Hace unos años, una amiga emprendió un centro geriátrico. Hoy en día me dice que no se imaginó haciendo otra cosa mejor que brindar momentos de felicidad a los adultos mayores. ¿Esto tiene sus dificultades? ¡Por supuesto! Por eso, tiene un equipo de profesionales con ella. ¿Ha tenido momentos complicados? ¡Claro! Tiene que lidiar con enfermedades y situaciones propias de la etapa que viven los ancianitos bajo su custodia. Pero hoy es feliz trabajando en un emprendimiento cuyo propósito de promoción humana fue gestándose desde mucho antes.

Pensar que las empresas con un propósito inspirador solo deben ser las fundaciones volcadas al servicio solidario es un error. Además, debemos entender que son las personas —no las instituciones— las que inspiran. Conozco a periodistas que promueven buenas noticias a través de sus redes, o que van narrando la historia familiar que quieren que sus hijos cuenten cuando sean adultos. Sé de emprendedores de proyectos turísticos que se volcaron a mantener a sus colaboradores durante la pandemia, y hoy están creciendo exitosamente por el fuerte vínculo que formaron. Y también conozco fábricas que promovieron la creación de poblados a su alrededor, y sus líderes las convirtieron en un punto de desarrollo local porque proveen trabajo, educación y salud. Por eso, una empresa con propósito no nace sola, sino que lo hace desde los sueños de sus líderes, que son transmitidos a las ideas, y estas se llevan a la acción.

¿Qué detalles marcan a estas empresas? Pues, el hecho de que declaran su propósito abiertamente, y se esfuerzan en hacerlo vivencial tanto para sus colaboradores como para sus clientes. Y, además, lo promueven en sus grupos de interés para ir afianzando sus aliados en el proceso.

Ahora, si quieres conocer si tu empresa tiene un propósito que inspira, es necesario que consideres estas preguntas:

· ¿Los colaboradores de tu empresa están felices de trabajar en ella? ¿La propondrían a sus familiares o amigos para trabajar?

· ¿Tus clientes se fueron felices después de obtener tu servicio? ¿Volverían gustosos?

· ¿Tus proveedores están orgullosos de tenerte como cliente?

Finalmente, rescatemos que, como dice el P. Frédéric Fornos S. J., “estamos en un momento Noé, una gran oportunidad para construir algo diferente”. Por eso, volquemos nuestras instituciones a la generación de bienestar, oportunidades y trabajo, pues así se conseguirá —realmente— elevar la dignidad, tan necesitada, en todas las personas.