlo con ustedes?, ¿o en dónde lo dejarían temporalmente? Asimismo, estar dispuestos a cuidarlo cuando envejezca y rechazar por completo la posibilidad de abandonarlo.

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Además, es esencial que todos los miembros de la familia que vivan en la casa estén de acuerdo con la llegada del animalito. “Hay casos en los que la persona interesada en adoptar espera convencer a quien no quiere y lo lleva a casa de todos modos, pero luego tienen que devolver a la mascota o la regalan a terceras personas, lo cual no es lo óptimo, ya que tampoco se puede jugar con su estabilidad emocional”.

Foto: Shutterstock

Moreno sugiere además no adoptar un animal solo porque le atrae esa raza específica o porque le recuerda a una mascota que tuvo antes. “Hay que tener muy claro que cada mascota es un mundo y nunca van a actuar de la misma manera que la anterior, tampoco viene a reemplazar a otra, son vidas distintas”, precisa.

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Entonces, ¿cuáles sí son los motivos válidos para adoptar una mascota? El primero será salvar una vida, darle una nueva oportunidad a un animal que quizás haya estado en la calle, se ha recuperado y ahora está listo para tener de nuevo un hogar (esto se puede gestionar a través de ciertas fundaciones). Otra razón válida es querer darle un hogar a un ser que haya sido víctima de maltrato o abandono, o que haya quedado huérfano, como es el caso de varios cachorros que pierden a su mamá. Su cuidado le devolverá la confianza y su autoestima.

Además, de acuerdo con Moreno, si hay niños en casa, el cuidar de una mascota les inculcará desde pequeños el amor y respeto hacia los demás, sin importar género y especie, lo cual hará de ellos mejores seres humanos. “E indudablemente, si quiere un amigo fiel que esté con usted a pesar de cualquier circunstancia, la mejor decisión es la adopción”.

Cómo ayudar a que la mascota se adapte a su nueva casa

1. Tenga todo listo para que la mascota se sienta cómoda. Esto incluye sus platos para el agua y la comida, su cama, su collar con placa de identificación, su correa y arnés (para los paseos en el caso de los perros). Puede comprarle snacks o juguetes, y en el caso de los gatos, sus rascadores. Aparte de jugar con ellos, les sirve para liberar el estrés propio del cambio de ambiente.

Foto: Shutterstock

2. Permítale tener su propio espacio. Al llegar a casa, deje que explore el que será su nuevo hogar, que se familiarice con los espacios. También podría ser el momento ideal de buscarle el sitio donde quiere que haga sus necesidades.

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3. No lo consienta demasiado. Hay quienes les permiten, por ejemplo, subirse a la cama o a los muebles, les permiten hacer lo que quieran y luego de un tiempo quieren devolver a la mascota porque “es muy malcriada” o porque “es muy sucia”. Los límites se los pone desde el principio, procurando educarlo sin caer en el maltrato físico.

4. Arme sus horarios, tanto para sus comidas como para salir a pasear. En el caso de los perros es importante sacarlos a pasear al menos dos veces al día. No dejar que salgan a pasear solos.

5. Ajuste sus expectativas. Aunque es comprensible que como dueño usted quiera que el perro aprenda rápidamente a comportarse como usted espera, lo ideal es ser paciente y mostrarse relajado.