En estos días el mundo literario esta recordando el centenario de la publicación de la célebre novela de James Joyce: Ulises. Hay un consenso acerca de que el Ulises de Joyce es uno de esos puntos de quiebre que han transformado la literatura universal. La Ilíada, La divina comedia, Don Quijote, En busca del tiempo perdido, Cien años de soledad son otros de esos giros profundos que han marcado el curso de las letras universales. El poeta Erza Pound decía que la era cristiana se dividía en realidad en un antes y un después de la publicación del Ulises de Joyce. Es más, el escritor estadounidense por algún tiempo dató sus cartas haciendo esa referencia.

La observación que hace Aristóteles en su Poética sobre la sencillez del argumento de la Odisea de Homero —terminada una guerra, un hombre viaja de regreso a su hogar— es probablemente aplicable también al Ulises de Joyce. Esta última narra las aventuras que le ocurren en Dublín durante un día al pequeño burgués Leopold Bloom. Es una Dublín, al igual que la Londres de Dickens o la París de Balzac, que prácticamente se fusiona con el protagonista.

'Ulises', de James Joyce.

La clave de la novela está en su escurridizo simbolismo. La vida como un viaje de regreso al hogar del que un día salimos, una narración construida en profundos e interminables monólogos, en ese conversar con uno mismo, donde hacen su presencia tanto el psicoanálisis —que recién comenzaba a dar sus primeros pasos— como la filosofía alemana, la retórica francesa, el nihilismo metafísico y el naturalismo. En un solo día pueden caber todos los años de nuestra existencia. A pesar de lo caótica que puede resultar la novela, especialmente por la serie de enigmas y laberintos que el autor crea, ella guarda cierto esquema, tal como lo percibieron algunos críticos y admiradores de ella.

La publicación del Ulises de Joyce en febrero de 1922 estuvo plagada de complicaciones económicas y judiciales. La obra no solo que fue prohibida en algunos países por la acusación de obscenidad, sino que inclusive fue llevada a los tribunales de justicia. La fundadora de la emblemática librería Shakespeare and Company de París, Sylvia Beach, gran amiga de Joyce y su esposa, jugó un papel clave en la producción de esta magistral obra.

La extensión de la novela puede intimidar al lector a la primera. Pero con el correr de las páginas, la obra se convierte en una inolvidable experiencia. El libro está disponible en las librerías locales. (O)