Como “histórico” calificó el actual ministro del Ambiente, Gustavo Manrique, que se considere a los aportes o donaciones que se destinen a favor de programas, fondos y proyectos de protección, conservación, restauración y reparación ambiental como gastos deducibles de impuestos.

Este planteamiento consta en la llamada Ley de Creación de Oportunidades que fue devuelta por la Asamblea Nacional al Ejecutivo. Pese al rechazo legislativo, el presidente Guillermo Lasso ha afirmado que insistirá en la aprobación del cuerpo legal.

Según el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), las donaciones deducibles serán un “beneficio que denota una clara política en pro del ambiente y que sin duda alguna creará mayor conciencia respecto al cuidado de nuestra naturaleza”.

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En la ley presentada por Lasso también se indica que el MAATE será el encargado de expedir la normativa técnica y el reglamento que regularán estas donaciones. “Nosotros como autoridad rectora deberemos delimitar con claridad cuáles son los lineamientos y demás reglas a cumplir para que aquellos programas, fondos o proyectos se encuentren debidamente calificados y aptos para recibir los aportes o donaciones”, indica la secretaría de Estado.

Es decir, el MAATE le diría a los donantes cuáles son los programas avalados para recibir los aportes. Además, estas donaciones deberán ser realizadas mediante “recursos monetarios”, afirma el ente. Sin embargo, aclara que “valdría” la pena realizar un análisis pormenorizado con otras instituciones para también aceptar insumos, por ejemplo.

Añade que el Estado no manejará la distribución de estos recursos sino que serán otorgados de forma directa por los donantes a los programas ambientales avalados “una vez que se cumplan las formalidades exigidas por la normativa pertinente”.

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Para Eliana Molineros, directora de Fundación Proyecto Sacha que se encarga de rehabilitar la fauna silvestre, esta propuesta es positiva porque en Ecuador “ningún proyecto ambiental dispone de fondos estatales”, en especial si es para atención de fauna silvestre.

“Incluso cuando se dan las multas por delitos o reparación ambiental esos fondos no se van al Ministerio del Ambiente para que este los destine para enfrentar el problema que generó la multa, sino que se van a los fondos nacionales”, dice.

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Fundación Proyecto Sacha acude a las redes sociales para pedir donaciones y así poder rehabilitar a los animales silvestres que llegan a sus instalaciones. Los ocelotes son una de las especies más afectadas. Foto: Cortesía Proyecto Sacha.

Afirma que ubicar las donaciones como gastos deducibles impulsaría más a las empresas a realizar estos aportes, “ya que es la forma más efectiva de ver tus impuestos en proyectos tangibles de protección de fauna, por ejemplo”.

En tanto, Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito y secretario del Grupo Nacional de Trabajo por el Cóndor Andino, asegura que con esto el Estado ecuatoriano “reconoce que no puede hacer lo que tiene que hacer”.

Para mí, es penoso porque es afianzar más la desinstitucionalización del Estado. Sin embargo, lo veo con un ojo de esperanza, ya que nos preguntamos si ¿proyectos como Sacha habrán recibido un fármaco para uno de sus animales por parte del Estado? O si proyectos en la Amazonía, donde están los focos de confiscación de especies, ¿han recibido un saco de balanceado?”, indica.

Señala que actualmente están en conversaciones con las principales cabezas del MAATE para mostrarles lo “duro y penoso” que es el día a día de las unidades de manejo de animales silvestres en el país.

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“(Las donaciones) pueden servir para proyectos colaborativos como el trabajo con el cóndor, osos andinos o el tráfico de primates para que no tengamos estas perversidades que tenemos ahora como que la agenda de conservación solo convoca a las transnacionales de la conservación, instituciones de afuera, para que ejecuten planes ambientales en el país. Sería una posibilidad de tener nuevos actores en lo ambiental”, afirma.

Según Bustamante, el planteamiento de los aportes permitiría a organizaciones como Proyecto Sacha, Fundación Cóndor Andino, Fundación Zoológica del Ecuador, Yanacocha, Coca Zoo, Centro de Rescate de Jaguares de Macas, entre otras, formar una plataforma para recibir recursos que “nunca los obtuviéramos si dependemos del Estado”.

“Esto también nos daría visibilidad y nos permitiría tener otro peldaño en la discusión de estos temas”, dice.

Científicos ecuatorianos que están ligados con proyectos ambientales como Inty Gronneberg, que ha criticado otros aspectos de la normativa presentada por Lasso, también han calificado la propuesta de las donaciones como “innovadora” y que sería un incentivo para iniciar el proceso de la llamada economía circular en todo el Ecuador.

Las donaciones se podrían realizar siempre que no superen el 10 % de los ingresos anuales percibidos en el ejercicio impositivo anterior por el patrocinador. (I)