Un profesor del Instituto de Patógenos Emergentes de la Universidad de la Florida (UF) ayudó a desarrollar un modelo que estima que un poco más de la mitad de la transmisión de COVID-19 se debe a personas sin síntomas. Un tercio o más de estos casos deberían ser aislados, además de la mayoría de los casos sintomáticos, para sofocar la pandemia.

Más de la mitad de la transmisión de COVID-19 es impulsada por personas que no muestran síntomas, según una nueva investigación publicada el 6 de julio en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los hallazgos podrían influir directamente en el diseño de políticas de contención de prueba y rastreo que apuntan a reducir el creciente número de infecciones en los Estados Unidos y a nivel mundial. Los investigadores se han apresurado a comprender la dinámica de cómo se contagia el COVID-19, ya que la enfermedad se ha propagado rápidamente por todo el mundo.

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Determinar cuándo las personas son infecciosas y pueden transmitir el virus a otras personas es clave para saber cuándo deben aislarse para evitar que transmitan a otras personas el virus que causa COVID-19.

Burton Singer, profesor del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias y Artes Liberales de la UF y del Instituto de Patógenos Emergentes, contribuyó a la investigación y al análisis de datos.

Singer trabajó con la autora principal del estudio, Alison Galvani, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale. "Nuestro artículo analiza a fondo los casos asintomáticos y presintomáticos", dice Singer. "Pero también nos dice que si queremos detener esta pandemia, debemos concentrarnos en encontrar los casos asintomáticos". Los investigadores refinaron un modelo que habían desarrollado previamente para examinar las estimaciones de las tasas de ocupación de hospitales durante la pandemia. El nuevo trabajo incorpora un conjunto de datos que caracteriza la infecciosidad de personas asintomáticas y presintomáticas infectadas con COVID-19.

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Las personas asintomáticas son portadoras del virus, aunque nunca se enferman. Las personas presintomáticas, por otro lado, eventualmente desarrollarán síntomas, pero pueden transmitir el virus a otras personas antes de que se desarrollen los síntomas, incluso antes de que sepan que están enfermas.

El nuevo trabajo del equipo estima que entre el 51,4% y el 53,6% de la transmisión proviene de personas que no muestran síntomas; 48% -47% de esto proviene de personas en la etapa presintomática, mientras que 3.4% -6.6% proviene de aquellos que nunca desarrollarán síntomas.

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Transmisión silenciosa

El rango de estos hallazgos se basa en dos estudios separados, uno que encontró que el 18% de todas las infecciones por COVID-19 no presentaban síntomas, mientras que el otro fijó este número en 31%.

El nuevo modelo estima que incluso si todos los casos de personas con síntomas se aíslan inmediatamente, la enfermedad seguirá propagándose silenciosamente a través de infecciones asintomáticas. Esto significa que muchas personas están transmitiendo silenciosamente el virus y provocando la propagación de la pandemia, ya sea porque aún no saben que están enfermas o porque son portadores asintomáticos que son infecciosos pero nunca desarrollan síntomas.

“La lección más importante de esto es que debemos priorizar el rastreo de contactos”, dice Singer. “Sin eso, no obtendremos ninguna tracción contra el virus. Pero la pregunta es, ¿dónde será más eficaz? " En áreas densamente pobladas donde el virus ya se ha arraigado, será más difícil iniciar esfuerzos serios de rastreo de contactos y hacer que sean efectivos, dice Singer, debido al gran volumen de personas expuestas y la transmisión continua. Pero en áreas menos densamente pobladas que actualmente tienen una baja cantidad de infecciones por COVID-19 per cápita, la implementación temprana de esfuerzos efectivos de rastreo de contactos tendrá beneficios profundos y a largo plazo para proteger a la población contra la pandemia.

Pruebas y pruebas son necesarias

Sin embargo, tener una política rigurosa de prueba y rastreo es solo una cara de la moneda. El otro es tener ciudadanos cooperativos que también cumplirán con las reglas de cuarentena. El poderoso efecto de las estrategias de prueba, rastreo y aislamiento en la lucha contra la pandemia de COVID-19 es mostrado por naciones como Islandia y Nueva Zelanda, dice Singer. Estos países han llevado la transmisión a niveles bajos o inexistentes.

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Para reducir la tasa de ataque del virus por debajo del 1% y sofocar la epidemia, el modelo estima que sería necesario detectar y aislar entre el 33% y el 42% de los casos asintomáticos, además de detectar y aislar la mayoría de los casos basados ​​en síntomas. Para que esto suceda, se necesita una sólida campaña de prueba y rastreo para que la sociedad reanude de manera segura su nivel normal de actividad económica y social anterior a la pandemia. Si bien el documento enfatiza el valor de realizar pruebas, rastrear y aislar a las personas enfermas o expuestas, también refuerza las estrategias existentes de usar una mascarilla cuando se está cerca de otras personas, incluso si el usuario no se siente enfermo, mantener distanciamiento social cuando está en lugares públicos y actividades limitadas fuera de casa tanto como sea posible. (I)