A Victoria no le gusta ocultarse. Desde muy joven se negó a usar prótesis en los brazos porque estas no eran funcionales y sintió que estaban ahí solo para taparla o para darle algo para esconderse. Y luego de experimentar por un tiempo con una esponja para cubrir la prótesis de la pierna, se la quitó, y hasta hoy utiliza su extensión metálica con la que sale a pasear, baila, modela y viaja.

Victoria, guayaquileña de 26 años, fue candidata a Miss Ecuador en 2021. Foto: Víctor Álvarez

“Sufrí un impacto muy fuerte en mi cuerpo, mas no en mi mente y mi alma”, dice del accidente que tuvo a los 4 años. “Siempre está esa voz que me dice que soy buena, que soy suficiente, que estoy haciendo lo mejor que puedo y que estoy evolucionando y transformándome para ser mejor”.

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Ella encontró un espacio para esa transformación en el modelaje, una carrera con la que soñó desde pequeña. “He sido una chica en conexión consigo mismo, y creo que esto es muy importante para poder expresarme en la fotografía y en la pasarela. Creo que la seguridad es el ítem principal para este tipo de trabajo, porque estamos comunicando, llevando emociones a otras personas”.

La clave, asegura, está en escucharse. “Lo mío, mis expectativas, mis opiniones, mis deseos y lo que siento cuenta. La estrategia es no olvidar escucharnos, y desconectarnos de las cosas que no llenan nuestra alma, no quitarnos la importancia de que existimos, de que nuestra experiencia es vida”.

El siguiente componente para Victoria es la autenticidad. “Me gusta el mundo de la belleza, donde puedo poner mi esencia, porque de eso se trata el entretenimiento, no invadir otras esencias, simplemente otorgar la tuya”.

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Luego habla de la fe en sí misma, algo que ha sido fuerte en ella desde pequeña. “Tuve ciertos limitantes, tuve un accidente que pudo haber derrumbado mis sueños o mi expectativa de vida. También hubo personas que no creyeron que yo lograría mi deseo. Me preparé para ser la mujer que soy, con sombras y con mucha luz”.

Y finalmente está su deseo de dejarse ver y escuchar, de mostrar a los demás otras perspectivas de la belleza desde el modelaje. “Modelar es transmitir emociones, poder debatir sobre la belleza, cómo quieres sentirte, cómo quieres verte, a partir del show que ha creado el expositor. Considero que tengo muchas cosas bellas que dar, lo veo como arte”, dice Victoria, que se formó con Paola Castillo en Esmeraldas y también en CN Modelos.

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Un libro para vencer el miedo

Victoria Denisse Salcedo Portocarrero cumple años en diciembre, algo de lo que se asombra. “No puedo creer que son 27, es increíble”, exclama, y añade que casi todo lo que pensó que haría cuando era pequeña se ha cumplido (ser modelo, conferencista, escritora), sin importar el pronóstico. “Me he quedado en un par de cosas (como casarse), pero estoy muy feliz porque pude cumplir la mayoría”, entre ellas, el modelaje.

Al momento se desempeña como 'influencer' y toda su vida ha tenido tres sueños, ser modelo, conferencista y escritora. Foto: Víctor Álvarez

Nota que de a poco su propia experiencia está llegando a otras personas y por eso ha decidido compartir como conferenciante y próximamente como escritora. “Tengo una voz interna y la he considerado, porque es positiva”. Positiva, no ingenua. “Considero lo que está más cercano a la luz, porque me deja ver la realidad, así no sea la realidad que espero, y en la verdad están las respuestas”.

Una de esas verdades es que Victoria ha aprendido a esperar y a tener paciencia consigo mismo y con los demás. Por eso valora las pausas, se toma su tiempo en tareas sencillas como maquillarse, vestirse o sacar sus documentos de la cartera para pagar su café mientras da un paseo a solas, una de sus actividades favoritas.

La vida no ha sido sutil conmigo, ni esperé que lo fuera. Siento que soy una mujer muy fuerte y por eso he pasado esto, porque tengo la virtud exacta para sobrellevar lo que me toca vivir”.

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Y en esa línea va el libro que está escribiendo y que espera terminar (y tal vez publicar) en 2023. En preparación a ese momento, se alista a dictar charlas motivacionales en el país. Actualmente se desenvuelve como influencer, pertenece al Grupo de Talentos de AA Management y la siguen más de 175.000 cuentas en Instagram y 720.000 en TikTok.

“Desde el accidente tenía claro que cuando fuera grande debía compartir mi experiencia de vida y ese entusiasmo de estar viva y de ser agradecida”. Así que decidió tomarse este año para escribir un libro que aún no tiene título, pero que está enfocado en los límites. “Me he dado cuenta de que muchas veces en el exterior no existen limitantes, eres tú quien se está diciendo que no puedes, que no eres bonita, y mi libro está dirigido a eso, a la historia que tú te estás contando, porque esa va a marcar tu destino, y lo digo porque me pasó. He oído muchas voces sobre lo que puede hacer una persona sin brazos, pero veo que también hay limitantes para las personas que no tienen discapacidad y son ellos mismos”.

Foto: Víctor Álvarez

Así que Victoria no cede ante el miedo a lo que digan los demás. “Lo recuerdo, porque cuando era niña lo tuve. Entonces estaba descubriéndome, pero una vez que te descubres, vives tu hermosura y tu vida de una manera noble”.

En busca de la independencia

Uno de esos actos de nobleza de Victoria fue usar solamente la prótesis que le sirve. “De niña no me gustaba mostrar la prótesis de la pierna ni los brazos que solo eran estéticos y me hacían sentir inútil. Y sé que no he nacido para ser inútil, yo hago muchas más cosas con mi piel”. Entonces, a pesar de su corta edad, se dio cuenta de algo: las extensiones no eran para ella, sino para que los otros la vieran ‘completa’. “¡Pero no lo estaba realmente!”.

La pierna protésica era diferente, porque con ella podía andar y hasta correr. “Era válido, pero entonces tenía un forro de espuma para que se asemejara a la forma de la pierna real y no me gustaba, se notaba la diferencia. Fui creciendo y entendiendo que la verdad nos hace libres. Así que empecé a usar solo el esqueleto de la prótesis. Me puse un vestido, rosado, muy lindo, sin ese forro, y fue tan liberador, tan yo; había estado escondiéndome tras algo material, que no siente, que no sabe lo que yo siento”.

¿Qué piensa de las prótesis robóticas? Con mucho gusto las usaría, dice Victoria, pues es algo creado pensando en quien la va a utilizar y no en quien la va a ver. “Sé que la rehabilitación es extensa, he tenido contacto con personas que han querido ayudarme, pero es un trámite muy complejo y ojalá que en algún momento pueda intentarlo. Tiempo al tiempo, Dios quiso que hiciera la mayoría de las cosas con mis piernas”, vestirse, maquillarse, utilizar el teléfono, “hasta pude irme de viaje sola, con eso te digo todo. Obviamente necesito ayuda, sentarme para sacar la billetera y pagar; hago las cosas de otra manera, pero las hago”.

Y así ha adquirido paciencia. “No soy una persona que vive corriendo, va contra mis límites físicos, pero estoy feliz de saber que si quiero salir, tener un respiro o tomarme un café, lo puedo hacer; puedo pedir un taxi, ponerme un vestido y zapatos e irme. No sé si a las personas que vayan a leer esto les pasa, pero andar sola y sentirse independiente es uno de los atributos humanos más hermosos y ricos, al menos para mí. Es delicioso poder decidir y ser autónomo”.

Foto: Víctor Álvarez

Y así llegamos a lo que Victoria llama su sueño más top, vivir sola. Espera que los proyectos que aún tiene por realizar la ayuden a alcanzar esa independencia. “Sí, así me veo, siento que va a ser una experiencia única. He sido una chica muy cuidada y amada, creo que por eso soy como soy, porque he recibido demasiado amor, pero no me da miedo la soledad. Disfruto mucho de estar sola y hacer las cosas que quiero”.

La belleza como un camino hacia el liderazgo

En 2021, Victoria fue una de las candidatas a Miss Ecuador. Pero su concurso favorito sigue siendo Miss Universo. Le hacía ilusión pensar en la vida de las candidatas fuera de cámara. A qué se dedicaban, cómo fueron sus días de estudiantes, cuánto se habían esforzado para llegar allí. “Me sentía conectada con esas mujeres porque he sido líder toda mi vida”. La única diferencia, pensaba, era que ellas traían vestidos elegantes y estaban perfectamente maquilladas.

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“Ahora que ya pasé por eso, tengo que decir que no todo es lo que parece, que ser líder no tiene que ver con estar en un certamen de belleza. Sé que hay gente con esta visión de la vida en muchísimos frentes, en sus trabajos, en sus casas y en todos lados, solo que quizás no están en una plataforma contando el esfuerzo que han hecho”, pero siguen siendo historias dignas de contar.

“Esa fue una enseñanza muy importante. Me encanta el Miss Universo todavía, no lo voy a negar, porque hay mujeres que están participando con esfuerzo y con dedicación”.

Así que mientras su carrera en el modelaje sigue desplegándose, Victoria tiene un libro que terminar, viajes a solas que emprender, nuevas personas por conocer (ahora mismo no tiene pareja) y algunas aficiones por cultivar. “Me gusta mucho pintar, siempre lo he hecho. Voy a bailar con mis amigas, todavía no se me va el bichito de las discotecas; mi mamá dice que hasta qué hora. Me encantan la naturaleza y la playa más que la ciudad”, como se nota en sus videos y fotografías en redes. Es fan de Rihanna, en quien ve un espejo interesante. No entiende por completo el fútbol, pero la entusiasma su potencial de unir a la gente. Le gusta cantar y nadar. “Creo que soy una mujer muy simple, me gusta conectar y sentirme bien en donde quiera que esté, con las energías adecuadas para poder fluir y que todo sea mejor para todos”.

Hay varios otros proyectos aparte del libro, muchos de ellos tienen que ver con el modelaje, “porque veo mucha mucha belleza. Es una parte de mí que me gusta y no voy a dejar”. (E)