En septiembre de 2021 guardaparques de la Unidad Técnica de Isabela (UTI), de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), encontraron los restos de quince tortugas gigantes asesinadas en el sector de La Gorra, una zona rural al este del volcán Sierra Negra, a 16 kilómetros de Puerto Villamil.

Así lo revela un informe interno de la DPNG, que fue presentado a la Policía Judicial, al que tuvo acceso el portal digital Periodismo de Investigación (PI). Los quelonios asesinados pertenecían a la especie Chelonoidis guntheri, que está catalogada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estas muertes obedecerían al consumo clandestino de carne de tortuga gigante por parte de una minoría de la población isabeleña.

Cien tortugas bebés de Galápagos desaparecen del centro de crianza en Isabela

En Galápagos, la matanza de tortugas gigantes está prohibida desde 1933. En la actualidad, matar a un animal de una especie en peligro de extinción es un crimen tipificado en el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal del Ecuador. PI afirma que funcionarios del Municipio de Isabela, guardaparques, de la Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad y familiares de exasambleístas estarían involucrados en estas muertes.

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En tanto, hoy, 29 de agosto, la Fiscalía General del Estado anunció, vía Twitter, que abrió una investigación previa para indagar los hechos relacionados con la presunta caza y faenamiento de cuatro tortugas terrestres gigantes en el complejo de humedales ubicado también en Isabela.

La Unidad Especializada en Delitos contra el Medioambiente y la Naturaleza (Uidmen) de Fiscalía dispuso diligencias, como toma de versiones de funcionarios del Parque Nacional Galápagos, designación de expertos en necropsia animal, reconocimiento de indicios, entre otros”, afirmó el ente.

EL UNIVERSO pudo conocer extraoficialmente que la investigación de la muerte de estos cuatro quelonios se debe a una denuncia que realizó el pasado 7 de julio la DPNG y se estarían brindando todas las facilidades a la Fiscalía. La carne también habría sido para consumo humano.

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Según fuentes consultadas por este Diario, que prefirieron omitir sus nombres, habría al menos siete denuncias oficiales sobre faenamiento de tortugas en Isabela, incluidas las reportadas por PI. Sin embargo, afirmaron que el informe interno citado por PI, que detalla nombres de posibles responsables, no existiría o no aparece hasta el momento.

La carne de tortuga, para despistar a las autoridades, también es mezclada con carne de cerdo o de burro, según una galapagueña que también prefirió omitir su nombre. Ella afirma que el consumo de quelonios solo se estaría realizando en Isabela, en donde incluso se ofrece la carne a domicilio.

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Según PI, el ministro del Ambiente, Gustavo Manrique, al ser consultado sobre la muerte de las quince tortugas, habría indicado que “quería” ver el hecho como un tema de “consumo ancestral”.

La población de tortugas de Isabela ahora suma un problema más, ya que ha sido afectada por la introducción de especies invasoras y el tráfico internacional. En 2018, más de cien tortugas terrestres bebés fueron robadas del centro de crianza Arnaldo Tupiza.

Todo esto va en contra de los procesos de recuperación de la población que ha tratado de implementar la DPNG. En enero de este año, un grupo de 43 tortugas gigantes de la especie Chelonoidis Guntheri, que nacieron y crecieron en el centro de crianza Arnaldo Tupiza, fue devuelto a su hábitat natural.

EL UNIVERSO consultó al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica sobre estas denuncias y a través del grupo de comunicación de WhatsApp indicó que “brindará toda la colaboración que se requiera para las diligencias respectivas” en el caso de las muertes de las cuatro tortugas anunciado por la Fiscalía. (I)

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