La pandemia del coronavirus ha tenido un gran impacto en todos los sectores económicos. La mayoría de los negocios se han visto obligados a comenzar una nueva vida en Internet lo que ha provocado un aumento de las ventas online, un fenómeno que ha logrado alcanzar a un mercado nuevo como son los juguetes eróticos.

La mejor prueba de esto son las tiendas online de juguetes eróticos que aumentaron sus ventas entre un 180% y un 200%, en comparación con las semanas anteriores al inicio del periodo de cuarentena.

Según un estudio de la firma ESET cómo los juguetes sexuales ahora tecnológicos pueden convertirse en un elemento vulnerable que pueda ser una puerta de entrada para ataque.

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Es algo que al usuario normal no se le ocurriría que puede ser hackeado. Sin embargo para las analistas todo aquello que tenga un software y que se conecta a internet puede ser hackeado o vulnerado.

Las últimas cifras que se compartieron en la feria de fabricantes de novedades para adultos, que se realiza en Estados Unidos, indican que esta industria se calculó como un segmento de mercado de 15,000 millones de dólares a escala mundial en 2018, pero se estima que para 2020 supere los 50,000 millones.

Primero hay que entender la arquitectura de estos juguetes. Vemos que actualmente algunos se utilizan a través de una aplicación en un teléfono móvil que va a ser el que se va a conectarse por medio de bluetooth y esto genera una especie de interconexión entre juguete/red/usuario/dispositivo.

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“Esto es en la mayoría de los modelos o por lo menos de los que analizamos que tienen esta arquitectura. La aplicación lo que permite conectando el teléfono a internet, no es que el juguete se conecte directo a internet, sino que el juguete se conecta por bluetooth al teléfono y el teléfono a internet, y a través de una aplicación del fabricante, es decir a través de un servidor del fabricante se podría dar control remoto a una persona que puede estar en cualquier parte del mundo y puede desde su teléfono o computadora controlar remotamente el juguete”, señalan las especialistas.

Lo que comenzaron a notar aquí, señalan las especialistas, fueron distintas vulnerabilidades que podrían existir.

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La siguiente pregunta es qué tipo de dispositivos entran en esta categoría. En primer lugar, el estudio menciona los aparatos a control remoto vía app o navegador web. Generalmente esto se utilizan para la personalización de patrones de vibración.

Estas aplicaciones se vuelven vulnerables porque al ser aparatos que no tienen pantalla para ingresar por ejemplo algún código, sus niveles de seguridad se reducen al mínimo.

“Y en las conexiones bluetooth también hay malas implementaciones de las conexiones, donde el juguete no verifica a qué aplicación que se está conectando no sea legítima y que el usuario que se está conectando no sea legítimo y cualquier atacante que esté a menos de diez metros de un dispositivo con bluetooth, que no esté autenticando con la aplicación, puede tomar control de ese dispositivo a través de la esa red”, señala Cecilia Pastorino, especialista de ESET.

Pero no solo los dispositivos son los vulnerables sino los sitios a los que los usuarios han empezado a frecuentar. El uso de salas de chat entre dos o más usuarios, llamadas, videollamadas y envío de fotos ha aumentado significativamente.

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Esto ha provocado un aumento de ataques conocidos como 'sextorsión', en donde se acusa a la víctima de haber visto material pornográfico en su equipo y se le amenaza con “delatarlo” públicamente, según un estudio publicado por la empresa Kaspersky.

La aparición de estos juguetes sexuales conectados a internet responde a una sexualidad que cada vez se está llevando más en internet debido al confinamiento y donde la gente está teniendo conversaciones a través de chats sexuales con una persona del otro lado de una pantalla cada vez más seguido. (I)