Aunque la pandemia provocó que los escenarios del mundo se cerraran, este artista guayaquileño de 27 años afirma que esta es la profesión que ha elegido para su vida y que no la cambiará. Este viernes 29 de enero compartirá con el público las canciones que más lo inspiran en el espectáculo Celebrando a Broadway. El codirector del show es Fernando Moya Delgado y esa noche tendrá como artista invitada a Cristina Illingworth.

La última vez que conversamos, eras parte de la tripulación del Seabourn Ovation. ¿Qué shows presentaban ? ¿Qué ambiente se vivía en la embarcación?
Eran diferentes producciones con una variedad de géneros. Teníamos un show inspirado en hits de la década, uno de rock, uno inspirado en baile de salón que destacaba a los bailarines, uno de música country. Pero el que destacó fue An Evening with Sir Time Rice, que es un tributo para el autor de Aladino, Jesucristo Superstar, Evita. El show se creó en Inglaterra y él estuvo allí para darnos su apoyo a quienes tenemos que cantar su trabajo. Y cuando inauguramos el show y el barco en en la isla de Malta fue hermoso porque Sir Tim Rice también estuvo presente.

¿Cómo recibieron las noticias de la cuarentena y el brote de COVID-19? ¿Cómo afectó esto a los tripulantes y pasajeros?
En ese momento yo estaba en el Caribe trabajando para el Seabourn Odessy. En marzo, los cruceros se detuvieron y empezaron a enviar a los pasajeros a sus casas y también a los empleados, entre ellos yo. Permanecí en el barco durante tres meses hasta que Ecuador abrió sus aeropuertos y tuve que viajar desde el Caribe hasta Ámsterdam y desde allá volé a Quito y Guayaquil. Estuve muy feliz de llegar, pero mi cuarentena fue rara, la cumplí en el mar. Pero la compañía se portó de una forma increíble.

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¿Cómo te afectó personalmente y a tus próximos proyectos?
Yo había decidido que este sería mi último contrato en una embarcación antes de volver a lanzarme nuevamente a trabajar en Nueva York, en teatro, como lo había hecho antes. No me siento triste, me siento afortunado por mi trayectoria con Seabourn y agradecido por haber mantenido ese empleo durante varios años y gracias a eso he podido mantenerme a flote este tiempo, porque no hubo trabajo para nosotros. Sí me afectó profesionalmente, pero sé que volveré a Nueva York y haré audiciones y a cumplir exactamente lo que quiero, ya sea en Broadway, en tours o películas. No quiero cambiar de profesión porque esto es lo que voy a hacer.

Trabajar sobre un escenario implica estar en actividad constante, ¿cómo recibiste esta pausa por la pandemia? ¿Y qué reflexiones personales te dejó?
Sí, esta pausa de no presentarme todas las noches, no ponerme los trajes, no probar el micrófono, no calentar, todo lo que era mi rutina nocturna, me hizo darme cuenta de que había puesto tanto de mí que cuanto me lo quitaron, no voy a mentir, me sentí un poco vacío porque uno se siente vivo con los aplausos, no es algo que puedo esconder. Pero una pausa como esta te recuerda que todo eso no te define. Eso es lo que he estado reflexionando, que no me defino solo como un artista, hay otras cualidades en mí. Los teatros pueden cerrar, pero tú siempre te tienes a ti mismo. Es mejor definirse como ser humano.

Cuéntame sobre la presentación en el Sánchez Aguilar
Serán las canciones que me inspiraron a escoger este camino. Desde pequeño quise estar en Broadway, así que quiero cantar las canciones que me llevaron a escoger esta profesión. Hay temas de Hamilton, Wicked y clásicos como El mago de Oz, Anastasia y también algunos de Disney. No es solo un concierto, es teatro musical, vamos a interpretar las canciones, traer personajes y emociones.