La realidad ha cambiado. Las condiciones de habitabilidad también. Las autoridades aún recomiendan permanecer en casa el mayor tiempo posible, generando que actividades como trabajar, recibir clases o hasta ejercitarnos deban recluirse dentro del espacio de nuestros hogares.

Tal situación nos invita a cuestionarnos la funcionalidad de las casas y apreciar áreas que antes, quizás, permanecían subutilizadas. Así que la primera recomendación es revisar cómo podemos mejorar las condiciones en las cuales habitamos para adaptarlas mejor a las características de la nueva normalidad, ya que la vivienda pospandemia no significa necesariamente ejecutar onerosos arreglos con maestros albañiles, arquitectos o ingenieros civiles, sino incluso realizar pequeños cambios que produzcan grandes beneficios.

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Imagen digitalizada de la ciudad pospandemia diseñada por el arquitecto español Vicente Guallart para China. Imagen: Guallart.com.

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Ese análisis invita a aprender de la experiencia de grupos humanos acostumbrados a pasar mucho tiempo del año dentro de sus casas, como en los países nórdicos. La arquitecta catalana Margarita Simón menciona que esos pobladores aprendieron a priorizar el bienestar por encima del aspecto material, por ello sus casas y departamentos, aunque no son muy grandes, exhiben una gran calidad interior, aprovechando, por ejemplo, la luz al máximo. Además, ponderan seleccionar adecuadamente los elementos en el interior. “La calidez de la vivienda es muy importante y una casa más vacía brinda una sensación de amplitud”, señaló

También lucirán más convenientes aquellas viviendas dentro de urbanizaciones que posean todo lo necesario para sobrevivir sin salir del complejo. Y la bicicleta crecerá en importancia como medio de transporte dentro de una sociedad que intentará resolver sus requerimientos en cercanía, mejor si es con una videollamada o con una aplicación para solicitar alimentos a domicilio.

La realidad en China

Esa adaptación puede comenzar desde el propio diseño de la vivienda. El arquitecto español Vicente Guallart ha ganado el concurso internacional promovido en la nueva área de Xiong’an, cerca de Pekín, con un proyecto que define un nuevo estándar para los edificios de viviendas en la era post-COVID.

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Imagen digitalizada de la ciudad pospandemia diseñada por el arquitecto español Vicente Guallart para China. Imagen: Guallart.com.

El proyecto, bajo el título ‘La ciudad autosuficiente’, concreta en cuatro manzanas un modelo urbano, donde las personas pueden vivir, trabajar y descansar en el entorno de su vivienda, y en época de crisis sanitaria, energética o alimentaria poder dar una respuesta adecuada desde el entorno de la vivienda, mediante confinamientos de diversos grados.

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“No podemos seguir diseñando ciudades y edificios como si nada hubiera pasado”, afirma Guallart. “En los últimos tiempos están ocurriendo fenómenos de escala mundial que nos obligan a repensarlo todo”.

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Imagen digitalizada de la ciudad pospandemia diseñada por el arquitecto español Vicente Guallart para China. Imagen: Guallart.com.

En concreto, el conjunto está pensado para poder producir alimentos, energía y también objetos de uso diario a partir de la miniindustria digital equipada con impresoras de 3D situadas en las plantas bajas. Asimismo, todos los bloques de viviendas están cubiertos por invernaderos que permiten producir alimentos para el consumo diario y utilizan sus cubiertas inclinadas para producir energía.

Todas las viviendas cuentan con una amplia terraza orientada al sur, que actúa como un regulador térmico, y es además un espacio fundamental en periodos de confinamiento y que permiten jugar y descansar. Asimismo, las viviendas están preparadas para tener espacios de teletrabajo y están conectadas con redes 5G, creando redes sociales de escala de barrio para el intercambio de recursos.

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Imagen digitalizada de la ciudad pospandemia diseñada por el arquitecto español Vicente Guallart para China. Imagen: Guallart.com.

Cambios desde casa

Pero para la mayoría de personas en el mundo, la adaptabilidad de nuestros actuales hogares es la única opción. A continuación mencionamos algunos consejos que nos ayudarán, poco a poco, a adaptar nuestra vivienda a los nuevos tiempos.

Adecuar un área como recibidor cerca de la puerta de ingreso y así crear una distancia con el exterior. Esto tiene una lectura higiénica, ya que allí podremos dejar los zapatos y ponernos zapatillas, tal como ocurre en otros países, y contará con lugar para colgar abrigos y otra ropa que solemos ponerla en contacto directo con la actividad diaria.

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Imagen digitalizada de la ciudad pospandemia diseñada por el arquitecto español Vicente Guallart para China. Imagen: Guallart.com.

Valorar los espacios que tengan contacto con el exterior, como balcones, terrazas y patios. Buena parte de la vida hogareña puede girar hacia esos ambientes que nos permiten recibir los rayos de sol, la frescura de la brisa y la sensación de respirar aire puro. A menudo esos ambientes son convertidos en pequeñas bodegas que no brindan mayor beneficio, pero llegó la hora de que los limpiemos y nos apropiemos de sus ventajas.

Adecuar áreas para realizar teletrabajo o para recibir clases. La cantidad de espacio disponible permitirá separar a los miembros de la casa en distintos cuartos, así pueden realizar sus actividades sin distracciones. Los muebles (como una silla ergonómica) son imprescindibles.

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Imagen digitalizada de la ciudad pospandemia diseñada por el arquitecto español Vicente Guallart para China. Imagen: Guallart.com.

Ventilar adecuadamente los ambientes con ventanas abiertas o dispositivos tecnológicos. Diversos estudios advierten que la calidad del aire que respiramos tiene impacto en la salud y la Organización Mundial de la Salud ha declarado la mala calidad del aire en los ambientes interiores como décimo factor de riesgo evitable. Los efectos perjudiciales se deben a las altas concentraciones de gases, partículas y compuestos nocivos (CO₂, compuestos orgánicos volátiles, partículas en suspensión, radón, formaldehídos y otros).

Aprovechar algún espacio libre para convertirlo en zona de relajación o gimnasio. Podemos desde reposar con un buen libro o hacer ejercicio físico solo con una colchoneta o pequeñas pesas. Pensemos en que cada espacio de la casa valga la pena y que nos satisfaga en nuestras necesidades físicas y emocionales.

Fuentes: theconversation.com, cicconstruccion.com, idealista.com, economiasolidaria.org.