La Bauhaus fue la escuela de arquitectura, diseño y arte fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar (Alemania), y que tomó fuerza hasta convertirse en un centro pedagógico y experimental que puede ser considerado como la primera escuela de diseño del mundo y que fundó las bases para el diseño moderno.

Hoy, y más de un siglo después, en Ecuador se ejecuta el proyecto “Mapeando la Bauhaus al otro lado mundo”, una propuesta de investigación participativa que cuenta con la ciudadanía, los gremios y la academia para evidenciar la importancia y el valor de los aportes del patrimonio moderno en todos los aspectos de la vida cotidiana, además de convertirse en el primer mapa interactivo de arquitectura moderna del país.

“América Latina también pretende alcanzar el ideal de la modernidad al adoptar estos nuevos paradigmas. Pero lo hace desde sus propias visiones, interpretaciones y contradicciones. Los códigos modernos se vuelven universales, pero al mismo tiempo van adquiriendo el espíritu de lo local, abarcando nuevos territorios y creando otros paisajes”, define el sitio oficial del proyecto.

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Edificio de condominios El Girón, en Quito. Foto: Rosa Amelia Poveda

Este Diario conversó con María Soledad Salazar, arquitecta y maestra en Rehabilitación Urbana por la Universidad Central del Ecuador; María Susana Grijalva, arquitecta por la Universidad Central del Ecuador y maestra en Estudios Urbanos por Flacso Ecuador; y Rosa Amelia Poveda, coreógrafa ecuatoriano-alemana y licenciada en Ciencias de la Educación en Lenguaje, Música y Movimiento por la PUCE, sobre esta iniciativa que ya se extiende por Guayaquil, Cuenca, Quito y la Sierra norte.

El proyecto cuenta con el apoyo del Centro Humboldt (Quito) y el Centro Cultural Alemán (Guayaquil).

“La arquitectura moderna está en peligro. Es la arquitectura que se desarma con mucha facilidad porque no está inventariada”. Entonces, estamos botando casas modernas, partes de la historia, la inversión de alguien. Y, nuestro propósito es generar un freno para que los barrios no se desestructuren con la pérdida de edificaciones que deberían reciclarse. No hay necesidad de botar algo para construir, porque ese será un precio mucho más alto”, advierte Salazar.

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¿Cuál es el origen de este proyecto y cuál es su objetivo?

María Susana: Arranca en 2019, una fecha conmemorativa de los 100 años de la fundación de la Bauhaus, pero desde 2018 ya habíamos comenzado a trabajar un proyecto que nos permitiera hacer un análisis y profundizar un poco sobre la influencia de esta escuela en la arquitectura moderna del país, pero no solo en la arquitectura, sino realmente en todos los aspectos en los que esta escuela tuvo influencia: el arte, diseño, filosofía..., básicamente en casi todos los temas de la vida. Y lo que busca es cartografiar la influencia de esta icónica escuela en nuestros territorios, en las ciudades, pero también esperamos que en algún rato pueda ser también un poco más amplio y más regional.

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¿Qué otras aristas tiene este proyecto?

Rosa Amelia: Junto con el MAE (Museo Archivo de Arquitectura del Ecuador) hicimos el vacacional “Jugando con la Bauhaus al otro lado del mundo”. Y lo que se hizo fue una adaptación del curso preliminar (el Vorkurs) de la Bauhaus (dictado por Johannes Itten) a un formato para niños de 7 a 11 años. Fue una experiencia bastante interesante (...). Hubo incluso niños menores que nos acompañaron y que lograron los objetivos de cada actividad con resultados muy buenos (todos disponibles en la página web en microexposiciones). Más allá de haber estado en la experiencia del taller vacacional, los niños se llevan herramientas y una habilidad de lectura para convivir con objetos de arte. Además, salimos a las calles a mapear la arquitectura moderna del barrio de San Marcos. Es una actividad que esperamos replicar en otras ciudades y en grupos de otras edades.

¿Qué han descubierto en este proceso?

Soledad: Esto ha sido impresionante, porque en un inicio estimamos contar tal vez con unos 500 levantamientos de arquitectura de calidad que reflejan esta influencia de la escuela alemana, y resulta que en el primer tiraje ya teníamos 1.500; y el siguiente semestre, 3.000; y, de momento, tenemos prácticamente 5.000 registros.

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Fachada del edificio Benalcázar, en Quito. Foto: Rosa Amelia Poveda

¿En qué etapa del estudio está en Guayaquil?

Soledad: En Guayaquil ya tenemos el contacto con la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, con quien estamos trabajando este proyecto porque el vicerrector, el arquitecto Florencio Compte, ha trabajado la arquitectura moderna en Guayas, que se inicia muchísimo antes que en el resto del interior del país, casi en paralelo al desarrollo de la Bauhaus en Alemania, pero ya los chicos están registrando estas edificaciones.

¿Cuál es la meta que esperan alcanzar con este estudio?

María Susana: Este ya es nuestro cuarto semestre de trabajo con el recurso humano de la Universidad Central. Entonces, los registros que tenemos en Quito son casi lo que sería la línea base para el inventario nacional de la arquitectura moderna. Y, de hecho, en mayo ya hicimos el lanzamiento en el MUCE (Museo de la Universidad Central) del primer mapa de arquitectura moderna, que se encuentra en nuestro sitio web y que mostraba los resultados del estudio en Quito y de la Sierra norte. Entonces no teníamos todavía registros de Guayaquil, donde hoy ya tenemos unos 100. El trabajo en Guayaquil nos va a dar otras temporalidades y otras manifestaciones también, lo cual, por supuesto, es muy enriquecedor para el proyecto y para la historia de la arquitectura, del diseño y del arte en el país.

¿Qué edificaciones destacadas están entre las ya registradas?

Soledad: Por ejemplo, está la Ciespal (Quito), que es como un árbol al revés; entonces, tiene una potencia en su lenguaje, la utilización de las formas básicas del triángulo, el cuadrado, el círculo, las texturas, la materialidad del cemento armado. Otro edificio emblemático es el del IESS (la Caja del Seguro, Guayaquil), con esta cortina de vidrio y ese mural espectacular tapado por una parada de buses –que no sabemos cómo pudo suceder –; pero, sí, los pisos con los mármoles, toda la herrería del interior, la espacialidad, la cantidad de luz que atraviesa las ventanas en todos los lados. Solo por mencionar un par. (I)