Hay algo en la propuesta literaria de Benedetti –su tratamiento de temas sencillos pero trascendentales– que tal vez se explique por sus años de niñez en un ambiente de pueblo, pues nació en Paso de los Toros, una pequeña localidad situada a 300 kilómetros de Montevideo, el 14 de septiembre de 1920. Hijo primogénito, fue bautizado con nombres literarios y familiares: Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno.

Su abuelo fue un enólogo italiano que llegó al país para trabajar en una bodega uruguaya. La dedicatoria de la novela Primavera con una esquina rota (1982) dice que su padre “fue químico y buena gente”. A los 4 años se fue con su familia a la capital, donde hizo sus estudios primarios en el Colegio Alemán. Obligado por la mala situación económica familiar, conoció muy temprano el mundo del trabajo.

A los 14 años fue taquígrafo; más tarde, vendedor, funcionario público y empleado contable. Esta experiencia laboral está en el núcleo de su escritura. También se desempeñó como traductor, locutor de radio y periodista en la revista Marcha, que agrupaba a la intelectualidad de la época. Luz López Alegre fue su esposa de toda la vida, a quien la mayoría de sus libros están dedicados.

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La República de la Oficina
Los libros de cuentos Montevideanos (1959) y La muerte y otras sorpresas (1968) traen relatos sobre el tedio de los oficinistas públicos y privados y la grisura del ambiente doméstico. En el cuento El presupuesto unos burócratas conocen que otras dependencias se han beneficiado de fuertes asignaciones presupuestarias mientras que ellos miraban esa situación “desde nuestra pequeña isla administrativa con la misma desesperada resignación con que Robinson veía desfilar los barcos por el horizonte, sabiendo que era tan inútil hacer señales como sentir envidia”.

Su novela más conocida, La tregua (1960), tiene como protagonista a Martín Santomé, quien acaba de cumplir 49 años y hace planes para jubilarse. Viudo, con tres hijos ya en la adultez, Santomé inicia una compleja relación con Laura Avellaneda, una joven que tiene la edad de su hija. Para la sensibilidad lectora de hoy, son excesivamente intelectuales y enredadas las razones de por qué la convierte en su amante en lugar de casarse: porque un viejo no quiere arruinar la vida de una joven, dice el personaje, aunque también teme que, diez años después –él de 50 y ella de 34–, ella le sea infiel.

La trágica historia de este amor fue llevada al cine en 1974 por Sergio Renán, con un notable elenco: Héctor Alterio, Ana María Picchio, Luis Brandoni, Marilina Ross y con apariciones de Norma Aleandro y China Zorilla; y fue la cinta película argentina en ser nominada a un Óscar para la mejor película extranjera.

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Benedetti sostuvo que el Uruguay era “la única oficina del mundo que ha alcanzado categoría de república”. Para el escritor mexicano José Emilio Pacheco, “aquella oficina de la que hablan sus historias abarca el mundo entero, como la aldea de Chéjov o el villorio normando de Maupassant”.

Literatura del Próximo prójimo
El mismo Pacheco afirma: “No queda en nuestro vocabulario un término capaz de abarcar una actividad como la de Benedetti. Poeta, novelista, cuentista, crítico, ensayista, desafía todo intento de clasificarlo y ha enriquecido cada género con la experiencia ganada en los demás”. Efectivamente, aunque la labor literaria del uruguayo es muy amplia, él mismo se consideraba sobre todo poeta.

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Son significativos los títulos de sus poemarios Poemas de la oficina (1956), Poemas del hoyporhoy (1961), Próximo prójimo (1965), en los que consiguió una expresión que se apartaba de la lírica grandilocuente entonces en boga. En cambio, Benedetti jugaba con los vocablos y las situaciones más comunes, buscando amplificar el sentido de las palabras y situaciones corrientes.

Benedetti sostuvo que el Uruguay era “la única oficina del mundo que ha alcanzado categoría de república”.

El poema Sueldo dice: “Aquella esperanza que cabía en un dedal/ evidentemente no cabe en este sobre/ con sucios papeles de tantas manos sucias/ que me pagan, es lógico, en cada veintinueve/ por tener los libros rubricados al día/ y dejar que la vida transcurra,/ gotee simplemente/ como un aceite rancio”. Benedetti desarrolló en su obra una profunda solidaridad por el próximo prójimo: la gente, el amigo de escuela, el desempleado, el trabajador asalariado, la mujer olvidada.

Poética y política
Comprometido con la izquierda política, cuando era profesor universitario de letras en Montevideo, fue expulsado del país en 1973 al instaurarse la dictadura militar. Se exilió, como él las llamó, en varias “patrias suplentes”: Argentina, Perú, Cuba y España. Como muchos otros intelectuales, Benedetti –que había escrito en el poema Interview “en el fondo/ yo no creo en la política” y en Contra los puentes levadizos, “la verdad ese péndulo”– fue contradictorio en apoyar la Revolución cubana sin cuestionar la represión de las libertades que se vivía en Cuba.

Su obra teatral Pedro y el capitán (1979) presenta las tensiones que se dan entre un torturador y su víctima, con ideologías enfrentadas, pero con un fondo compartido de humanidad: “La obra no es el enfrentamiento de un monstruo y un santo, sino de dos hombres, dos seres de carne y hueso, ambos con zonas de vulnerabilidad y de resistencia”, señaló.

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En Ecuador, en los años de 1970, el poeta Fernando Nieto Cadena fue un entusiasta divulgador de la obra de Benedetti, especialmente por haber dotado a la expresión poética de un lenguaje sin aspavientos retóricos. Sin embargo, para unos críticos, la de Benedetti es una obra fácil, sin problematizaciones trascendentes. Por eso, en Vivir adrede (2008) Benedetti escribió: “En la sencillez, los hombres y mujeres se amparan, se comprenden, se alivian. En la complejidad, en cambio, se ven con desconfianza y con rencores. Cómo no tener en cuenta que la muerte es la cumbre de la sencillez”.

Los textos de Benedetti han sido cantados por Joan Manuel Serrat, Tania Libertad y Nacha Guevara. Su obra contiene el compromiso afectivo, social y político con su tiempo, pues, según Hortensia Campanella, para Benedetti “la coherencia y la ética fueron valores fundamentales que siempre admiró”. En su afán de fraternizar con el humano, profundizó –hasta en sus últimos libros que él consideró “entreveros literarios”– en el misterio de las relaciones humanas.

Currículum
El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente
usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica
usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros
usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío
entonces
usted muere.

De Próximo prójimo.