El kintsugi es la técnica japonesa a través de la cual se otorga una nueva vida a piezas de cerámica rotas al reconstruirlas y unirlas nuevamente con barniz de resina, espolvoreado con oro u otros metales preciosos. Entonces, se considera que el objeto posee ahora un nuevo valor y una renovada resistencia, gracias a sus cicatrices.

Para la artista y mosaico terapeuta chilena, Rosario Lira, esta práctica pasó de ser una simple metáfora a convertirse en un verdadero proceso de sanación personal en su vida, pues desde hace algún tiempo, enseñar y crear piezas a partir de la técnica del mosaico la ayudó a superar una crisis personal.

“La técnica en la que más me especializo y en la que he basado mi trabajo es el mosaico, pero el mosaico me ha llevado a todo tipo de línea, puedo hacer mosaico clásico, tipo cuadro, mosaico para decorar muros y también aplicado sobre vidrios, en forma de las conocidas luminarias o lámparas turcas”, comentó para este Diario desde Chile, vía Zoom. “La base del mosaico es hacer un collage con cualquier elemento que uno pueda tener en mano, puede ser vidrio, conchas, piedras, azulejos, vasijas rotas, etcétera”, explicó.

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Desde pequeña, Lira estuvo vinculada con la terapia personal y otras prácticas de bienestar como el mindfulness gracias a que su madre, psicóloga de profesión, compartía con ella y su hermana estos encuentros y sesiones en los que participaban otros profesionales del área. Posteriormente, luego de graduarse de Educación de Párvulos, la artista pudo percibir cómo, a través de dibujos o trazos, los menores podían expresar también ciertas situaciones que los rodeaban. Algo parecido percibió luego entre los compañeros de su hijo, ahora de 19 años, quienes, comenta Lira, también ‘se guardaban muchas cosas’ que probablemente no eran fáciles de contar, como padecer un trastorno alimenticio.

Pero sería el atravesar una situación crítica en su vida lo que la impulsó a vincularse definitivamente con el arte terapia y sus diferentes técnicas y decidir compartirlas con otros que también necesiten un método para sanar. “La que más resonó conmigo fue el mosaico, además de que fui viendo la analogía que hacía de diferentes situaciones de mi vida con este trabajo artístico”.

“Todos tenemos algo, todos llevamos algo en nuestra vida, hemos pasado por una situación o más de una situación en muchos casos, que nos fragmentan en muchos trozos, pero al final depende de cada uno qué es lo que que hacemos con eso. Nosotros somos responsables, no somos un resultado sino que somos productores de nuestra vida”.

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La creatividad como la ruta de la sanación

La creación es parte de su día a día. “Como toda artista, siempre ando con mi cuaderno de bocetos por todas partes”, relata. “Y trato, al menos una vez por semana, de comenzar un nuevo proyecto”. Además, como la mayoría de los artistas, comercializa luego sus obras.

Esa motivación de aprender una nueva habilidad y de elaborar un producto que luego puedan vender convoca a varias mujeres a los cursos que ofrece con frecuencia la artista. “O vienen porque quieren hacer un trabajo lindo para regalar a su mamá y se van contentas con lo que han hecho”.

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Sin embargo, hay dos obras de Lira que no están a la venta y que considera que la representan. “Una es un busto elaborado con una técnica 3D, se agarra un cubo de plumafon y se le da la forma de una escultura (un torso) que luego se sella en cemento y sobre ese cemento se trabaja luego el mosaico (técnica que también enseña)”, explica. “Supongo que es mi armadura de mujer guerrera”.

El otro, relata Lira, es una ‘radiografía’ de una mariposa y que también es el logo de su taller y de su perfil en Instagram. “Es una mariposa que está renaciendo de lo blanco y lo negro y está hecho de fragmentos de colores porque no todos los fragmentos de nuestras vidas vienen de cosas terribles, sino que es el día a día”.

Lira mantiene hoy además un vinculo cercano con Ecuador, país que visitó luego de la pandemia como turista, pero donde también encontró un nicho para la enseñanza de su arte y dar pasos que curen, poco a poco, los problemas sociales. “No voy a cambiar el mundo, no lo pretendo y no creo que tenga el poder para lograrlo, pero creo que es posible lograr una unidad”.

En Instagram: mosaicalma

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