Las aguas alrededor de la isla de la Plata, frente a la costa de la provincia de Manabí, son conocidas por las ballenas jorobadas a las que se observa entre junio y octubre de cada año, pero también otras especies de delfines y ballenas frecuentan esta zona con regularidad, incluso por fuera de ese periodo de tiempo.

Así fue el avistamiento de una ballena azul en las costas de Ecuador, algo pocas veces registrado en aguas tropicales

Una de ellas es la ballena tropical o de Bryde (Balaenoptera edeni), de la que hay registros de su presencia en las costas territoriales del Ecuador desde tiempos de la colonia, cuando eran más comunes, pero su población fue afectada por la caza indiscriminada de barcos balleneros.

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Ahora los científicos documentan encuentros cada vez más frecuentes con esta especie, lo que indicaría que, tras las prohibiciones mundiales de capturar varios tipos de cetáceos, durante las décadas del cincuenta y sesenta del siglo XX, se dio una recuperación del número de individuos.

Es una hipótesis. De ahí la importancia del trabajo que realizan científicos como Fernando Félix y Cristina Castro, biólogos marinos que son parte de un programa de cooperación interinstitucional creado para generar conocimiento sobre los delfines costeros y ballenas en aguas ecuatorianas.

El fin es promover su conservación y apoyar las actividades de control y vigilancia de las áreas marinas y costeras protegidas regentadas por el Ministerio del Ambiente, dice Félix, investigador del Museo de Ballenas de Salinas y de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

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De las ballenas de Bryde o tropicales se conoce poco, incluso menos de lo que se sabe de las jorobadas; ambas son parte del grupo de especies marinas migratorias que visitan las costas nacionales.

Las aguas nacionales son parte de las rutas migratorias de especies marinas gigantes, como las orcas o las ballenas tropicales (en la foto). Foto: CORTESÍA FERNANDO FÉLIX

Félix cuenta que son más tímidas que las jorobadas, apenas salen a la superficie y son más oscuras, lo que las hace difíciles de observar. De ahí que se mantenga la investigación, agrega, para conocer su comportamiento, por qué llegan y establecer medidas de conservación más directas.

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“Las aguas del golfo de Guayaquil son muy productivas. Ecuador podría ser un sitio de alimentación o de tránsito para ballenas del hemisferio norte que bajan a Perú. No conocemos mucho de sus movimientos e identidad de la población que pertenece. Por eso, es importante el registro y la biopsia que tomamos para estudios de genética poblacional”, indica Félix.

El potencial de la investigación es inmenso. Un estudio en el que participó Castro calculó que solo durante la temporada en la que llegaron las jorobadas en 2019 el turismo en torno a su avistamiento generó más de cinco millones de dólares en el cantón Puerto López, en Manabí.

Castro es una de las pioneras en la investigación de mamíferos marinos que visitan al país. Ella empezó su trabajo hace 25 años, cuando no había un fundamento científico de la presencia de las jorobadas en las costas del Ecuador.

“En ese entonces, la gente se burlaba porque decían que estas ballenas solo estaban de paso hacia Colombia, lo que no era verdad: la zona marina del Parque Nacional Machalilla (en Manabí) es un área de reproducción. Ahora estudiamos varias especies, como la de Bryde o tropicales y la azul”.

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En el caso de las ballenas de Bryde, agrega Castro, son muy rápidas y no sacan todo su cuerpo sobre la superficie, como las jorobadas.

“Pueden ser muy difíciles de observar para un turista, pero eran abundantes en los años 1830 hasta 1930. Hay registros de que estaban en la islas Salango y de la Plata, pero empezaron a llegar los barcos factoría de caza de ballenas, llamados así porque allí mismo las faenaban. Esta flota diezmó su población”, asevera.

Hay registros de avistamiento del tiburón ballena frente a las costas de Olón (foto), en la provincia de Santa Elena, o de Puerto López, en Manabí. Foto: CORTESÍA FERNANDO FÉLIX

Recién desde hace una década se vuelven a registrar avistamientos casuales, que son cada vez más frecuentes.

Estas ballenas tropicales llegarían al país en el periodo de diciembre hasta marzo, en la temporada de invierno de la región costera, lapso en el que hay más registros de su presencia.

“Se caracterizan por tener tres crestas en la cabeza. Son más pequeñas que las jorobadas, ya que solo alcanzan los 12 o 13 metros de longitud. Tienen el cuerpo delgado, en forma de bala, lo que les da gran velocidad en el mar”, indica Castro.

Las ballenas tropicales son parte del grupo de las barbadas: no son dentadas; entonces, filtran y se alimentan de especies muy pequeñas, como las sardinas, camarón, plancton, agrega la especialista, pero en gran cantidad. “Como se acabó la cacería de ballenas, entonces, la especie está ocupando nuevamente las áreas que antes habitaron, su población está creciendo y llenan nuevamente todos estos espacios”.

Su estudio es prioritario, al igual que el de los delfines costeros y manchados. Uno de los fines es hacer un catálogo de las que llegan. A las ballenas tropicales se las identifica con su aleta dorsal, que es única, por lo que hay registros de avistamientos repetidos.

A una la identificamos en 2016 y la volvimos a ver hace un mes, cuando salimos a los monitoreos; entonces regresó. Otra que vimos en diciembre pasado ya la habíamos visto en 2021 y 2020. Entonces, quiere decir que, como las jorobadas, se van a algún lado, pero no sabemos adónde, y regresan acá, a esta área”.

Las orcas llegan a las aguas nacionales, donde pueden ser vistas en estado natural cazando lobos marinos, en las inmediaciones de la isla de Salango, por ejemplo, cerca de las costas de Manabí. Foto: CORTESÍA CRISTINA CASTRO

Otra muestra de la presencia de estos cetáceos gigantes es una ballena azul de 18 metros de largo que fue observada cerca de la costa de la isla de la Plata, en Manabí, el 22 de enero último.

Esta última es parte de una especie considerada el animal más grande que ha existido en la historia del planeta. En aguas antárticas se han registrado especímenes de más de 30 metros de longitud y 150 toneladas de peso.

De estas gigantes, pues, poco se conoce de sus rutas de migración, manifiesta Félix, al igual que su distribución en aguas abiertas e incluso dónde se reproducen.

El espécimen fue captado en video. La importancia del registro es que existe solo un puñado de estos en aguas de Ecuador, en los últimos 20 años.

El 26 de febrero próximo se retomarán los monitoreos de estas especies marinas en las aguas nacionales. La investigación determinará, por ejemplo, el tipo de genotipo de ballena tropical que llega al país. Si es la costera o la oceánica.

“Con las muestras que se toman se descubrirá. Hemos empezado a hacer todo el perfil genético de las ballenas y allí comenzamos a comparar para ver cuál es. Lo primero que estamos haciendo es tratar de conocerlas. Cuando ya las entendamos se podría preparar algún proyecto turístico y dar las medidas de cómo debería hacerse ya que los avistamientos son igual una actividad antropogénica”, manifiesta Castro.

La idea es definir el periodo en el que llegan al país y en qué temperatura está el agua cuando lo hacen. Las ballenas tropicales arriban con crías, están alimentándose o descansando. “Lo más seguro es que las crías nacieron por aquí en esta zona (del Parque Nacional Machalilla y sus inmediaciones).

Foto de la ballena azul captada en enero pasado en los alrededores de la isla de la Plata, frente a las costas de la provincia de Manabí. Foto: CORTESÍA FERNANDO FÉLIX

Ecuador es un país libre de acuarios y delfinarios

Lo importante de su presencia, añade Castro, es que estas especies marinas están libres en estado natural y pueden ser observadas así. “Tenemos un país libre de acuarios y delfinarios”.

Las orcas es otra de las especies que genera interés en los visitantes que recorren la isla de La Plata en los tours.

Su función es alimentarse de los animales enfermos, débiles, las crías y los más envejecidos al ser mamíferos carnívoros. Estas cazan en grupo y se nutren de lobos marinos, ballenas y delfines, incluso hay registros de su presencia muy cerca de la costa de Santa Elena y Manabí, dice Castro.

Con esto regulan la población de peces, mamíferos y de ballenas.

Uno de los registros quedó captado en un video grabado en septiembre del 2022 frente a la comuna de Ayampe, en Manabí, que se viralizó en las redes sociales.

Las orcas también han aparecido en las inmediaciones de la isla de La Plata y el islote de los Ahorcados. “Siempre las hemos visto depredando, entonces se están alimentando. Estas abundan generalmente en el mes de septiembre cuando las crías de las jorobadas ya han nacido”, explica Castro. (I)

@palosantotravel

Salimos a buscar #BALLENAS🙃🙃🙂 🐋 y encontramos los más grandes delfines Del Mar 🌊 #orcas 🙀🙀🙀 🫣😄 frente a los ahorcados en Ayampe. Dos machos y una hembra navegando, la punta de su aleta nos dice que se alimentan de mamíferos marinos 😞🫢 Siempre el tomar un tour de naturaleza es una aventura 😄 #Isla de la Plata, #tours costeros o cortos de ballenas… nos especializamos en #delfines y #ballenas y nuestro #equipo sabe lo que hace. Gracias chicos por el magnífico tour… y su excelente trabajo 🙌 Estos datos son donados a la #pacificwhalefoundation que tiene catálogos de identificación de diferentes especies de #mamiferosmarinos en el país. . . . #bestphotos #ballenasjorobadasecuador #ballenasjorobadas #mejores #machalillanationalpark #ecuadortravel_ig #ecuadorturistico #palosantotravel #puertolopez #whalewatchingtour #orcas #ig #Ecuador2022 #delfines #puertolopezecuador #tour2022 #primeroecuador💛💙❤️ whalehousehotel #tiktok #tiktokecuador🇪🇨 #observaciondeballenas #vacaciones #bendecido #diversión #gracias #toursenbarco

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