¿De qué depende que los hijos acepten a una nueva pareja para alguno de sus padres? Del estado de la comunicación familiar, en el cual hay que trabajar desde mucho antes de pensar en otra relación romántica.

La doctora Nuria Vanegas, médico terapeuta y sexóloga, expresa que antes de la elección de una nueva persona, es necesario haber creado un entorno apropiado. “Hablar con los hijos es primordial. Es preferible solucionar primero la relación con ellos”, a través de terapia, de ser necesario. “Que los hijos hayan comprendido cuál es el concepto de la ausencia del padre o la madre; que sepan qué pasará cuando los padres tengan otros compromisos; que entiendan que el lugar de su madre y padre es incambiable, siempre primero; y que acepten los derechos de sus padres de tener a alguien nuevo”.

En este proceso, la base es la seguridad de que el amor de los padres es inamovible y creciente, diferente del amor de pareja.

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“Cuando se ha trabajado en este proceso, y la relación padres-hijos ha sanado, se puede hablar de la probabilidad de una nueva relación y ver cómo reaccionan los chicos”. Una vez establecido esto, los niños pueden perder el miedo de quedarse sin ambos padres.

“En esto no tiene que ver la edad”, asegura Vanegas; “lo importante es que los hijos acepten que su padre o madre pueden tener una nueva relación. Hay problemas cuando no se han seguido estos pasos, los hijos llegan a la adolescencia con una mala relación con los padres”. Habrá tirantez, rebeldía e incluso grosería con los nuevos novios de papá o mamá.

Presentando la nueva pareja a los niños y los adolescentes

Cuando la diferencia de edad es grande, la reacción es distinta dependiendo de quién sea el mayor, el hombre o la mujer. En una sociedad machista, se usan términos despectivos para ellas, celebratorios para ellos. La mujer está “reviviendo su infancia”, mientras que el hombre mayor está “poniéndose a prueba con las chicas”.

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El psicólogo y sexólogo Rodolfo Rodríguez recalca esto, porque son los conceptos que hacen ruido en las mentes de los hijos y de la familia.

El presidente francés, Emmanuel Macron (43 años), y su esposa, Brigitte (68). Foto: Shutterstock

“Cuando son niños, hay todavía mucha inocencia, y eso amortigua el impacto. Las probabilidades de aceptar una pareja mayor dependen, en gran medida, de cómo lo manejan los adultos involucrados; no solo la nueva pareja, sino los padres biológicos”.

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Los niños repiten, son imitadores. Si oyen a otros criticar la elección de sus padres, por la diferencia de edad o por el motivo que sean, adoptarán ese discurso y ese ejemplo.

Con los adolescentes todo cambia. “Cuando la edad del nuevo novio o cónyuge es muy próxima a la del hijo adolescente, habrá choques, sea varón o mujer”. La comunicación podría volverse áspera, dependiendo de cómo lo manejen los padres.

¿Cuál es el mejor momento para presentarles a los hijos a la nueva pareja?

Rodríguez propone un marcador: cuando la relación está tan consolidada que les permite a cualquiera de los dos invitar a la familia a compartir los espacios del otro.

El psicólogo recomienda ser sinceros. “Hay una premisa importante para tratar con los adolescentes. Mi pareja, aunque parezca mayor o más joven, me hace feliz”. Rodríguez asegura que los adolescentes están en la etapa correcta para entender que sus padres son amados.

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Úrsula Strenge e Isaac Delgado confirman su relación. La pareja habló en ‘Noticias de la mañana’

Recomienda que las interacciones iniciales no sean en espacios públicos o expuestos, sino en un ambiente privado, personal, para que se produzca un primer contacto sutil y gradual.

Cuando los hijos son adultos, y están cerca de la edad de la pareja del padre o la madre, puede haber una relación un poco más llevadera, especialmente cuando esos hijos ya no dependen económica ni legalmente de los padres.

Rodríguez, quien ha trabajado en el área de gerontología, explica que la carga de prejuicios tiene mucho peso en los hijos de adultos mayores. “Cuando un adulto mayor enviuda y quiere tener una pareja más joven, la familia se opone férreamente. No quieren que papá o mamá tengan pareja nunca más, hasta que muera”. Estas vienen a ser las interacciones más complejas, porque se contemplan otros temas, como el patrimonio.

En el amor no hay edades”, opina Rodríguez, “cuando es real. No hay fórmula para las relaciones exitosas, ni etarias ni de cultura ni de nada. Puede funcionar, entre adultos y dentro de los parámetros legales, en todos los rangos. El sujeto tiene que estar convencido de lo que quiere y lo que merece. Importa lo que piensen los otros, pero no son decisivos para el proyecto de vida. Primero es la persona; aunque suene egoísta, es así”, y agrega que los hijos eventualmente se irán y encontrarán su propio lugar, y que los padres deben hacer lo mismo.

La opinión de la familia, ¿hasta qué punto seguirla?

Jorge Luis Escobar, psicólogo, indica que es complejo dar espacio para que los hijos e hijas opinen de las relaciones de pareja de los padres. En la familia convencional, los hijos no deben hacerlo. “Es un límite que hay que aprender a marcar. Muchas veces involucramos a los hijos en nuestra realidad de pareja, distorsionando los límites y permitiendo que se invadan espacios de la intimidad y la sexualidad de la pareja”.

Cuando los padres deciden tener una relación nueva después de haber terminado la anterior, suele haber muchas críticas, especialmente cuando eligen a personas más jóvenes. “La sociedad todavía no alcanza a entender que la elección de pareja de los mayores de 25 años es exclusiva de cada quien”.

Lo interesante, dice Escobar, es elegir personas maduras emocionalmente, que tienen consolidada su función ejecutiva y cuyo cerebro ha madurado, lo que ocurre entre los 25 y 30 años. “Después de ese rango, cualquiera puede elegir. Si a partir de entonces eliges a alguien 40 años mayor a ti, es tu decisión”.

La realidad de las relaciones de pareja está en la capacidad de aceptar al otro con sus defectos, virtudes, madurez, inmadurez y brecha cronológica, señala el psicólogo. “Pero como se dice que la pareja es la arquitecta de la familia, sí hay que sugerir que la elección vaya en coherencia con los principios fundamentales de la realidad familiar y cultural que usted ha vivido”. (F)