Este año, un médico ecuatoriano llegó a la presidencia de la Asociación Americana de Diabetes (ADA). Es Guillermo E. Umpiérrez, especialista certificado en cuidado y educación de la diabetes, y profesor de medicina en la División de Endocrinología del Grady Memorial, el hospital público de la ciudad de Atlanta, Georgia, y el quinto más grande de los Estados Unidos. Allí es también director de la sección de diabetes y endocrinología.

Graduado de medicina en la Universidad de Guayaquil, hizo su entrenamiento de medicina interna y endocrinología en la Universidad de Emory, y su relación profesional con esa institución es de casi cuatro décadas. “Soy profesor y director del programa de endocrinología de nuestra sección”, resume. Divide su tiempo entre el cuidado de los pacientes, la investigación y la educación de los estudiantes y residentes de posgrado.

“Tenemos un programa de investigación muy grande, con 18 médicos internacionales y americanos, y 6 profesores jóvenes que trabajan conmigo. En Emory tenemos 56.000 pacientes con diabetes, y en el hospital comunitario (Grady), 18.000 más”.

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Umpiérrez también está comprometido en la redacción de guías del tratamiento de la diabetes, tanto con la ADA como con la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos. “He tenido la suerte de ser elegido presidente de esta, la asociación más grande de diabetes en el mundo, con más de 200.000 miembros, y la de mayor importancia. Es un honor, soy el primer latinoamericano que tiene esa distinción”.

Fabián Ortiz Herbener (izquierda), vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (Slanh), y Guillermo E. Umpiérrez (derecha), presidente de la Asociación Americana de Diabetes (ADA). Foto: Moisés Pinchevsky. Foto: El Universo

La ADA es muy conocida por sus pautas para el manejo del paciente diabético hospitalizado, el que vuelve a casa y el que reside en un hogar de atención a largo plazo. “Además hemos hecho investigación a nivel de poblaciones minoritarias”. Uno de los resultados en Emory es el Programa Latino de Educación para la Diabetes, en español y gratuito.

“Hemos visto pacientes en toda Georgia y el sureste de los Estados Unidos; desarrollamos apps para enseñarles. Lo hacíamos en forma presencial, pero por el COVID-19 el último año ha sido virtual”. Las minorías latinas tienen más casos de diabetes (1,5 más probabilidades de desarrollarla que otros grupos, por causas genéticas y culturales) y menos acceso a la educación para la salud y a la atención médica. “El sobrepeso es muy frecuente”. Umpiérrez y su equipo enseñan a estas poblaciones qué es la diabetes, cómo alimentarse, cómo controlar la enfermedad, y les hacen seguimiento a su paso por las clínicas, para prevenir complicaciones.

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Como parte de esa misión, el doctor Umpiérrez visita Ecuador varias veces al año para brindar charlas y establecer lazos de amistad y conocimientos, y también para ver a su familia. “Yo creo que los médicos de Ecuador están muy bien formados, especialmente los endocrinólogos, tienen un nivel muy alto, pero muchas limitaciones en su trabajo diario”, como la carencia de medicamentos de última generación. “Espero que en un futuro estos sean de uso masivo para pacientes de todo nivel”.

Dando relevancia a Ecuador en la nefrología latinoamericana

El nefrólogo Fabián Ortiz Herbener fue elegido este año vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (Slanh), creada para unificar a todas las sociedades regionales. “El propósito es representarnos ante la Sociedad Internacional de Nefrología”, explica el médico, “y ofrecer formación continua para el personal de esta rama en toda Latinoamérica”, así como hacer divulgación científica a través de su revista oficial.

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En 2015, cuando Ortiz ejercía la presidencia de la Sociedad Ecuatoriana de Nefrología, esta empezó a colaborar con la Slanh y a contribuir con datos. Un punto de inflexión, recuerda el especialista, fue el terremoto en Manabí, en 2016. “Me trasladé para coordinar necesidades de diálisis y medicaciones para trasplantados que vivían en lugares que habían quedado inaccesibles. Recibí ayuda de la sociedad latinoamericana y de la internacional. Aunque se pasó muy mal, se aminoró el problema”.

En los últimos cinco años, considera el nefrólogo, Ecuador ha demostrado que tiene suficientes profesionales e información como para formar parte de la directiva de Slanh, y así se propuso la candidatura a la vicepresidencia por parte del área andina (Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador). El presidente electo es el colombiano Jorge Eduardo Rico Fontalvo. “Al fin Ecuador está en la directiva, un hito que permite que otros compatriotas puedan llegar, y hacer surgir al país en el ámbito nefrológico regional”.

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Los miembros de la Slanh se reúnen cada dos años en un congreso del que Guayaquil será sede en 2025. “El mismo día en que obtuvimos la presidencia, se propuso a la ciudad como sede, y ganó”, en un proceso realizado por la Sociedad Ecuatoriana de Nefrología, en colaboración con la Alcaldía de Guayaquil.

“Es un evento al que vendrán médicos de todo el mundo, ya están vistas las áreas del Centro de Convenciones para que dentro de cuatro años sea un éxito”. Ecuador y la región andina están en el momento justo para demostrar su capacidad, considera Ortiz, quien fue presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Nefrología entre 2015 y 2017. La presidenta actual es la médica manabita Vanessa Villavicencio.

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Uno de los temas en que Ecuador necesita ponerse al día, observa el nefrólogo, es en el procesamiento y publicación de los datos de salud. “Deberían estar disponibles para todos los ecuatorianos. Estados Unidos tiene una base de datos muy grande (USRDS Annual Data Report), al que cualquiera puede acceder. Con ella trabajamos en muchos países, tratando de extrapolar la información a nuestra población”.

Otra de sus preocupaciones es mejorar la calidad y expectativa de vida de los pacientes con enfermedades renales. En Ecuador, según un estudio reciente, hay un retraso de siete años entre la aprobación de un nuevo medicamento y la aplicación en el país. “Estoy muy comprometido en transferir cultura nefrológica a médicos de atención primaria, para que puedan identificar a los pacientes con enfermedades renales; si los identifico en etapa inicial, puedo controlarlos y tal vez nunca lleguen a diálisis”.

Aún se puede hacer más. El 80 % de los pacientes en diálisis tienen diabetes o hipertensión (o ambas). “Al menos un tercio de la población de Ecuador pudiera tener un grado de hipertensión; millones de personas”, y muchas de ellas no lo saben. “Necesitamos una mejor cultura gastronómica. Finlandia, en la educación primaria, enseña a sus jóvenes cómo deben alimentarse y por qué deben hacerlo así. Aquí (en Ecuador) estamos orientados a curar. Otros países están un poco mejor que nosotros, enfocados en la prevención”. Pero el siguiente escalón, con el que el médico sueña, es la promoción de los hábitos de vida saludable, que empieza en la niñez. (I)