Cerro Candelaria y Río Zúñag, ubicadas en la provincia de Tungurahua, son las dos nuevas áreas protegidas privadas que registra el país. En total son 3.456,5 hectáreas de bosques andinos y otros ecosistemas que se sumaron al Sistema Nacional de Áreas Protegidas-Subsistema Privado.

La declaratoria de estas nuevas zonas de conservación fue liderada por Fundación EcoMinga, que desde el 2019 coordina acciones con WWF-Ecuador para asegurar una armonía entre las comunidades que habitan en el corredor ecológico existente entre los parques nacionales Llanganates y Sangay y su entorno.

Ecuador registra 67 áreas protegidas y 15 zonas de conservación hídrica, ¿por qué son importantes estas figuras para cuidar la naturaleza?

La creación de estas áreas se realizó en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Ambiente (que se celebrará el 5 de junio), durante un evento liderado por la ministra del Ambiente subrogante, Bianca Dáger, en Baños de Agua Santa. En esta actividad también se presentó una nueva especie de rana que habita en los bosques húmedos de estas áreas protegidas, normalmente en el interior de bromelias y cuyo nombre se oficializará próximamente.

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“La transición ecológica también implica la generación de ciencia, y gracias al trabajo articulado entre el Instituto Nacional de Biodiversidad, Fundación EcoMinga y otros científicos hoy podemos celebrar que Ecuador tiene una nueva especie de anfibio; a la vez que nos sentimos orgullosos de contar ya con 70 áreas protegidas en nuestro Sistema Nacional, con las que seguiremos protegiendo, descubriendo más biodiversidad y caminando hacia la transición ecológica del Ecuador. Esta es la mejor manera que tenemos para celebrar un año más el Día Mundial del Ambiente”, señaló Dáger.

En tanto, Tarsicio Granizo, director de WWF-Ecuador, resaltó que “los corredores de conservación son un mecanismo para garantizar la conectividad de los ecosistemas. Esto es que las especies puedan tener pasos o puentes entre áreas protegidas núcleos para evitar el efecto isla de áreas rodeadas por actividades humanas y así permitir un adecuado ordenamiento de esos espacios. La incorporación de estas áreas privadas al SNAP es un paso importante para la constitución oficial del Corredor Llanganates-Sangay”.

Curiquingue-Gallocantana, en Azuay, es el área protegida número 67 de Ecuador

Por su parte, Javier Robayo, director ejecutivo de la Fundación EcoMinga, señaló que “esta declaratoria es un hito que refleja nuestro esfuerzo, y nace desde los resultados de la investigación científica, que ha permitido reconocer la importancia de las especies endémicas, raras y amenazadas que viven en estas zonas y representan un verdadero patrimonio natural. Gracias a esta declaratoria podemos asegurar a perpetuidad la protección de estos hábitats y sus especies que son únicas en el mundo”.

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Estas declaratorias son clave para avanzar con los esfuerzos de conservación orientados a generar medios de vida más sostenibles que protejan y salvaguarden los ecosistemas del Corredor Ecológico Llanganates-Sangay, la coexistencia gente-fauna y una articulación en red de distintos actores, demostrando así que la transición ecológica del país sí es posible. (I)