Según el Estudio Primario de Percepción sobre Consumo Responsable en el Ecuador, desarrollado por la Corporación Ecuatoriana para la Responsabilidad Social & Sostenibilidad (CERES) junto al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el consumidor ecuatoriano cada vez más utiliza criterios de sostenibilidad para decidir la compra de un producto o servicio.

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Esta nueva generación de consumidores, con una clara conciencia ambiental y social, es una tendencia que va ganando terreno a nivel mundial. Se trata de personas conscientes de su rol y de la incidencia de sus decisiones en las empresas y en los gobiernos. Durante los últimos años hemos sido testigos de la presión social para la eliminación de plásticos de un solo uso, por ejemplo.

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Un consumidor responsable cuida los recursos, pues sabe que estos son limitados. No desperdicia el agua, se baña en el menor tiempo posible, se preocupa por disminuir el consumo de energía eléctrica, apaga las luces cuando es necesario, desconecta los cargadores y artefactos que no se estén ocupando, evita el uso del aire acondicionado o la calefacción, utiliza movilización sostenible como el transporte público o la bicicleta. Procura usar medios de pago electrónico y apoya los negocios pequeños.

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El año pasado CERES, junto con más de 50 aliados desarrollaron la campaña “Hola Consumo Responsable”, que motiva a los consumidores a tomar en cuenta estas cuatro acciones claves: INFÓRMATE, DECÍDETE, ENCÁRGATE Y ACTÍVATE.

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INFÓRMATE: El conocimiento es poder
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¿Qué consumes? ¿Qué contiene? ¿De dónde proviene? ¿Cómo lo hicieron? ¿Quiénes lo hicieron? ¿Cómo llega de la fábrica a tu casa? ¿Cómo está empaquetado? Muchas de estas preguntas podrás responderlas fijándote bien en el empaque del producto, en su manual de uso o en la página web de los fabricantes. Por supuesto, hay empresas muy transparentes y honestas que nos cuentan todo lo que necesitamos saber los consumidores y otras que no tanto.

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DECÍDETE por la sostenibilidad
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Ahora tienes que elegir el producto adecuado. No existen los productos perfectos. Todo lo que hacemos los humanos tiene impactos negativos y positivos en el ambiente y en nuestro entorno social. Para elegir responsablemente te recomendamos lo siguiente:

  • ¡Consume solamente lo necesario!
  • Prefiere los productos locales y de temporada.
  • Apoya a las empresas responsables.
  • Elige productos más sostenibles.
  • ¡Haz una lista de compras!


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ENCÁRGATE de los residuos
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Muchas personas se ocupan muy bien de la limpieza de sus hogares, pero se desentienden de la limpieza del planeta. Poner la basura en el basurero no basta, podemos gestionar de una manera responsable nuestros desechos.

Muchas cosas pueden ser recicladas por nosotros mismos: frascos que pueden llegar a ser vasos o floreros, ropa en buen estado que puede ser donada, juguetes que pueden ser reparados y más.

En el caso que no haya más remedio que desecharlos, es clave tomar en cuenta que debemos clasificarlos en desechos orgánicos (restos de comida y restos vegetales de origen doméstico) y desechos inorgánicos, que pueden ser también clasificados en papel y cartón, vidrio, latas, plásticos, textiles, pilas y baterías; y otros como desechos de construcción, artefactos electrónicos, muebles, neumáticos y más.

El siguiente paso es direccionarlos hacia un buen gestor ambiental o reciclador de base, o dejarlos en los puntos de acopio autorizados más cercanos.



ACTÍVATE: No más brazos cruzados…
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El mundo necesita consumidores activos, que asuman su rol a favor del desarrollo sostenible. Para ello te sugerimos que no te cruces de brazos esperando que los cambios que requiere el planeta se vayan dando de a poco, necesitamos actuar de manera efectiva para alcanzar lo que buscamos.

El Gobierno y las empresas necesitan escucharnos, para ello no necesitamos ser agresivos. Un mensaje amable en las redes sociales puede conseguir muchas cosas y permite mantener un diálogo abierto y amigable.

Participa en jornadas de reforestación o voluntariado social, el mundo necesita muchas manos y mucho trabajo para reparar los daños que como humanidad le hemos causado.