Nos parece incomprensible la actitud de las personas que, pese a la gravedad de la situación actual, infringen las medidas impuestas por las autoridades para evitar la proliferación del coronavirus, y nos sorprende aún más que incluso gobernantes terminen minimizando o más bien negando el problema.

Por televisión pudimos ver hace unas semana al primer ministro de Inglaterra, Boris Johnson, refiriéndose a la pandemia con mucha serenidad y manifestando que se aplicaría la estrategia de la inmunidad de rebaño, que se da cuando un número suficiente de personas adquiere la enfermedad y se vuelve inmune ante la infección.

Sin embargo, poco después un estudio elaborado por expertos determinó que al aplicarse ese método solo se lograría que medio millón de británicos muriera. Tras esta información empezaron a tomarse medidas y la cuarentena actualmente es obligatoria en ese país.

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Pero no es el único que tomó con mucha tranquilidad el tema, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también instó a los ciudadanos de su país a salir y a seguir haciendo su vida de forma normal para que no se vea afectada la economía.

Esta actitud ante la realidad definitivamente puede ocasionar terribles consecuencias. Al final se ven forzados a aplicar restricciones, pero ya han dejado que la enfermedad gane espacio.

Desde el ámbito de la psicología, el sitio web especializado en este tema La mente es maravillosa explica tres razones por la que las personas podrían caer en la negación.

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Error de atribución y la teoría de la mente

La Teoría de la Mente es la habilidad cognitiva que nos permite explicar por qué un individuo comprende y predice los pensamientos e ideas de otra persona, sin embargo, no siempre esto sucede de forma adecuada y surge algo denominado error de atribución.

Esto nos lleva a considerar que los demás actúan de forma equivocado o exagerada, debido a que nuestros cerebros no son infalibles y en ocasiones fallan al momento de aplicar un instinto fundamental: el de la supervivencia.

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El bienestar individual o la economía como prioridad

Otro posible causante de esto es el sentido de preservación, aunque este ámbito se divide en dos corrientes: la del individuo y la del estado.

Hay quienes se niegan a aceptar lo que sucede porque no quieren dejar su estilo de vida y afectar su bienestar. Muchos toman al coronavirus como una enfermedad menor o creen que, en caso de llegar a padecerla, no los afectaría realmente. Esta posición causa que no sean cuidadosos para evitar contagiarse o no contagiar a alguien más.

Ocurre algo similar en los jefes de estado, quienes priorizan la economía sobre la salud de las personas y prefieren tomarlo a la ligera para que las cuestiones financieras no se vean comprometidas.

El efecto de la irrealidad

Ser conscientes de que algo está sucediendo no es fácil para todos. Mucho de lo que vivimos a diario sigue estando o siendo igual, seguimos viendo salir el sol cada día, tenemos conexión a internet, la mayoría cuenta con comida, entre otras cosas. Por lo que parece increíble que una enfermedad esté causando tanto daño.

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Además, vemos todo tan lejano o fuera de nuestro círculo, lo que nos hace pensar que no sucede nada realmente, sin embargo, las afectaciones de la pandemia son evidentes y la negación de esta solo provoca que sus efectos sean mucho más graves. (I)