Cuando ganamos un seguidor en las redes sociales se siente como haber logrado algo maravilloso; nos sentimos halagados y aceptados por otros. En nuestro cerebro se da el mismo efecto que ganar una recompensa o un premio. Es una alegría momentánea que baja cuando pasa lo contrario, o aumenta cuando se repite. Para quienes buscan fama en las redes, los seguidores y los likes cuentan mucho. Sin embargo, para quienes buscan incrementar sus ventas no siempre los likes son indicador de que se va a vender más.

La experiencia nos va mostrando, a quienes hacemos uso de las redes sociales en el ámbito de los negocios, que más que los likes y los seguidores son los mensajes que los usuarios envían por interno y la calidad de su respuesta lo que puede contribuir a una estrecha relación con los clientes y a un cierre efectivo de venta. Una vez más se aplica la frase “no es la cantidad, sino la calidad”.

Si algo he comprobado viviendo en México es que la atención al cliente es vital para todo tipo de negocios, y quienes han estado aquí han podido notar que en muchas ciudades de México lo saben y lo aplican muy bien. Y esa misma calidad de atención la han llevado al mundo virtual con excelentes resultados. Un ejemplo digno de seguir en nuestro país y en muchos otros.

Si creemos que comprando seguidores vamos a subir ventas, no hay nada más alejado de la verdad. Esto nos da una imagen de éxito ante los ojos de los demás usuarios; sin embargo, no necesariamente significa que estemos siendo exitosos en el negocio. Esto sube el ego, pero no siempre logra otros objetivos.

Es importante enfocar nuestros esfuerzos en dar respuestas oportunas, funcionales y amables. Y alegrémonos más cuando una publicación nuestra haya sido compartida o guardada por algún seguidor, pues significa que ha sido de utilidad.