Existe una amplia variedad de opciones para poder ganar dinero y trabajar como nómada digital, desde cualquier parte del mundo. Las posibilidades se abren como un abanico, pero lo que distingue a los nómadas digitales es su enorme dependencia a la red. De allí que no toda profesión se perfila para llevar este singular estilo de vida. Las especialidades más comunes entre los nómadas digitales son periodistas, fotógrafos, corresponsales, escritores, diseñadores web, programadores, bloggers, community managers, desarrolladores de software, diseñadores gráficos y, en general, cualquier forma de coworking. Si le apasionan los viajes y tiene venas de emprendedor, entonces coja su laptop y todo su trabajo y vaya a un lugar favorito. Lo que debe hacer es adaptarse a la era digital y viajar dentro o fuera del país.

Silvina Moschini, presidenta y fundadora de TransparentBusiness, CEO y fundadora de SheWorks!, habla de este estilo de vida que se afianzó aún más en tiempos de coronavirus. "Desde hace algunos años atravesamos un gran proceso de transformación en el plano laboral que busca la flexibilización de los esquemas de trabajo. La pandemia exacerbó esta tendencia y trajo consigo un cambio de paradigmas a nivel mundial. En el plano laboral se instauró de manera definitiva el trabajo remoto y demostró que el trabajo es algo que se hace y no un lugar a donde se va".

En este escenario se comenzó a multiplicar la modalidad de los nómadas digitales: talentos distribuidos en el mundo que hacen del teletrabajo y de viajar su estilo de vida. Ya no importa en qué punto geográfico estén dentro o fuera de una ciudad o país, siempre que cuenten con una buena conexión a internet y una computadora, podrán trabajar para grandes y pequeñas empresas de todo ofreciendo su talento.

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El teletrabajo es una realidad entre profesionales y empresas gracias a sus ventajas. "En esta nueva normalidad, donde la flexibilidad se presenta como un requisito importante para los empleados, se redefinen las formas de trabajo y es necesario que las compañías se suban a este impulso de renovación e incorporen herramientas para optimizar la gestión de sus equipos distribuidos y rediseñen sus procesos", opina Moschini.

Silvina Moschini, presidenta y fundadora de TransparentBusiness. Foto: Ryan Cleek.

El caso de TransparentBusiness, la plataforma para gerenciar equipos distribuidos con transparencia y verificación, nació hace más de diez años como una empresa remote first (adaptación e integración del trabajo en remoto), sin oficinas físicas, con talentos distribuidos en distintos países que hacen un trabajo de excelencia sin necesidad de presencia física. "En este contexto laboral, ayudamos a emprendedores y empresas de todos los tamaños a implementar el trabajo remoto de manera efectiva para no solo fortalecer sus negocios, sino que también porque el teletrabajo permite acceder a los mejores perfiles para una posición sin límites geográficos. Estas personas distribuidas en el mundo desarrollan su máximo potencial sin importar desde dónde".

¿Qué otros perfiles pueden optar?
Debe tener en cuenta que los ingresos de la mayoría de los nómadas digitales son fluctuantes. De allí que es importante que se investigue el costo de vida si decide instalarse en una nueva ciudad o país. Además debe asegurarse que la conexión a internet es estable. Otros perfiles aptos para convertirse en un nómada digital son los traductor, marketing de afiliados (promoción de productos), coaching en diferentes ámbitos, administrador de redes sociales, creador de cursos digitales, asistente virtual (reservar vuelos, organizar juntas, hacer reportes de gastos, llevar un calendario, hacer curriculum vitaes), entre otros.

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"Ser un nómada digital es volcarse por completo a las nuevas tecnologías teniendo como principal característica la flexibilidad tanto geográfica como horaria. Los nómadas digitales hacen del mundo su propia oficina. Por lo general trabajan por objetivos y tienen autonomía para organizarse", destaca Moschini.

Según cifras otorgadas por TransparentBusiness, hasta octubre del año pasado, 4,57 mil millones de personas usan internet en todo el mundo, lo que equivale al 60% de la población mundial. En los últimos doce meses, el total de personas conectadas trepó a 346 millones, lo que equivale a un crecimiento de 8% interanual (aproximadamente 11 nuevos usuarios de internet por segundo desde julio de 2019). Más de ocho de cada diez usuarios móviles declaran que Internet fue esencial para sobrevivir a la pandemia, porque les permitió sostener la educación de sus hijos (76%), mantenerse en contacto con amigos y familia (74%) y hasta mejorar su bienestar (43%).

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Además, cerca del 20% de la fuerza laboral en países desarrollados podrá seguir trabajando desde sus casas entre tres y cinco días por semana -casi el cuádruple que las personas que lo hacían antes de la pandemia-. La flexibilidad se convirtió en un atributo de valor para las personas: según Global MarketPlace Analytics, el 77% de los trabajadores a nivel mundial están satisfechos con la flexibilidad de trabajar desde casa y el 69% está conforme con su bienestar. "Esto impulsó nuevas tendencias que crecen en el mundo como el workation (combinar trabajo y vacaciones), el coliving (teletrabajar y compartir el espacio de trabajo con otras personas) o el room office (alquilar habitaciones de hotel por horas, días o semanas para trabajar)".

Estas cifras marca gran diferencia, de allí que los nómadas digitales se irán multiplicando y las oportunidades laborales también. Entre las revoluciones logradas hasta ahora, el trabajo remoto se consolidó como uno de los sostenes de la nueva normalidad. Las compañías tuvieron que adaptar sus modelos a equipos distribuidos, y muchas de ellas se mantendrán así aun después de la crisis sanitaria. La conversión fue tan masiva que hasta acuñó su propio eslogan: “Work is where the wifi is” (“Trabajo es donde hay wifi”).

La realidad actual nos demuestra que el trabajo remoto llegó para quedarse y va camino a convertirse en un estilo de vida una vez que superemos la pandemia. Pero para que este modelo funcione, hay que tener en cuenta también que las empresas deben estar sensibilizadas con este rol independiente del trabajador. "Algunas empresas ya empezaron a recorrer este camino: un reporte de Gartner Inc., empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información, revela que ocho de cada diez CFO (chief financial officer director financiero) considera trasladar algunos empleados a trabajar remoto de manera permanente luego del COVID-19", destaca Moschini, quien en 2019 recibió el premio Equals in Tech, la iniciativa de las Naciones Unidas.

Pero cuando hablamos de nómadas digitales no solo hablamos de personas que se vuelcan a nuevas modalidades de vida, o de compañías que avanzan con sistemas más flexibles, sino que también se refiere a Gobiernos que están aprovechando los beneficios del trabajo como manera de atraer personas de distintas partes. Países como Barbados, Bermudas, Estonia y Georgia ya ofrecen visas para trabajadores remotos, como medida para impulsar la economía. "Un nuevo abanico de oportunidades que llevará a las empresas al próximo nivel y permitirá que las personas puedan conjugar de manera más flexible su vida diaria con sus empleos".

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¿Qué rol juega la tecnología en la cuarta revolución industrial y los nómadas digitales?
La tecnología quiebra las barreras que separan el talento de las oportunidades. Democratiza el acceso al trabajo y se vuelve una herramienta facilitadora porque las personas pueden mostrarse al mercado laboral del mundo por su talento, es decir, nos da las mismas oportunidades a todos. "A través de la implementación de la tecnología los empleados que trabajen de forma remota pueden lograr una mayor conciliación personal y laboral, manejar sus tiempos y trabajar en momentos que se sienten más productivos, hacer más pausas y ganar mayor tranquilidad. Esto ayuda a la creatividad y a la productividad. Favorece el talento en detrimento del presentismo y la improductividad", dice la especialista.

El mayor desafío para la implementación de estos nuevos modelos de trabajo que rompen completamente con las viejas estructuras conocidas de trabajo de 9 a 18 en la oficina "no es solo la implementación de tecnologías, sino también un cambio cultural que nos permita hacer de la flexibilidad nuestro estilo de funcionamiento".

Es clave involucrarse y comprender que el motor de este cambio -que ya comenzó a multiplicarse por miles en todo el mundo- son las personas y es facilitado por la tecnología. Esta pandemia ya está marcando un antes y un después en nuestra forma de funcionar y millones de personas experimentaron los beneficios del trabajo remoto, una modalidad que llegó para quedarse. Vivimos en la era de la conectividad y ya es tiempo de que aprovechemos al máximo sus beneficios.