Escuchar el jingle de Hacia un nuevo estilo de vida lleva a pensar en el rostro que lo acompaña, el del doctor Marco Albuja Chaves, y en el programa que ha conducido durante 25 años en diversos canales ecuatorianos y que actualmente está en Ecuavisa (sábado a las 09:30 y domingo a las 08:30), así como en su propio canal de YouTube, donde tiene más de medio millón de suscriptores.

El médico quiteño, de 55 años, se ha dedicado a compartir su práctica profesional con la difusión de salud en la televisión nacional. Entró a estudiar Medicina en la Universidad Central de Quito, y se transfirió a la Universidad de Montemorelos, en Nuevo León, México. Al volver a Ecuador, se dedicó a revalidar su título en el mismo lugar donde había empezado.

Estando en el país, le ocurrió algo interesante. “Me invitaron a dar una charla, y la gente se quedó prendida; más de una hora y seguían sentados. Y mi mamá me dijo: “Oye, está interesante lo que haces”. Comencé en radio Colón, luego en Teleamazonas (un segmento en Vanidades TV) y, a los tres años, en 1997, les propuse hacer un programa: Hacia un nuevo estilo de vida. El pasado noviembre cumplimos 25 años”, varios de ellos en TC Televisión, pero la mayor parte del tiempo en Ecuavisa.

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El doctor Albuja asegura que no hace división entre ser médico y personalidad de televisión. “No me divido, para mí la TV es un trabajo, no fui para hacerme famoso”, afirma, pues sabe que la fama tiene un peso; por eso, en su casa y en su consultorio no hay cámaras. “Pero sí soy muy agradecido, primero, a Dios, que me da esta oportunidad, y ese cariño que tiene la gente para con el trabajo y para lo que hemos hecho. Lo que me gusta es que puedo llegar a mucha gente con información que le va a ayudar, en diferentes ciudades y países”.

Ahora su saber se ha extendido a las plataformas virtuales y redes sociales: además de YouTube, está en Facebook, TikTok e Instagram, espacios en los que, por lo general, los seguidores expresan su aprobación y los detractores hacen llover críticas. Si bien la mayoría de las cuentas de personas o instituciones públicas tienen un nivel muy alto de comentarios negativos, en las del doctor Albuja ocurre lo contrario.

“¿Sabe cuál es el problema? Que tal vez me acostumbré a eso. Cuando estuvimos en pandemia, hicimos programas y contenido, y más gente se metió en nuestras redes sociales. Obviamente, hubo personas que nos criticaban, y fuerte, pero seguí el consejo de mi hijo mayor: ‘Papi, tienes más de dos mil personas que te felicitan y una o dos que te critican, ¿y te deprimes por esas dos?’. Fue como que Dios me dijo: ‘Oye, también hay esto, aprende a manejarlo, porque no vas a caer bien a todo el mundo’. Entonces, yo recibo la crítica de dos maneras: si es constructiva, reviso y hago cambios; si es por hacer daño, he aprendido a no hacer caso y pasar por alto”.

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En los centros médicos del doctor Albuja, en Quito, se brinda atención en múltiples especialidades, y la primera de ellas es la consultoría de estilo de vida saludable. A los que se deciden a seguir el tratamiento se les prescribe una dieta basada en plantas. Es en este punto, comparte el médico, que muchos comentarios “saltan”: “¡¿Y las proteínas de origen animal?!”.

No hay problema, asegura. Las críticas en el ámbito profesional son bienvenidas. Albuja menciona a médicos como Walter Willet, profesor de epidemiología y nutrición en Harvard, Boston, y Beth Frates, experta en medicina del estilo de vida en esa universidad, donde el ecuatoriano está haciendo dos certificaciones. “Ellos dicen que, para que esta forma de nutrición cale en el público sudamericano, van a pasar 20 o 30 años”.

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Mientras llega ese momento, se dedica a la investigación. Con el experto en estadística y matemático David Vera Alcívar (también paciente), desarrollaron el estudio Perfil clínico de pacientes antes y después de un programa de reversión de diabetes en Ecuador, publicado este año en la Revista de la Facultad de Medicina Humana, de la Universidad Ricardo Palma.

“Esto es estadísticamente significativo: los cambios no pueden deberse al azar, sino al impacto que tienen los cambios en el estilo de vida. Nuestro trabajo es educar al público”, prioriza; “y, eventualmente, cuando los médicos nos piden información, enviamos artículos científicos en los cuales se basan nuestros tratamientos o la propuesta educativa”.

¿Cómo se mantiene actualizado? “El público reinventa el programa, pide cosas, y tú sigues esa ola”. Lo difícil es poner la información en un lenguaje didáctico, fácil de entender; “yo creo que ahí está el éxito de Hacia un nuevo estilo de vida”.

Los principios de la educación para la salud

Fiel a la línea de su programa, el doctor Albuja tiene una certificación en Medicina del Estilo de Vida (Universidad Ricardo Palma, de Lima), rama de la medicina tradicional enfocada en los cambios en la manera de comer y vivir; no es una práctica alternativa ni natural, sino que se apega a los protocolos de tratamiento.

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"Recetas para mantener tu sistema inmune sano", reciente publicación del doctor Marco Albuja. Foto: Cortesía

“Cuando recibimos a un paciente, le hacemos los exámenes y vemos si es diabético, está hipertenso, tiene obesidad, colesterol alto o triglicéridos altos”. El primer abordaje, según dice Albuja, son los cambios en el estilo de vida. En los casos en los que esto no funciona, se irá al siguiente nivel, el uso de medicación, y la vida saludable pasa a ser un acompañamiento.

Pero lo que apasiona al médico es ver cómo muchas de estas personas no necesitan llegar a la medicación cuando hay cambios sostenidos en su vida diaria. “Pueden quedarse así toda su vida mientras mantengan buenos hábitos”; y, aún más, “pacientes que ya han estado tomando medicación tienen una remisión o reversión de la enfermedad”.

Reversión no significa cura, sino que la enfermedad retrocede en vez de progresar; y no es cuestión de magia, pues el seguimiento lo realizan múltiples especialistas. “Es tratamiento clínico a través de hábitos, pero sobre todo educación, para que la persona sepa qué hacer de allí en adelante y se mantenga apegada a lo que aprendió y conserve su salud”.

La primera afirmación que hace el doctor Albuja desde la medicina del estilo de vida es que las enfermedades crónicas no transmisibles no son, en su mayoría, hereditarias, a pesar de lo que se cree. “Si su mamá es diabética, ¿usted va a ser diabético?”. La respuesta no está en los genes, dice el médico, sino en el entorno. “La genética aporta apenas un 5-10 %. Y el resto de lo que se transmite son los malos hábitos. Si llego a tener diabetes (tipo 2) es porque heredé hábitos”.

La propuesta es que la persona, independientemente de su historia familiar de diabetes o hipertensión, logre cambiar sus hábitos con una prescripción médica de ejercicio y una alimentación basada en plantas, con alimentos integrales o mínimamente procesados y sin productos de origen animal, sin alcohol y sin tabaco. Así puede cambiar su historia.

Albuja insiste en la prescripción médica del ejercicio, y no saltarse los cambios del estilo de vida en favor de la medicación. Tampoco es partidario de sugerir que el paciente “coma de todo, pero poco”, o que “camine”, porque esto lo deja a su suerte, preguntándose qué es “comer todo”, qué es “poco” o cuánto caminar: ¿a paso rápido o lento?, ¿subir cuestas?, ¿cada día?, ¿cuánto tiempo? Tiene que haber precisión.

Tercer principio: la higiene del sueño. “Ahora está muy claro que las personas que no duermen temprano no bajarán su glucosa y necesitarán más medicación. Quienes no duermen dos horas antes de la medianoche se están perdiendo de genes de salud que solo se prenden en la noche; genes que reparan el ADN, genes anticancerígenos, que no funcionan bien cuando la persona no duerme suficiente. Los que se acuestan tarde no producen el óxido nítrico que ayuda a dilatar las arterias para bajar la presión arterial”.

¿Cuál es el mejor momento para empezar y cuándo es tarde? “Tenemos pacientes que a los 10 o 12 años de diabetes incorporan los cambios, y el cuerpo responde”. “Si el corazón ya está grande o el páncreas está muy dañado, se pueden hacer ciertos cambios, pero no será igual que una persona que tiene de 5 a 6 años de diabetes o hipertensión reciente. En nuestros pacientes que entran con insulina, a las dos semanas las glucosas caen, y a las ocho semanas se deja la insulina y la metformina, que es el tratamiento gold standard”.

Así, dice Albuja, se evitan las complicaciones. “El paciente gasta menos, el país gasta menos, se evita llegar a la ceguera e insuficiencia renal, amputación de una pierna, infarto, accidente cerebrovascular… Es la medicina menos costosa y la que tiene menos efectos secundarios en el transcurso del tiempo”.

Los hábitos saludables del doctor Albuja y cómo venció la lucha contra el colesterol alto

¿Cómo cuida el doctor Albuja de sí mismo? Sus hábitos van de la mano de lo que enseña. Lleva una alimentación basada en plantas desde hace varios años, salvo eventualidades, cuando visita la playa con su familia, una o dos veces al mes.

“Me ha ayudado mucho. Yo tenía problemas de colesterol alto, que no bajaba; luego entendí. Si la principal causa de enfermedad, mortalidad y discapacidad viene por lo que comemos, tenemos que saber decir al público qué comer; no (decirle): ‘Coma todo, pero poquito’.

Su otro pilar es el sueño. “Dormir temprano. Yo soy medio fanático en mi casa: nueve y media estoy mandando a todo el mundo al gallinero; máximo (a las) 10 están apagadas las luces y los celulares; a dormir todo el mundo”, asevera. A esto se suma el ejercicio. “Acabo de llegar del gimnasio”. Hace trabajo de resistencia o de fuerza todos los días.

Y en la categoría de “importantísimo” pone la espiritualidad. “Trato de ser cristiano, trato de ser un buen hijo de Dios. Todos los días peleo, y en esa pelea Dios me ha generado una esperanza muy bonita en el corazón”. Desde que empezó la pandemia, Hacia un nuevo estilo de vida cierra cada episodio con un “postre”: tomar un extracto de la Biblia y brindar paz. “Dios me ha cambiado la vida. ¿Usted cree que voy a poder sostener un programa de 25 años con todos mis errores, problemas, metidas de pata? Creo que Dios ha sostenido el proyecto que cree que es bueno, y ha utilizado a este hombre para que lo siga haciendo”.

¿Quiénes trabajan con el doctor Albuja?

Además de sus colegas médicos, hay un nuevo equipo de jóvenes que manejan el sitio web y las redes. Ellos le abrieron un canal de TikTok hace ocho meses, y allí ha aprendido algunas de las habilidades para salir “en vivo” (“como la famosa colaboración”, dice acordándose de la hilarante visita al programa de la youtuber ecuatoriana Nancy Risol).

Pero ciertos requerimientos van más allá de su buena disposición. “Doctor, si va a comer, grábese. Si va a levantarse, grábese. Si van a ponerle el maquillaje, grábese; a la gente le gusta ver el trascámara”, dice riendo. “Mi vida ha cambiado con las redes sociales; entiendo que eso es lo que quiere el público”.

Una de las colaboraciones más recientes salió de la pantalla y se convirtió en un libro. Junto con el chef Juan Fernández ha compuesto Recetas para mantener tu sistema inmune sano con una dieta basada en plantas. “Este libro quiere hacer la vida más fácil con cosas muy saludables y comida rica y sencilla de preparar. Hay un mundo que descubrir”. (I)