Con más de dos exitosas décadas en la industria de la moda internacional y tras haber vestido a celebridades como Gaby Espino, Lele Pons, Ninel Conde y Roselyn Sánchez, el diseñador Fausto Altamirano decide compartir con las mujeres guayaquileñas su trabajo y creatividad a través de la inauguración de su boutique Baccio Couture en Puerto Santa Ana, que abrirá sus puertas la primera semana de junio.

Altamirano comenzó su carrera como artista plástico y a los 17 años se mudó a Estados Unidos para exhibir sus obras en galerías de Miami Beach, donde fue contratado por Harley Davidson para crear los diseños en sus cascos y motocicletas. Pero pronto sería conquistado y atrapado por la industria de la moda, en la que también se desenvuelve su madre, quien trabajó como clothing designer para Gianni Versace. La creatividad y el ingenio los hereda además de su padre, arquitecto e ingeniero para la ciudad de Miami.

Desde Miami, el diseñador abrirá esta semana en Guayaquil su boutique con líneas de hombre y mujer. Es la primera de Latinoamérica.

Así, en 2002 fundó Baccio Couture, diseñando y fabricando sus propias telas y creando su propia paleta de colores para cada diseño. La más reciente colección de Altamirano es Venice, vestidos pintados a mano y finalizados a través de la técnica de sublimado.

Publicidad

“Están pensados, en primer lugar, para la mujer que tiene personalidad, que cuando te los pones, sabes que vas a ‘matar’ al mundo, vas a ‘romperla’, como decimos”, explica. “Son ideales si quieres hacer esa transición de vestirte más discretamente a convertirte en una mujer que tendrá todos los ojos encima, prácticamente una ‘chica Bond’, empoderada, con gran actitud”, comenta el diseñador que tiene entre sus influencias la alta costura de Christian Dior y Valentino, aunque principalmente mira en la dirección de Roberto Cavalli y Gianni Versace.

Durante la cuarentena, Altamirano decidió incursionar en el diseño de trajes de baño. Debido a la pandemia, las grandes fiestas se habían puesto en pausa para dar lugar a las fiestas privadas al aire libre que no superaban las diez personas.

“Casi todos los diseñadores nos dedicamos a hacer mascarillas y eso nos ayudó mucho, recuerda. Y no vendía vestidos porque no había fiestas, pero comenzaron a hacer fiestas en botes, fiestas en la playa, fiestas en piscina, entonces lancé mi primera colección de trajes de baño, algo que nunca había hecho porque no me llamaban la atención. Pero saqué unos trajes de baño de alta costura, con decoraciones de cristalería, todos pintados a mano y fue un boom, porque prácticamente le di un nuevo hijo a mi línea”.

Publicidad

Para su boutique de Puerto Santa Ana, Altamirano traerá toda su línea de mujer: vestidos coctel, vestidos de gala y trajes de baño con coverups. “Tampoco va a faltar la ropa de hombre, bléiseres, camisa de botón, de lino, pantalones y líneas de zapatos. Traeremos el mismo estilo que tenemos en las tiendas de South Beach”.

Altamirano asegura que a pesar de llevar años fuera, mantiene en su corazón a su país y su ciudad y espera aportar con su experiencia a un giro en el mundo de la moda guayaquileña.